Itongadol/Agencia AJN.- Familias ultraortodoxas de varias ciudades de Israel celebraron este fin de semana la festividad de de Simjat Torá, en contravención de las normas de cierre que prohíben las reuniones. Videos difundidos el domingo muestran a multitudes realizando rezos y bailes, sin mascarilla ni ningún tipo de distanciamiento.
La fiesta de Simjat Torá, al final de Sucot, marca la finalización del ciclo anual de lectura de la Torá y el comienzo de uno nuevo. Tradicionalmente se celebra con «hakafot», reuniones en las sinagogas mientras sostienen los rollos de la Torá y bailan. Las directrices israelíes prohíben las oraciones en espacios cerrados y se supone que limitan las reuniones al aire libre a 20 personas, por lo que se advirtió la prohibición de las celebraciones típicas de la festividad.
Sin embargo, en el barrio Mea Shearim de Jerusalem, por ejemplo, se vieron celebraciones en varias sinagogas o salas de estudio, con poca interferencia de la policía, según informó el sitio web de noticias Ynet.
Un video fuera de una sala de estudio perteneciente a la secta ultraortodoxa de línea dura Toldot Aharon en Jerusalén mostraba a docenas de personas intentando entrar en un edificio donde se estaban llevando a cabo las celebraciones. Según la agencia de noticias Kan, los guardias limitaban la entrada a los miembros para evitar la conglomeración.
El canal de Kan también publicó un video de otra sinagoga de la zona con docenas de personas apiñadas, casi sin máscaras.
עכשיו – הקפות שניות מאה שערים@ynetalerts pic.twitter.com/efoGUq5OGD
— גלעד כהן | Gilad Cohen (@GiladCohenJR) October 10, 2020
En el vecindario cercano de Geula, la policía se enfrentó a los fieles cuando trataron de dispersar una reunión. Según informó Ynet, manifestantes lanzaron con frutas de cidra, tradicionalmente usadas en Sucot, a la policía.
הקפות שניות בבית הכנסת של חסידות שומרי אמונים בשכונת מאה שערים בירושלים@AkivaWeisz pic.twitter.com/D3ptn8A8Do
— כאן חדשות (@kann_news) October 10, 2020
La emisora Kan dijo que docenas de autobuses parecían transportar a los miembros de la comunidad ultraortodoxa dentro y fuera de Jerusalem, a pesar de la prohibición de viajar a más de un kilómetro de su casa. Los autobuses tenían carteles que decían que llevaban a la gente a una «protesta contra la persecución religiosa», aunque las normas vigentes desde hace más de una semana prohíben viajar para las manifestaciones. Los miembros de la comunidad habían usado anteriormente la apariencia de protesta para viajar para la fiesta de Rosh Hashaná.
En Modiin Ilit, un asentamiento ultraortodoxo en Cisjordania cerca de la ciudad de Modi’in, la policía publicó un vídeo de oficiales dispersando las reuniones en las sinagogas. Un tweet de la policía decía que se habían emitido varias multas por la falta de máscaras.
כוחות משטרה הוזעקו למספר בתי כנסת בעיר מודיעין עילית שבהם שהו עשרות מתפללים שאינם עוטים מסכות ואינם שומרים על התקנות. השוטרים הורו למתפללים להתפזר ורשמו מספר דוחות בגין ההפרות pic.twitter.com/TebPuK3uNC
— משטרת ישראל (@IL_police) October 10, 2020
Según se informa, la policía también interrumpió las reuniones en Beitar Illit, otro asentamiento ultraortodoxo.
Un video también mostró una reunión masiva en Tiberias. Lo más llamativo de lo sucedido en la ciudad del norte fue que se realizó en un hotel de coronavirus, el Hotel Leonardo Plaza.
הקפות שניות במלונית הקורונה לאונרדו פלאזה טבריה pic.twitter.com/918yTieXOP
— ינון עידאן (@yinon_idan) October 10, 2020
Ha habido fuertes críticas a las comunidades ultraortodoxas por no adherirse a las directrices del gobierno, e incluso por seguir organizando reuniones masivas, a pesar de los altos niveles de transmisión del virus dentro de la comunidad.
Antes de la festividad, los rabinos principales de Israel imploraron a los israelíes que se abstuvieran de rezar en espacios cerrados y de besar los rollos de la Torá. Sin embargo, algunos rabinos de las comunidades jasídicas han seguido permitiendo las reuniones, creando una brecha en el mundo ultraortodoxo más amplio.
El rabino Issachar Dov Rokach, jefe de la dinastía jasídica de Belz, dijo el sábado que la adhesión a las regulaciones del virus no debe hacerse a expensas de la vida judía. «Estamos en un momento difícil, que superaremos con la ayuda de Dios», dijo Rokach. «Algunas personas piensan que los requerimientos de las autoridades deben ser satisfechos, pero necesitamos continuar la vida de la Torá como siempre», sostuvo.
Israel ha estado bajo cierre nacional desde mediados de septiembre, y ha visto disminuir las tasas de infección en los últimos días, lo que hace aflorar esperanzas de una reapertura económica gradual.
Si bien las normas de cierre permiten trasladarse a espacios al aire libre dentro de un kilómetro de las casas, las playas están generalmente excluidas y deben permanecer deshabitadas. No obstante, miles de personas visitaron las playas de Tel Aviv y otros lugares el sábado, con la policía en algunos lugares imponiendo multas e incluso esposando a una persona que se negó a identificarse.
Los ministros israelíes ordenaron el cierre de las playas después de que los legisladores ultraortodoxos insistieran en que no sería correcto permitir que la gente visitara el mar pero no las sinagogas.