Itongadol.- En un conmovedor testimonio, Erez Kalderon, de 12 años, secuestrado en su casa de Nir Oz durante el ataque del 7 de octubre, ha compartido su angustiosa historia de cautiverio en la Franja de Gaza. Erez, cuyo padre, Ofer, sigue cautivo en Hamás, se sinceró valientemente sobre su traumática experiencia, diciendo: «Me resulta difícil hablar ante la cámara, pero si esto llega a mi padre, vale la pena todo».
Erez relató los aterradores momentos en que los atacantes irrumpieron en su casa: «Simplemente rompieron el picaporte y entraron. Mi padre corrió rápidamente a la habitación segura, gritó a mi hermana Sahar que abriera la ventana y yo salté primero».
En un intento desesperado por escapar, Erez fue alcanzado por un atacante que se lo llevó en una motocicleta. «Miré a un lado y vi a mi padre de rodillas mientras lo golpeaban; fue la última vez que lo vi», recuerda con dolor.
«Imagínate cómo me sentí cuando nos separaron. Papá estaba cubierto de sangre por los golpes. Ese momento me persigue. No puedo quitarme el miedo de encima. Lo único que quería era gritar ‘¡Papá, sálvame!’, pero ni siquiera podía hacerlo».
El joven describió el terror y el aislamiento que experimentó: «Cuando llegamos a Gaza, me encontré solo en un lugar desconocido, y el miedo empezó a abrumarme. Tenía miedo de morir, de que me maltrataran, de que no hubiera comida ni agua y de que algo terrible pudiera ocurrirle a mi familia. Mientras estaba allí, oí a mi madre llorar en la radio, expresando lo mucho que me echaba de menos. Yo quería llorar, pero no podía. Su voz me dio un rayo de fuerza para seguir adelante, para saber que no me habían olvidado».
En noviembre, tras su liberación como parte de un acuerdo de intercambio de rehenes por prisioneros, Erez se enteró de que su padre seguía cautivo. Celebré mi 12 cumpleaños en Gaza, y mi bar mitzvah es dentro de dos meses. ¿Cómo puedo celebrar que me he convertido en un hombre si mi padre sigue allí? No puedo dejar de pensar en él. ¿Está solo, como yo? ¿Sabe que luchamos por él todos los días? Mi sueño es que papá esté a mi lado y me abrace. No puedo concebir una vida sin él».
Erez concluyó su testimonio con una súplica apasionada: «Por favor, comparte mi historia y difunde este post y este vídeo. Quizá le llegue a mi padre, igual que me llegó a mí la voz de mi madre cuando estaba en cautividad. Sólo soy un niño que quiere tener a su padre a su lado. No pido mucho, sólo que papá vuelva. Ahora tengo un propósito claro en la vida: verlo regresar. Ayuda a rescatar a mi padre del cautiverio de Hamás».