Para los miembros de la comunidad judía, el pescado es uno de los alimentos que no pueden faltar en la mesa de Shabat y las festividades, por lo que Pesaj no puede ser la excepción. En la “Pescadería El Dorado” del barrio porteño de Once lo saben y hace casi cinco décadas que venden el pescado fresco kosher a los miembros de la comunidad judía para preparar el Guefilte Fish, entre otros platos clásicos de la mesa festiva. “Aprendí todas las normas y las respeto. Molemos el pescado a pedido del cliente y di mi palabra que no se picaba otra cosa que no sea kosher, porque no voy a ensuciar mi trayectoria”, aseguró a la Agencia AJN Luis Di Leva, dueño del local.
A pesar de los agitados días de venta por Pesaj y las Pascuas, en especial en estos tiempos de Pandemia, cientos de familias judías y católicas se acercan y hacen largas colas para comprar su pescado fresco. Tras el mostrador, Luis también atiende a “personas que no son de la colectividad, peruanos, bolivianos, argentinos; restaurantes, sanatorios, hoteles, geriátricos, a estos últimos especialmente los sábados”. Prueba de ello es poder observar detrás de él, sobre las paredes y la caja registradora juntas las fotografías del Papa Francisco y del Rebe de Lubavitch; y también hay un cartel que pregona “feliz navidad”. Es que Luis es católico creyente, y “la colectividad lo sabe”, según aseveró a la Agencia AJN.
“Yo soy católico, no lo voy a negar, por eso es que tengo la imagen del Papa, y la imagen del Rabino, porque considero que D’s hay uno solo y la fe mueve montañas, o sea que no importa la creencia sino la fe que uno tenga. Desde chico, estando con mi padre, aprendí todas las normas y las respeto.”
Esa sinergia se ve todos los días en la pescadería, en la que Luis se muestra sonriente y amable para recibir a todo aquel que se acerque al local ubicado en San Luis 2507, de lunes a sábados.
Merluza, pejerrey, salmón, caballa y mero son algunos pescados kosher, es decir, aquellos que se adecúan a la estricta Halajá (ley judía): pescados con aletas y escamas. Enumerarlos puede resultar fácil, no así cuidarlos para mantener su calidad y frescura.
Por lo que Luis nos confía: “El pescado es algo muy delicado. A partir de las 5 de la mañana estoy acá, recibo la mercadería directamente de Mar del Plata todos los días de martes a viernes y la controlo: tiene que estar en óptimas condiciones, sino acá no entra y va de vuelta” y también nos dice: “Molemos el pescado a pedido del cliente y di mi palabra que no se picaba otra cosa que no sea kosher, porque no voy a ensuciar mi trayectoria”.
Debido a las disposiciones halájicas, no están permitidos los mariscos: camarón, langosta, langostino, ostra, calamar, cangrejo, etc. y tampoco otros pescados, por ejemplo el cazón, el tiburón, esturión, entre otros. Luis lo sabe. ¿Cómo hace para dejar contentos a todos los clientes con sus tradiciones y productos? “Tengo dos cámaras frigoríficas: una para el pescado fresco, donde se guarda solamente el pescado kosher y otra de bajo frío, que tiene un frio consistente, donde se guardan los mariscos, que tiene que estar bien congelado”, explicó al tiempo que mostraba las cámaras.
Y asegura que es justamente por esto logró que “El Dorado” se ganara la confianza de muchísimos miembros de la comunidad judía desde hace cinco décadas. “Hago todo lo posible para que la comunidad esté conforme y me siga comprando, como lo está haciendo hasta ahora, dándole buena calidad a un buen precio. Digo la colectividad porque prácticamente este es su barrio. Siempre brinde lo que se merecen y esa trayectoria que tengo no la voy a ensuciar por nada”, precisó a la AJN.
Calidad, precio, dedicación y confianza son algunas de las características que alaban los clientes de esta pescadería que ya tiene una trayectoria de 48 años. “Somos unos de los pioneros que estábamos en el Mercado Larrea, donde mi padre tenía un puesto, tanto mayorista como minorista, donde yo también trabajaba, y a partir de ahí toda la colectividad nos conoce. Cuando el mercado cerró, en 1973, me instalé en un mercadito en San Luis y Jean Jaures, y después compré este local y me traslade para acá”, contó.
¡Y vaya que logra lo que promete!: La gente no solo se va contenta con su bolsita de pescado, también con la seguridad de que va a volver y encontrará a su pescadero amigo.
¿Cuáles son los pescados preferidos por la comunidad? Filet de merluza, filet de brótola, filet de lenguado, besugo, corvina, anchoa, salmón rosado, pejerrey, lachas, según contó Luis, destacando que. “El salmón rosado fresco lo fileteo y el ahumado lo entrego cerrado al vacío con el precinto kosher”.
Asimismo, el dueño de “El dorado” precisó que los sefaradies “también compran pescados enteros: salmón blanco, corvina, besugo, anchoa, caballa, todo lo que sea con escamas”. Mientras que los ashkenazim optan por el pescado molido para preparar el tradicional guefilte fish, aunque “también piden las cabezas y los espinazos para hacer el caldo¸ y la piel muchos la llevan también para hacer el pesado al horno, que lo cubren”. “Cada cosa, todo lo que el cliente pide yo se lo preparo”, aseguró Luis sin titubeos.