Itongadol.- Desde el final de la Segunda Intifada, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, manifestó su apoyo público a una «resistencia popular» no violenta contra Israel, en contraposición a los atentados suicidas y los tiroteos. Ahora parece que los palestinos de Cisjordania también respaldaron otro tipo de «resistencia»: la «lucha armada».
Abbas declaró en numerosas ocasiones su oposición a la violencia y el terrorismo como medio para satisfacer las aspiraciones palestinas.
Pero nunca aclaró a qué se refiere exactamente cuando habla de la «resistencia popular», aunque algunos de sus asesores y altos funcionarios se refieren a las protestas pacíficas y no violentas de los civiles palestinos contra los soldados y colonos israelíes.
Sin embargo, muchos palestinos consideran que el lanzamiento de piedras y cócteles molotov contra soldados y colonos es una parte esencial de la «resistencia popular».
Hasta hace poco tiempo, la mayoría de los palestinos parecían hacer caso al llamamiento de Abbas (y de los dirigentes palestinos) a participar en actividades de «resistencia popular».
En los últimos meses, sin embargo, estas actividades fueron acompañadas de lo que muchos palestinos describen como una «resistencia armada».
La «resistencia popular» de la que hablaba Abbas se está convirtiendo rápidamente en un enfrentamiento armado entre terroristas palestinos y soldados israelíes, especialmente en el norte de Cisjordania.
Decenas de terroristas permanecen despiertos toda la noche para vigilar que los soldados no entren en sus zonas.
En algunos casos, cuando los soldados no aparecen, los palestinos salen a buscarlos a las entradas de las ciudades, pueblos y campos de refugiados.
Los terrorsitas sustituyeron a las fuerzas de seguridad palestinas, que en ocasiones desaparecen de las calles justo antes de la llegada de los soldados israelíes.
En consonancia con el espíritu de la «resistencia popular», los soldados que realizan nuestras incursiones nocturnas en las aldeas y campos de refugiados palestinos se encontraban hasta hace poco con un aluvión de piedras y cócteles molotov.
Hoy en día, sin embargo, los soldados se encuentran casi siempre con fuertes disparos por parte de los palestinos.
Para algunos palestinos, los enfrentamientos armados marcan el comienzo de una nueva y vieja era, que recuerda a la violencia y el terrorismo que se produjo durante los primeros años de la Segunda Intifada, que estalló en septiembre de 2000.
«Obviamente, la realidad sobre el terreno está cambiando», expresó un alto funcionario palestino en Ramallah.
«Tenemos una resistencia popular durante el día y una resistencia armada durante la noche. El número de jóvenes que llevan armas aumenta cada día», agregó.
El creciente uso de armas de fuego en los enfrentamientos con las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) se atribuye a varias razones.
En primer lugar, la Autoridad Palestina no parece ser capaz -o estar dispuesta- a enfrentarse a los terroristas palestinos, que gozan del apoyo de la población palestina.
En segundo lugar, los terroristas, especialmente los de las regiones de Jenin y Nablus, están siendo armados y financiados por la Yihad Islámica y Hamás. Los líderes de los dos grupos respaldados por Irán no ocultaron su deseo de empujar a los palestinos de Cisjordania hacia una confrontación armada con Israel. Varios terroristas afiliados a la facción gobernante de Al Fatah, dirigida por Mahmud Abbas, no tienen ningún problema en cooperar con la Yihad Islámica y Hamás siempre que los dos grupos estén dispuestos a ofrecerles dinero y armas.
Hamás y la Yihad Islámica esperan que el aumento de los tiroteos y los enfrentamientos armados contra los colonos y los soldados de las IDF contribuya también a socavar el control de la Autoridad Palestina sobre Cisjordania.
También esperan que los ataques a tiros semidiarios acaben por animar a algunos miembros de las fuerzas de seguridad palestinas a unirse a la lucha contra Israel, un movimiento que, según ellos, podría acelerar el colapso de la Autoridad Palestina.
Para alentar la continuación de la «resistencia armada», Hamás comenzó a documentar el número de ataques a tiros realizados cada mes en Cisjordania.
Según Hamás, en julio los palestinos llevaron a cabo 44 ataques a tiros en Cisjordania. Desde principios de agosto, al menos 33 ataques a tiros de la «resistencia armada» se llevaron a cabo en Cisjordania, explicó Hamás.
Como es lógico, los responsables de Hamás y de la Yihad Islámica expresaron su profunda satisfacción por el aumento del número de ataques armados contra israelíes en Cisjordania. También están pidiendo a los palestinos que intensifiquen la «resistencia armada» e ignoren el enfoque de «resistencia popular» de Abbas.
Los acontecimientos de los últimos meses demostraron que Cisjordania está volviendo a los días en que los terroristas buscados solían deambular por las calles de las comunidades palestinas.
Las fuerzas de seguridad palestinas tienen el control durante el día, mientras que los terroristas palestinos lo hacen después de la puesta de sol.
Durante la Primera y la Segunda Intifada, los activistas enmascarados y los terroristas llevaban la voz cantante y actuaban como policía, juez y verdugo. Cisjordania parece estar volviendo a esos días en los que los matones decidían quién podía vivir y quién debía morir.
Y todo esto ocurre en un momento en el que Abbas y su facción de Al Fatah se enfrentan a crecientes críticas por no respaldar la buena gobernanza, allanar el camino para la aparición de nuevos y jóvenes líderes y permitir que los palestinos celebren elecciones generales.
Artículo publicado por Khaled Abu Toameh en The Jerusalem Post.