Itongadol.- El partido Likud de Benjamin Netanyahu eligió a uno de sus miembros como presidente temporal de la Knesset, el Parlamento de Israel. Se trata de una decisión inusual que permitirá a su coalición entrante de extrema derecha y religiosa avanzar en cambios legislativos radicales antes de que un gobierno sea juramentado oficialmente.
Una mayoría de 64 miembros de la Knesset votó el martes a favor de nombrar presidente temporal a Yariv Levin, hombre de confianza de Netanyahu, un paso fundamental que permitirá al primer ministro designado cumplir las promesas que hizo a sus posibles socios de gabinete antes de que tomen posesión de sus cargos.
Con Levin en su puesto, la coalición pretende aprobar cuanto antes varias leyes, entre ellas una enmienda que permitirá al político ultraortodoxo Aryeh Deri ejercer de ministro a pesar de su condena por evasión fiscal; una enmienda que otorgará al nuevo ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben-Gvir, amplios poderes sobre la policía; y una enmienda que transferirá la supervisión de la administración civil israelí en Cisjordania del ministerio de Defensa al nuevo ministro de Finanzas, el también ultraderechista Bezalel Smotrich.
Cuando el mes pasado el bloque de Netanyahu obtuvo una convincente victoria de 64 escaños en la Knesset (de 120 escaños), en las quintas elecciones celebradas en Israel en menos de cuatro años, se esperaba que fuera relativamente fácil para una coalición homogénea de derecha y religión formar gobierno.
Sin embargo, los desacuerdos sobre la distribución del poder y qué facciones reciben qué puestos ministeriales resultaron difíciles de superar.
La semana pasada, Netanyahu pidió al presidente de Israel, Isaac Herzog, una prórroga de dos semanas tras expirar su mandato. El presidente, cuyo cargo es en gran medida ceremonial, concedió al primer ministro designado otros 10 días, lo que significa que el plazo final para formar gobierno es ahora el 21 de diciembre.
Si Netanyahu no cumple el plazo, Herzog puede encargar a otro miembro de la Knesset que intente formar gobierno. En caso contrario, se convocarán nuevas elecciones.
«Estos son días complejos para la sociedad israelí en los que las disputas sobre cuestiones fundamentales amenazan con desgarrar y encender la violencia y el odio», expresó Herzog en una carta a Netanyahu que su oficina hizo pública, en la que pide al experimentado político que reúna una coalición de gobierno que represente a todo el país.
Netanyahu, que ya es el dirigente más longevo de Israel, fue destituido el verano pasado por una coalición diversa que formó un «gobierno del cambio». Pero, las luchas internas provocaron su caída un año después, enviando a un electorado frustrado de vuelta a las urnas.
Al igual que en las otras cuatro elecciones desde 2019, la consulta de noviembre fue un referéndum sobre la idoneidad de Netanyahu para gobernar: el mandatario de 73 años está siendo juzgado por cargos de corrupción, que él niega.
La coalición de Netanyahu obtuvo una mayoría convincente, en gran parte gracias a la creciente popularidad de los Sionistas Religiosos, una lista formada por tres partidos de extrema derecha liderados por Smotrich y Ben-Gvir, ambos conocidos por sus posiciones antiárabes.