Itongadol.- Occidente sostiene su postura que Israel ocupa territorio palestino en “Cisjordania”. Esto no es cierto. Nunca ha existido “territorio palestino alguno”.
Tras la muerte de Simón Peres, el emblemático programa radial de la BBC Today entrevistó al embajador de Israel en el Reino Unido Mark Regev.
El presentador le sugirió de manera persistente que el historial de Peres como pacificador contrariaba el posterior historial de fracasos por parte de Israel en hacer la paz con los palestinos y que la ausencia de una solución a dos estados era culpa única de Binyamin Netanyahu.
Su cuestionamiento reflejó la falsa y grotesca suposición que señala la hostilidad de Occidente hacia Israel: que si tan sólo no fuese tan beligerante habría paz. Desafiando en repetidas ocasiones con esta afirmación, Regev se negó a participar. En su lugar, articuló banalidades sobre el cómo Peres hubiese respondido siempre a tal pregunta con esperanzas y optimismo sobre una solución pacífica.
Esta fue una oportunidad perdida. El abrumador requisito para Israel es siempre dar en el clavo a las grandes mentiras que se esconden detrás de las preguntas arrojadas a esta. Regev debió haber dicho que la razón a la ausencia de una solución de dos estados fue presentada la semana pasada en la ONU, donde el líder palestino Mahmoud Abbas realizo un discurso expresando su hostilidad a la propia existencia de Israel.
Este falsamente presentó a los judíos de Israel como ocupantes ilegales en el propio suelo palestino. Incluso exigió que Gran Bretaña se disculpase por la Declaración Balfour de 1917, que primero comprometió a Gran Bretaña a restablecer la patria judía en lo que para ese entonces se llamó Palestina.
A través de esta declaración, dijo Abbas, Gran Bretaña otorgó “sin ningún derecho, autoridad ni consentimiento de nadie, la tierra de Palestina a otro pueblo”.
Este discurso absurdo fue notable por tres cosas. Primero, re-escribió a los judíos fuera de su propia historia inventando una historia palestina totalmente ficticia. El único pueblo para quien la Tierra de Israel y los territorios en disputa siempre han sido su territorio nacional son los judíos.
Segundo, Abbas culpó a Israel por la agresión de su propio pueblo y por la violencia asesina sobre el Monte del Templo.
Tercero, su discurso demostró que el reclamo de los palestinos no es acerca de la ausencia de un estado propio. Es sobre la existencia de Israel, que estos desean desaparezca.
El discurso completo no recibió cobertura alguna en los medios de comunicación en Occidente. Abbas pudiera sentirse confiado, sin embargo, reflejó dos creencias occidentales totalmente falsas: la de que Israel actúa en contra de las leyes internacionales y que la tierra le pertenecía originalmente a los palestinos.
Con una Occidente debidamente apaciguada, Abbas se cree planea una maniobra en la ONU. Este dice que presionará por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU en contra de los asentamientos. Lo que más le preocupa a Israel es el rumor que el Presidente Obama se negará a vetar una resolución de la ONU propuesta por los franceses al reconocimiento de un estado palestino.
Si Obama hace esto, los Estados Unidos serán cómplices de quebrantar el derecho internacional y crear un estado terrorista cuyo objetivo existencial es el exterminio de Israel.
Tal como argumentó el experto en derecho internacional Prof. Eugene Kontorovich en El Washington Post en septiembre, la medida francesa propuesta repudia la resolución del Consejo de Seguridad 242 de la ONU, aprobada a raíz de la Guerra de los Seis Días. La Resolución 242 represento un compromiso territorial, acordado con Israel en ceder algunos “más no todos los territorios” que este incauto durante la Guerra de los Seis Días a cambio de paz.
De acuerdo a Kontorovich la resolución francesa, que empujaría a Israel de vuelta a las líneas de armisticio de “Auschwitz” de 1949, repudiara la Resolución 242 y esto equivaldría a “un cambio fundamental de 50 años de diplomacia en el Medio Oriente”.
En lugar de una solución negociada, los Estados Unidos, por consiguiente no sólo estarán ayudando a la imposición unilateral de una nueva entidad terrorista en el Medio Oriente sino que también mostraran su desprecio por las leyes internacionales.
De hecho los Estados Unidos, Gran Bretaña y Europa han mostrado desde tiempos atrás este desprecio apoyando la gran mentira de que Israel actúa de manera ilegal o agresiva.
Occidente mantiene que Israel ocupa territorio palestino en “Cisjordania”. Esto no es verdad. Nunca ha existido ningún “territorio palestino”.
La presencia de Israel en los territorios en disputa no puede ser definida legalmente como ocupación. Bajo los convenios de La Haya y Ginebra, una ocupación sólo puede tener lugar en territorio soberano. Los territorios nunca fueron territorio soberano de nadie.
Israel además, está en capacidad bajo las leyes internacionales de apegarse a estas como medida defensiva, siempre y cuando sus agresores árabes sigan utilizándolos para fines agresivos.
Occidente dice que los asentamientos en Israel son ilegales. Esto también es falso.
En los años 20, el Mandato de Palestina le otorgó a Gran Bretaña el deber legalmente vinculante de asentar a los judíos a través de todo lo que se conoce ahora como Israel y también en los territorios en disputa. Ese derecho judío nunca ha sido revocado.
Las convenciones de Ginebra, citadas como la causa de los asentamientos son ilegales, prohíben a la potencia ocupante transferir masas de personas hacia los territorios ocupados. Esto fue redactado después de la Segunda Guerra Mundial para evitar cualquier repetición de desplazamientos forzados a pueblos por los nazis. Los israelíes residentes en los territorios en disputa sin embargo, no han sido transferidos sino llevados allí bajo su libre elección.
Kontorovich ha visto en cada uno de los ejemplos modernos en qué lugar se han asentado los territorios ocupados. En ninguno de ellos la comunidad internacional denunció tales acciones como ilegales o exigió que los colonos tuviesen que abandonar la tierra como condición para una paz o independencia. Si las potencias mundiales le pidieran el retiro de la fuerza ocupante, se referían exclusivamente al ejército y no a la población de colonos. La única excepción ha sido Israel.
Occidente hace de la ley internacional un fetiche. Sin embargo, denuncia a Israel, el único estado del Medio Oriente que la defiende. Es hora de señalar enérgicamente a los Estados Unidos, Gran Bretaña y Europa por ayudar al repudio de la ley y la justicia y por ende ayudar a promover la agenda árabe de exterminar a Israel.
Melanie Phillips es columnista de The Times (Reino Unido).