Itongadol/AJN.- Las comunidades conservadoras y reformistas ya preparan transmisiones por streaming de los servicios religiosos de Rosh Hashaná (Año Nuevo) y Iom Kipur (Día del Perdón), mientras que las ortodoxas se esperanzan con reunir a la mayor cantidad posible de feligreses en las sinagogas.
Itongadol/AJN.- Los judíos son seres fundamentalmente gregarios y no conciben una vida plena si no es en comunidad. De hecho, muchos de sus ritos exigen la presencia de al menos diez personas (diez hombres adultos, según la ortodoxia) para que puedan llevarse a cabo y ser válidos.
La pandemia del nuevo coronavirus COVID-19 ha significado un desafío a nivel mundial en diferentes aspectos y también el litúrgico y religioso.
Desde que estalló a nivel global, en marzo, ya ha afectado de modo diverso en diferentes lugares la conmemoración o celebración de Purim (especie de Carnaval judío), Pésaj (Pascuas), Iom HaShoá (día de recordación de las víctimas de la Shoá), Iom Hazicarón (día de recordación de los caídos en las guerras de Israel y las víctimas del terrorismo), Iom Haatzmaút (día de la independencia de Israel), La»G Baómer (fiesta de las fogatas), Iom Ierushalaim (aniversario de la reunificación de Jerusalem) y Shavuot (fiesta de la entrega de la Torá), además de los ayunos del 17 de tamuz y el 9 de av.
Algunos de los eventos alusivos se hicieron con público y otros no, algunos permitieron encuentros, aunque más no fueran limitados, y otros no, muchos fueron virtuales, gracias a las posibilidades que ofrece la tecnología, la cual es empleada para estudiar, celebrar y conmemorar tanto por los judíos más observantes como por los más liberales.
Al anochecer del viernes 18 de septiembre comenzará un Shabat muy especial porque coincidirá con Rosh Hashaná (Año Nuevo) y se renovarán los desafíos y la búsqueda de soluciones ante un escenario todavía incierto, pero que no permite ser demasiado optimistas casi en todas partes del mundo.
Pero las comunidades ortodoxas no permiten su uso en Shabat y los días festivos, mientras que las menos estrictas se adaptaron perfectamente a la coyuntura e incluso potenciaron su alcance a públicos nuevos o desconocidos.
Si hasta los adultos mayores fueron venciendo barreras y aprendiendo terminología para mantenerse conectados.
Por estos días se acostumbra escuchar el shofar, ese cuerno de carnero cuyos sonidos llaman a la congregación, la introspección y el balance, y algunas sinagogas los transmiten por Internet, mientras que otras enseñan a tocarlo.
Video: Yosi Baumgarten, del Templo de Paso
También comienzan los servicios de súplicas de perdón antes del juicio que D’s hará de todas sus criaturas dentro de tres semanas, sefaradíes y ashkenazíes en diferentes tiempos.
Así, al anochecer del viernes 18 de septiembre comenzará un Shabat muy especial porque coincidirá con Rosh Hashaná (Año Nuevo) y se renovarán los desafíos y la búsqueda de soluciones ante un escenario todavía incierto, pero que no permite ser demasiado optimistas casi en todas partes del mundo.
Las comunidades conservadoras y reformistas ya preparan transmisiones por streaming de los servicios religiosos, al igual que los de Iom Kipur (Día del Perdón), mientras que las ortodoxas, que no las admiten para las Altas Fiestas, se esperanzan con reunir a la mayor cantidad posible de feligreses en las sinagogas, con distanciamiento y medidas de prevención.
Por estas horas podría confirmarse en la Argentina que en la Ciudad de Buenos Aires se cuadruplicaría la admisión de fieles en los templos, que hoy es solo de diez personas, el mínimo aceptable para llevarlos a cabo, y que incluso podría haber más de un evento en cada sitio, debidamente aislados unos de otros.
Hay quienes se entusiasman con la posibilidad de hacer una mixtura, de modo que aquellos que son honrados durante el servicio concurran a la sinagoga y el resto los mire por medios tecnológicos.
Los próximos días seguramente serán de idas y vueltas, avances y retrocesos, marchas y contramarchas, ensayos y error, a fin de encontrar la mejor solución aceptable para cada público a fin de lidiar con esta realidad inédita e inesperada, que muestra por delante el alivio de que este año nefasto ya se va y la incertidumbre por el que viene.

Desde AMIA, Eliahu Hambra en su recorrido por el cementerio judío de Ciudadela
Otra tradición que es muy usual en estas fechas y que se verá afectada por la pandemia es la visita a los cementerios, debido a que los de La Tablada, Berazategui y Ciudadela, ubicados en la provincia de Buenos Aires, no cuentan con los mismos permisos de ingreso que ya están vigentes en Capital Federal.
Restricciones en el Muro de los Lamentos
Miles de personas concurren cada noche al Muro de los Lamentos en días previos a las Altas Fiestas Judías. La Fundación del Patrimonio del Muro de los Lamentos emitió un comunicado en el que anunció que la plaza solo albergará a unas 2.000 personas en cápsulas de 30. Recomiendan concurrir antes de Rosh HaShaná (Año Nuevo Judío) para evitar los conglomerados y tener la posibilidad de acceder al Kotel bajo las restricciones de la pandemia.