Itongadol.- En un emotivo acto llevado a cabo en el emblemático Salón Azul del Congreso Nacional, el pasado 29 de noviembre se rindió homenaje al dramaturgo y escritor de la literatura idish moderna, Scholem Aleijem, con motivo de conmemorarse el centenario de su fallecimiento. Además, se le entregó la Mención de Honor “Senador Domingo F. Sarmiento” a Francisco Wichter por su invaluable aporte a la memoria de la Shoá.
Durante el actual período legislativo, la senadora Liliana Negre de Alonso presentó un Proyecto de Declaración por el cual el Senado de la Nación “declara de interés cultural la conmemoración del centenario del fallecimiento del gran escritor judío Scholem Aleijem, en adhesión a la denominación de la Comunidad Judía al año 2016 como ‘Año de Scholem Aleijem’”, el que fue aprobado oportunamente.
Paralelamente, junto al senador Adolfo Rodríguez Saá, decidieron rendir homenaje a uno de los integrantes de la “Lista de Schindler” y destacado luchador por la memoria de la Shoá, don Francisco Wichter. Trabajó durante años en Sherit Hapleita, institución que actualmente preside, en el Museo del Holocausto de Buenos Aires y brindando su testimonio a innumerables auditorios, en especial jóvenes. La Mención fue otorgada por su valiosa contribución a la memoria de la Shoá, y a través de su persona a los seis millones de judíos víctimas del genocidio y la barbarie durante la Segunda Guerra Mundial.
El acto se inició con el ingreso de las banderas de ceremonia portadas por los alumnos de la escuela Scholem Aleijem de la ciudad de Buenos Aires. Luego, la senadora Negre de Alonso les dio a los presentes la bienvenida a la “Casa de la democracia, al Senado de la Nación”, y manifestó: “Cuando diseñamos con el senador Rodríguez Saá la invitación a este acto, buscamos alguna imagen que se relacionara con la figura, los valores y el clima de quienes son los personajes convocantes de este encuentro. Reprodujimos una tinta de Marc Chagall porque en su paleta siempre está el pueblo judío: su alegría en la vida y el amor, porque ofrece el significado de la vida y el arte, que es el color del amor. Nos pareció que esa imagen sintetizaba lo que hay de común en la recordación de Scholem Aleijem y la premiación de Francisco Wichter: el amor, la vida, y en definitiva la sobrevivencia”.
Además, afirmó que Scholem Aleijem “cantó en idish y convirtió a esa lengua en el brazo vital de una comunidad”.
Por su parte, Gustavo Weich, director general de la escuela Scholem Aleijem, se refirió a quienes en 1934 fundaron la institución y sostuvo que algunos de ellos bien podrían ser alguno de los personajes de los cuentos del escritor, pero que entendieron que “juntos, en comunidad estudiando, sosteniendo fuertemente sus costumbres, sus valores y tradiciones encontrarían la mejor manera de vivir y desarrollarse, y es así que con ese compromiso crearon una escuela pluralista, solidaria y sensible”.
Por su parte, Abrtaham Lichtebaum destacó: “Decir que Scholem Aleijem fue un gran humorista es un error, fue un gran intelectual que entendió los procesos históricos que van desde los años ‘80 del siglo XIX hasta el año en que muere (1916) durante la Segunda Guerra Mundial. Fue un intelectual que reflejó al mundo con ojos judíos, y si el mundo hubiese leído a Scholem Aleijem y lo hubiese entendido, el mundo se hubiese ahorrado 50 millones de víctimas durante la Segunda Guerra Mundial y el pueblo judíos se hubiese ahorrado el aniquilamiento de seis millones de hermanos por el sólo hecho de ser judíos. Scholem Aleijem con su humor y sus textos anunció la Shoá”.
El rabino Fernando Szlajen, director del departamento de Cultura de AMIA, se refirió a un aspecto de la creación de Sholem Aleijem, el de sus artículos y cuentos críticos al régimen zarista.
Asimismo, el senador nacional Adolfo Rodríguez Saá resaltó: “Es importante que desde el Congreso de la Nación nos dediquemos a valorizar la cultura, las diversas lenguas, las religiones y sus aportes. En este caso, recordar el centenario del fallecimiento del escritor Scholem Aleijem”, pasando a mencionar el desarrollo de la obra, destacando que escribió tanto para adultos como para niños, y su radicación con la mayoría de su familia en Nueva York excepto dos de sus hijos, uno de los cuales no fue aceptado por estar enfermo de tuberculosis, y que cuando éste poco tiempo después falleció, sumió a Sholem Aleijem en una fuerte depresión. El senador también se refirió al funeral de Scholem Aleijem, fallecido el 13 de mayo de 1916 a los 57 años, que concitó una muchedumbre calculada en 100.000 personas, y que al día siguiente el testamento del escritor fue publicado en el New York Times y leído “en el pleno del Congreso de los Estados Unidos”.
A continuación, Rodríguez Saá se refirió a la distinción otorgada a Federico Wichter, la Mención de Honor “Senador Domingo F. Sarmiento”, afirmando que posiblemente Wichter “sea el único sobreviviente de las 18.000 personas del campo de concentración de Poniatov” y que su testimonio está descripto en el libro de su autoría “Undécimo Mandamiento”, en donde Wichter explica que durante su estada en el campo de concentración descubrió la existencia de un undécimo mandamiento: sobrevivirás.
Como el libro está agotado, el senador Rodríguez Saá anuncio que junto con la senadora Negre de Alonso y los senadores Jaime Linares y Roberto Basualdo solicitarán que sea reimpreso por la imprenta del Congreso de la Nación. Luego, leyeron textos escogidos del mencionado libro que resumen su llegada a Buenos Aires junto con su esposa Hinda, y cómo transcurrió su vida hasta el presente, al igual que el impacto que le produjo enterarse de que Spielberg filmaba la “Lista de Schindler”, de la que fue parte.
Luego de las palabras de Rodríguez Saá se proyectó un corto video sobre la vida de Francisco Wichter y se le hizo entrega del diploma que certifica que el Senado de la Nación Argentina lo distinguió con la Mención de Honor.
Enrique Wichter, hijo del galardonado, se refirió a cómo su padre los educó y cómo comenzó a contarles sus vivencias durante la Shoá.
Finalmente, Víctor Moskovitz se refirió a la entrega efectuada a la Fundación IWO de la Biblioteca de su padre, José Moskovitz, integrada por textos, revistas y documentación sobre la Shoá, que se ha digitalizado.
Tal cual lo estableció el propio Scholem Aleijem en su testamento, que al recordárselo se leyera algún cuento suyo, durante el acto un alumno de la escuela Scholem Aleijem dio lectura a una página de “Tebi el lechero”, que la cinematografía inmortalizó como “El violinista sobre el tejado”. Un grupo teatral auspiciado por la AMIA interpretó varias escenas de obras del escritor y Paloma Schamann y César Pavón, integrantes del “Grupo Cabala”, interpretaron diversas obras de música Klesmer.
Paralelamente en el salón de las Provincias del Senado de la Nación se presentó la muestra gráfica “Scholem Aleijem en la Argentina”, preparada por Fundación IWO – Instituto Judío de Investigaciones.