Itongadol.- La detective Inspector Viv Deering, de la serie de éxito Channel Four No Offense, interpretada por la actriz Joanna Scanlon, desborda confianza y nunca deja que sus amplias curvas la retengan. Fuera de la pantalla, Scanlon es aún más glamorosa que Deering. ¿Y quién la ayuda a verse magnífica? La respuesta es Leanda Walters, una estilista judía y dueña de la tienda del norte de Londres, que se dedica a vestir a damas más grandes.
"Ella no se mueve sin mí cuando se trata de ropa. Soy su estilista para alguna ocasión importante o para una entrevista", asegura Walters sobre Scanlon. Otros de sus clientes famosos incluyen a Kate Bush, que como ex bailarina "es profundamente infeliz por su tamaño," y la actriz Dawn French. Lady Helen Wogan, la viuda del presentador de radio Terry Wogan, es otra cliente regular.
La idea para el negocio de Walters llegó en sus treinta, cuando fue invitada a la boda de su primo. "Mi abuela le dio a mi madre £1000 y ella me llevó a Harvey Nichols a comprar algunos trajes de diseñador. Yo era tamaño 14-16, regordeta, pero muy bonita con el pelo largo por la espalda. Emocionada, fuimos hasta la asistente de ventas y le preguntamos por un departamento plus size. Ella me miró de arriba abajo, y luego me dijo `¡Esta es una tienda de moda!´. Me quedé llorando en medio de la tienda", confiesa.
Ese fue el momento en que Leanda decidió crear su propia tienda de ropa para mujeres grandes, para que no experimentaran la misma humillación. Quince años después, Beige, la tienda que fundó con su socio y pareja Jonathan Friedman en 2002, es un éxito tremendo, con tres tiendas en Londres, una creciente presencia online y muchas celebridades entre su clientela.
Leanda, de 59 años, creció en Edgware y tiene antecedentes familiares en la industria de la moda. Se describe a sí misma como una "judía cultural que se levantará para ser recordada". En la Escuela Orange Hill conoció a Friedman. Se formó como compradora de moda en Harrods, pero más tarde, después de haber descubierto que era disléxica, tomó los niveles A e hizo una licenciatura en psicoterapia, trabajando como consejera y recaudadora de fondos de caridad.
Cuando ella y Friedman se convirtieron en pareja, ella lo convenció de su idea de una tienda de ropa y decidieron convertirse en socios de negocios.
"Siempre he luchado con mi peso y, como una mujer joven, siempre hacía dietas de moda o tomaba pastillas para adelgazar. Imaginé trabajar en la moda, pero todo se trataba sobre ser delgado y ser gordo", admite. "Cuando trabajaba en el mundo de los negocios tenía que estar elegante y sofisticada, pero no había dónde comprar nada decente. Yo ganaba muy bien y quería buenas telas, pero solo vendían acrílico y poliéster. Había -y todavía es realmente- una brecha enorme en el mercado de linda ropa para tamaños plus size para mujeres que son ricas", agregá
Ella dice que los diseñadores del mainstream no están interesados en el talle plus-size. "Cuesta más fabricar, requiere más tejido y habilidades técnicas para un corte diferente. La mayoría de los diseñadores simplemente no quieren llegar hasta ese punto", cuenta.
"La mujer que visto es sofisticada, mundana y viajera pero, aunque pueda estar muy confiada desde un punto de vista intelectual, a menudo carece de confianza en su apariencia", admite Leanda. "Aquí es donde entra mi entrenamiento de consejería. Me llamo a mi misma \’estilista terapéutica\’ porque escucho y ayudo a las mujeres, así como también las visto.
Leanda asegura que no está promoviendo la obesidad como una opción de estilo de vida. "Sí, tengo sobrepeso, pero he llegado a un trato con mi tamaño. Sé que sería mejor para mi salud si pierdo peso. Pero ¿por qué no debería yo y cualquier otra mujer lucir bien en talle plus-size?
"Me siento privilegiado de poder ganarme la vida haciendo esto. Muchos de nuestros clientes salen con lágrimas de felicidad, con la mirada más en alto y mil veces más seguros", concluye.