Inicio LATINOAMERICA “Hummus Ben Sira”, un restaurante en el corazón de Israel atendido por latinoamericanos

“Hummus Ben Sira”, un restaurante en el corazón de Israel atendido por latinoamericanos

Por Iton Gadol
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Agencia AJN (Especial desde Israel).- La escena al entrar a uno de los lugares más concurridos de comida típica israelí sorprende a cualquier argentino. En el mostrador, unos jóvenes con un termo se pasan un mate de mano en mano. Pero lejos de estar en Buenos Aires, resulta que ese lugar está a pocos metros de Mamilla, el centro comercial a cielo abierto de Jerusalem.

El restaurante “Hummus Ben Sira”, que todos los días llena su salón para ofrecer el platillo de garbanzos tradicional de Medio Oriente, reúne personal latinoamericano y muchos argentinos encuentran allí su primera oportunidad de trabajo. La Agencia AJN dialogó con dos de ellos: Luli Cohen Dorra, una chica argentina oriunda del barrio porteño de Once, y Nicolás Pergerich, joven de 26 años del barrio de Flores. Cansados de la falta de proyectos que le ofrecía su país natal, comenzaron una nueva vida en Jerusalem.

“Hice aliá sola, solamente tengo una prima en Israel. Cuando vine ya sabía que era para quedarme. Ya había estado en una midrashá seis meses, de MASA. Me encantó el lugar, la gente, el ambiente. Volví a la Argentina, trabajé tres meses en un local de telas y dije ‘esto no es para mí’. Por eso hice los papeles y me vine a Israel”, contó Luli muy feliz por haber tomado esa decisión.

El restaurante que se caracteriza por acompañar todos los platos con hummus. No se trata de un lugar de comida al paso, como abundan en Israel, sino que tiene mesas y sillas, tanto adentro como afuera, que siempre están llenas.

“Trabajo en ‘Hummus Ben Sira’ hace un año junto a otras dos argentinas y una colombiana. Se vende mucho hummus, falafel y pan pita. Es un lugar muy conocido en Jerusalem. Todos los platos se sirven con hummus, ya sean grandes o chicos. Se puede acompañar con falafel, con carne, con champignones, habas, garbanzos, pollo, papas fritas, pero siempre viene con un hummus y una ensalada”, detalló Luli.

La joven nunca había vivido sola en su vida. “Terminé el colegio y me vine a Israel. Lo más sola que estuve había sido en la midrashá, pero tampoco del todo, porque tenía directoras y amigas. Hice varias amigas en el Ulpán y después me mudé a un departamento con otras dos chicas. Yo lo vivo espectacular. No me falta nada. Mi experiencia fue súper buena. Hay muchos jóvenes latinoamericanos que viven como nosotros. El que está en malas condiciones es porque no supo ahorrar, porque perfectamente, con la ayuda que te dan los primeros meses de la aliá, te pagan casi 3000 shekels por mes. Con esa plata, si uno la supo manejar, se está perfecto”.

 

La historia que trasmite Nicolás Pergerich, de 26 años, es similar: “Yo también dejé a toda mi familia en Argentina. Hay que estar 100 por ciento convencido para hacer aliá. Tardé un año en convencerme. Había venido a Israel una vez sola a jugar Macabeadas. Sentía que Argentina no era un país para proyectar, para querer formar algo, y eso fue lo que me motivó a viajar a Israel. Tengo un primo segundo que hizo aliá hace tres años y un día me llamó y me comentó su experiencia. Yo vi que mi vida en Argentina no estaba funcionando, también trabajaba en el rubro textil. Lo pensé y me vine”.

Respecto a cómo es ser joven y vivir solo en Israel, Nicolás destacó: “Yo viví solo en Argentina, pero acá si bien vivís solo, estás todo el día acompañado y en el día a día no te sentís solo. El Ulpán a uno lo ayuda a hacer nuevos amigos y echar raíces. Desde que terminé el Ulpán, tengo a todos mis amigos acá en Jerusalem. Conseguí trabajo rápido y no sólo se puede vivir del trabajo, sino que se puede ahorrar entre un 40 y 50 por ciento del sueldo. Te alquilás tu cuarto, te llenás tu heladera, pagás tu teléfono, tu obra social, tu transporte y tranquilamente podés ahorrar un 50 por ciento del sueldo. La clave creo que está en alquilar un cuarto. Si yo decidiera alquilar una casa para mí solo, no me alcanzaría”.

Nicolás está en Israel desde hace seis meses y Luli desde hace un año y medio. Ninguno de los dos piensa en volver a la Argentina. Sólo lo harán “de visita”.

“Hoy vivimos con cierta paz y tranquilidad que la Argentina de hoy no te permite. En Buenos Aires uno está pensando que si sube o baja el dólar, que un impuesto, que cambia el gobierno…Yo acá conseguí un trabajo en un restaurante. Antes era vendedor, que si bien me gustaba más, no me permitía hacer nada, no podía ahorrar. Acá tengo un buen ambiente de trabajo y un sueldo con el cual vivo bárbaro y además puedo ahorrar y pensar en futuros negocios o proyectos que no me lo permitía la Argentina. Mi cabeza está más tranquila, puedo proyectar más y es una sociedad que me gusta”, agregó Nicolás.

“Armamos un grupo de latinos, conocí un grupo de fútbol, me puse de novio. Todos nos vamos conociendo y echando raíces. Pero eso sí, el mate nos sigue a todos lados”, concluyó el joven.

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