Itongadol.- Uno de cada 100 ortodoxos mayores de 60 años y 1 de cada 140 árabes israelíes mayores de 60 años han muerto de COVID-19, según un estudios realizado en Israel desde el comienzo de la pandemia.
Eran Segal, biólogo computacional del Instituto de Ciencia Weizmann, dice que entre el público en general, excluyendo a los haredim y árabes, 1 de cada 350 personas mayores de 60 años han muerto a causa de la enfermedad.
“Si las tasas de infección en el público en general fueran como las de la comunidad haredi o ultraortodoxa, podría haber terminado con 7.600 muertes adicionales, en comparación con hoy, en el público en general entre los de 60 años o más”, apuntó.
Señala que el 93 por ciento de las muertes por coronavirus en Israel se encuentran entre las personas mayores de 60 años.
En este contexto, la Organización Mundial de Sinagogas y Comunidades Ortodoxas advirtió sobre una mayor actividad en las sinagogas, y pidió al gobierno israelí que permita que los templos vuelvan a abrir de inmediato, utilizando el plan Pasaporte Verde.
Según informó Israel Hayom, el plan es que solo aquellos que hayan sido vacunados puedan orar en espacios cerrados.
En su advertencia, la organización señaló el creciente número de personas vacunadas, así como el deterioro de la adherencia del público a las precauciones básicas de salud.
Aunque Israel terminó oficialmente su cierre el domingo por la mañana, las sinagogas aún no han podido reabrir. Las reuniones en espacios cerrados permanecen limitadas a cinco personas, mientras que las que se realizan en áreas abiertas están limitadas a diez personas. Como resultado, se han realizado muchas reuniones de oración ilegales en todo el país.
“Desafortunadamente, vemos un flujo de fieles rezando en espacios cerrados, incluso aquellos que no tienen Pasaportes Verdes”, dijo la organización. “Nos preocupa que esta tendencia se fortalezca y ponga en peligro la salud de muchas personas”, añadió.
“Los fieles deben cumplir con las regulaciones y recibir la vacuna de inmediato, como recomiendan todos los expertos. Esta es una obligación derivada tanto de la ética como de la ley judía”, apuntaron desde la organización.
Asimismo pidió a los tomadores de decisiones que reabran las sinagogas de manera inmediata y segura, de acuerdo con el plan del Ministerio de Salud, para permitir la oración segura y evitar que la tendencia de las reuniones de oración ilegales en espacios cerrados se arraigue aún más.
Según el plan propuesto, la entrada a las sinagogas dependería de la presentación de un Pasaporte Verde, disponible solo para quienes estén al menos una semana después de su segunda dosis de la vacuna, quienes tengan confirmación de que se recuperaron del coronavirus y quienes dio negativo para la enfermedad dentro de las 72 horas posteriores a su llegada a la sinagoga.
El plan también limita el número de personas en la sinagoga a un número que será determinado por expertos, a fin de permitir un espacio adecuado entre los fieles que no pertenecen al mismo hogar. Los asistentes a la sinagoga también deberán usar máscaras y lavarse las manos. La persona encargada de hacer cumplir la normativa de coronavirus en la sinagoga también será la encargada de asegurar que solo entren aquellos con Pasaportes Verdes. Aquellos que no tengan un Pasaporte Verde continuarán orando en áreas abiertas, mientras se adhieren a todas las regulaciones existentes.