Itongadol.- El poderoso grupo chiíta libanés Hezbollah dijo el viernes que no sería arrastrado a una guerra civil, un día después de que siete chiítas murieran en la violencia callejera más sangrienta de Beirut en más de una década.
El líder de alto rango de Hezbolá, Hashem Safieldin, repitió la acusación de Hezbolá de que el partido Fuerzas Cristianas Libanesas, un grupo que tenía una poderosa milicia en la guerra civil de 1975-90, había abierto fuego en una emboscada premeditada.
No hubo comentarios inmediatos de las fuerzas libanesas, que negaron acusaciones similares.
«No seremos arrastrados a una guerra civil, pero al mismo tiempo no permitiremos que la sangre de nuestros mártires sea en vano», dijo Safieldin durante un discurso en el funeral de los miembros de Hezbollah muertos en el tiroteo.
Acusó a las Fuerzas Libanesas de recibir órdenes de Estados Unidos, que cataloga a Hezbollah como grupo terrorista, y de ser financiado por «algunos países árabes», una aparente referencia a Arabia Saudita.
El tiroteo comenzó cuando la gente se estaba reuniendo para una protesta convocada por Hezbollah contra el investigador principal en la explosión del puerto de Beirut, en una violencia que evocó recuerdos de la ruinosa guerra civil de 1975-1990 en el país.
«Este acto tenía la intención … de encender el país y causar conflictos», dijo Safieldin, mientras los dolientes cantaban «muerte a Estados Unidos».
«Porque saben que no queremos conflictos civiles, se atrevieron a hacer eso», dijo.