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AMIA: Se profundiza la crisis institucional

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Itongadol (Por Lic. Eduardo Alberto Chernizki).- Una vez más, la institución no logró en la noche de ayer el Quórum necesario para que la asamblea de representantes de asociados de la AMIA pueda sesionar. Esto pone a la institución en una situación inédita, profundiza la crisis y la deja al borde de una intervención. Se vivieron momentos de mucha tensión en la asamblea. Hasta provocaciones entre algunos de sus miembros, que se evitó que se llagara a las manos con la firme posición de Tommy Saieg, quien enfatizó: "Acá no se va a pelear nadie porque en este lugar murieron 85 personas".

Los hechos

El jueves 17 de noviembre, por no alcanzarse el quórum mínimo establecido en el Estatuto vigente no pudieron sesionar las asambleas de representantes de asociados de la AMIA. Habían sido convocadas por la Comisión Directiva para considerar las memorias y balances cerrados el 31 de diciembre de 2014 y 2015, entre otros puntos que integraban el Orden del Día ya que, luego de haber transcurrido 90 minutos de la hora de la convocatoria, sólo habían firmado el libro de asistencia 38 asambleístas.

Por lo tanto, el presidente de la AMIA, Leonardo Jmelnitzky, informó que si bien se había solicitado la posibilidad de sesionar de acuerdo a lo establecido por la Ley 20.321, el INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social que ejerce el control de la acción cooperativa y mutual), que en esta oportunidad designó un veedor (el doctor Bernardo Aizim), consideró que debía hacérselo de acuerdo a los establecido por el Estatuto de la AMIA.

Ante esta situación, algunos representantes de asociados pidieron poder hacer uso de la palabra, lo que fue concedido, previa aclaración de que no se estaba sesionando. Ángel Barman solicitó al veedor que informe sobre el hecho de que no se había alcanzado el quórum establecido por el Estatuto de la AMIA, debido a que un número de representantes de asociados, pese a estar presentes, no firmaron el libros de asistencia. Por eso sería necesario aplicar lo establecido en el artículo 21 de la Ley 20321: “El quórum para cualquier tipo de Asamblea será de la mitad más uno de los asociados con derecho a participar. En caso de no alcanzar este número a la hora fijada, la Asamblea podrá sesionar válidamente, 30 minutos después, con los socios presentes, cuyo número no podrá ser menor que el de los miembros del Órgano Directivo y Órgano de Fiscalización”.

Por su parte, Eusebio Krushevsky planteó que cuando la oposición solicitó sesionar de acuerdo con lo establecido en el artículo 21 de la Ley 20321 se les contestó que se debía cumplir con el quórum establecido en el Estatuto, por lo que consideraba que plantearlo ahora era tener un doble mensaje.

Finalmente, Manuel Junowicz hizo un llamamiento a la concordia y a que se forme una mesa de diálogo entre todas las partes (Comisión Directiva, agrupaciones oficialistas y opositoras).

Origen de los actuales enfrentamientos

Lo ocurrido el jueves a la noche -que la Asamblea de Representantes de Asociados de la AMIA no pudo sesionar por falta de quórum- es algo que viene sucediendo desde hace ya un par de años como consecuencia del enfrentamiento existente entre su conducción y las agrupaciones opositoras que se han nucleado bajo la denominación “Juntos por AMIA”.

Esta situación no es nueva. Existe casi desde el mismo momento en que el mayor caudal de votos de las asociados lo recibió el Bloque Unido Religiosos – BUR, cuyo máximo referente es el rabino Levin, hace ocho años y medio. De esa manera -negociaciones mediante- logró que uno de sus dirigentes fuera el presidente de la AMIA (Guillermo Borger) y ocupar la mayoría de los cargos en la Comisión Directiva.

En aquel momento el BUR llegó a un acuerdo con Sergio Bergman, el indiscutible líder de “Amia es de todos”, y un sector de Avodá de Argentina, del cual una cantidad de miembros se separó para fundar Plural JAI, que tiene como su mentor a Luis Grynwald.
Tres años después el BUR, que volvió a ser la primera minoría electoral, no logró llegar a un acuerdo con “Amia es de todos” ni con “Plural JAI”, y la comisión directiva presidida por Borger prolongó su mandato durante dos años, hasta mediados del 2013. El BUR y el resto de los factores políticos internos de la AMIA acordaron realizar nuevas elecciones en abril del 2013, que se concretaron el domingo 7, y donde el BUR volvió a ser la primera minoría.

Avodá de Argentina, que se había integrado a la lista electoral que postulaba a la presidencia a Luis Grynwald, decidió apoyar para la presidencia a la primera minoría lo que había sido una tradición en la institución, y el BUR consiguió los votos para designar a Leonardo Jmelnitzky presidente de la AMIA.

Este hecho, como era previsible, disgustó a los miembros de “Plural JAI” y en cierta medida a los de “AMIA es de todos”, los que no aceptaron integrarse a la nueva Comisión Directiva y conformaron una oposición coordinada, que solicitó la realización de varias Asambleas Extraordinarias para tratar temas puntuales. Pero no pudieron sesionar debido a que el oficialismo no concurrió y, por lo tanto, no tuvieron quórum. Finalmente culminó con la constitución de “Juntos por AMIA”, que objetó -entre otras cosas- el padrón de la AMIA, que se iba a utilizar en las elecciones de abril pasado, las cuales fueron suspendidas por la Dra. María Isabel Di Filippo, jueza nacional en lo Civil, de esta Capital; situación que se volvió a repetir en junio pasado.

Futuro incierto de la actual crisis

Sin entrar a analizar en profundidad qué guía, en su accionar, a oficialistas y opositares, es evidente que sus líderes no han podido llegar a coordinar el enfrentamiento existente de manera tal que no perjudique a la institución, es decir, que se logre aprobar la documentación necesaria para el normal funcionamiento de la institución, por ejemplo las memorias y balances de los últimos dos ejercicios.

Sabemos, por trascendidos, que se había arribado a un acuerdo de que la oposición ingresaría a la Asamblea, es decir, sus representantes de asociados firmarían el libro de asistencia, a cambio de que se los dejaría exponer sus puntos de vista. También que esas conversaciones existieron hasta los momentos previos del horario de iniciación de las asambleas, y que paralelamente el oficialismo había recibido la indicación de no permitir el debate; ante lo cual la oposición decidió no asistir.

Como continuará no lo sabemos, pero es evidente que si no se encuentra un punto intermedio que permita la realización de las asambleas, la institución, además de la crisis política interna, padecerá una relacionada con aspectos legales, sin contar lo que puede surgir desde el INAES y la justicia.

Esto nos lleva a considerar que el tema deja de ser ideológico, si la AMIA al ser gobernada por judíos observantes deja de lado a los que no lo son, para convertirse en existencial. Es en esa perspectiva que consideramos que la crisis pasa porque los máximos referentes de cada uno de los sectores no logran tener un idioma común que les permita evitar que la situación continúe deteriorándose, a la vez que encontrar la manera de asegurar la continuidad de la institución sin dejar a nadie fuera de ella.

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