Itongadol.- Este domingo 22 de Tamuz se marcó el primer Iortzait (aniversario de fallecimiento) del Rabino Moshe Freedman, emisario de Jabad en Bahía Blanca, Argentina, quien falleció a los 57 años.
El Rabino Freedman, nacido en Jerusalém, junto a su esposa Sara de Ohio, Estados Unidos, dirigieron el Beit Jabad de Bahia Blanca durante 30 años, criando allí a su familia mientras sembraban y revivian el judaísmo en la ciudad.
Hoy, a un año de su fallecimiento, el Beit Jabad continúa activo. Su esposa Sara y sus hijos, con la ayuda de miembros de la comunidad de Jabad en Buenos Aires, siguen el gran trabajo de Moshe z”l.
En el 1985, aunque no hablaban español, el Rebe los alentó a mudarse a la pequeña comunidad y tomar el puesto. A las dudas planteadas por el Rabino Freedman frente a su misión en Bahia Blanca, el Rebe le respondió “´te esforzarás y lograrás (el éxito)´ aceptar la propuesta y bendición”.
Descubrieron una comunidad judía que había sido fundada en el siglo 19 por el Barón de Hirsch con el fin de ayudar a judíos europeos a buscar estabilidad financiera y libertad en el Nuevo Mundo. Durante las tres décadas desde que residieron en la ciudad, los Freedman revitalizaron la vida espiritual y comunitaria, siempre en buena relación con la Kehilá, aportando todo lo posible. Sus logros incluyen la construcción de una mikve, un signo de vida judía activa. Cuando la crisis económica golpeó a la Argentina en el año 2000, respondieron con apoyo financiero y moral a cientos de familias judías de clase media y baja en Bahía Blanca.
En la ceremonia del “Shloishim” que se llevó a cabo en Bahía Blanca a los 30 días de su fallecimiento, el Rabino Tzvi Grunblatt, director de Jabad Lubavitch Argentina, se despidió de su amigo y colega:
“En nombre de la familia, quiero anunciar que seguiremos el Shlijut (misión) en Bahía Blanca”. Con estas palabras me dio a entender su hijo del duro desenlace. Hace unos diez años, al Rabino Freedman se le practicó un trasplante de pulmón en Ohio, Estados Unidos, que le salvó la vida de forma milagrosa. “Cuando regresó a Argentina luego del trasplante” continúa diciendo el Rabino Grunblatt, “me acerqué y le propuse que quizás le convendría seguir su Shlijut en la capital, Buenos Aires, ya que es una ciudad más grande, y eso le facilitaría las cosas tanto física como espiritualmente, y especialmente porque aquí hay más doctores que podrán ayudar con los ajustes de los nuevos pulmones, etc. Me respondió: “El Rebe me ha enviado a Bahía Blanca, y no me moveré de allí”. No tengo dudas de que el “Idishkait” (Judaísmo) en la ciudad de Bahía Blanca, es gracias a su trabajo, y que las decenas de familias temerosas de Hashem e íntegras, Jasidim y Shlujim, son fruto de su labor”, dijo el Rabino Grunblatt con voz quebrada. “Su calidez característica, dulzura y rostro sonriente de bienvenida a quien fuera que se encontraba con él, fueron el secreto de su éxito. Su conexión con el Rebe, y su asumir el Shlijut de acuerdo a la voluntad del impulsor, fue lo que le dio ímpetu durante todos sus años de trabajo en Bahía Blanca” No solo su familia y la comunidad de Bahia Blanca sufrieron una gran pérdida sino también la familia de shlujim (emisarios de Jabad) perdió un gran ejemplo de shliaj y de persona sincera con mente clara. Que la continuación de su labor a través de sus hijos sea consuelo para todos. ¡Que su recuerdo sea bendecido! ¡¡¡Mashiaj Ya!!!