Itongadol/Agencia AJN.- El movimiento Hermanos Musulmanes constituye una «amenaza para la cohesión nacional», según un informe confidencial del gobierno.
«La realidad de esta amenaza, aun a largo plazo y sin acciones violentas, supone un riesgo de daño al tejido social y las instituciones republicanas y, en general, a la cohesión nacional», afirma el informe, difundido por AFP.
Según el informe, existe un «plan global» para integrar las costumbres del islam radical en la sociedad francesa mediante la educación desde una edad temprana, ayuda económica a los pobres y fundaciones deportivas y educativas.
El informe señala la propagación del islamismo «desde abajo» y a nivel municipal, añadiendo que el fenómeno constituye «una amenaza de corto a mediano plazo».
En Francia, el movimiento «se basa en una estructura sólida, pero el islamismo político se está extendiendo principalmente a nivel local», subrayaron sus autores.
«Parece necesaria una acción decidida y a largo plazo sobre el terreno para frenar el ascenso del islamismo político», dijeron.
El informe destaca la «naturaleza subversiva del proyecto», afirmando que su objetivo es «provocar cambios graduales en las normas locales o nacionales», en particular las relativas al secularismo y la igualdad de género.
Este «islamismo municipal» corre el riesgo de afectar la esfera pública y la política local, según el informe, apuntando a «la creación de ecosistemas islamistas cada vez más numerosos».
El ministro del Interior francés, el «mano dura» Bruno Retailleau expresó ayer su preocupación por «un islamismo de bajo nivel» cuyo «objetivo final es volcar a toda la sociedad francesa a la ley de la Sharía».
Sin embargo, los autores del informe dijeron que «ningún documento reciente demuestra el deseo de los musulmanes de Francia de establecer un Estado islámico en Francia o hacer cumplir la ley de la Sharía allí».
Musulmanes de Francia, la ex Unión de Organizaciones Islámicas de Francia, fue identificada como «la rama nacional de los Hermanos Musulmanes en Francia».
«No se trata de un separatismo agresivo», sino de un «objetivo sutil pero no por ello menos subversivo de las instituciones», afirmaron los autores.
El informe estima que existen 139 lugares de culto afiliados a los Musulmanes de Francia, además de otros 68 considerados cercanos a ellos, repartidos en 55 de los 101 distritos de Francia. Eso representa el siete por ciento de los 2.800 lugares de culto musulmanes enumerados en Francia, según el informe.
Según el informe, al menos 22 distritos corren el riesgo de ser cooptados por el islam, principalmente en el norte del país, la zona de Marsella, en el sur, y los suburbios de París. Según los hallazgos, entre 400 y 1.000 miembros del núcleo extremista de los Hermanos Musulmanes operan en Francia.
El movimiento islamista está perdiendo influencia en el mundo árabe y «centra sus esfuerzos en Europa», añade.
El informe también señala una financiación catarí y saudita durante muchos años. Se teme un escenario similar a lo ocurrido en Bélgica, donde partidos islamistas compitieron en elecciones locales y nacionales y uno de ellos incluso exige la aplicación de la sharía.
Una de las conclusiones es que debe combatirse la influencia de los Hermanos Musulmanes desde el interior de la sociedad francesa, un enfoque diferente al aceptado hasta ahora, según el cual se trataba únicamente de la influencia de factores externos.
Una campaña de concientización pública debe combinarse con esfuerzos renovados para promover un «discurso secular», así como «señales fuertes y positivas a la comunidad musulmana», incluida la enseñanza del árabe, según el informe.
Para esta mañana se había convocado una reunión especial del gobierno para debatir las conclusiones del informe. Retaille, a quien le entregaron las conclusiones hace una semana, debía presentar los puntos principales tras la reunión. Sin embargo, estos se filtraron anoche, según reveló el periódico Le Figaro. Expertos del Ministerio del Interior, del Ministerio de Asuntos Exteriores y de la inteligencia francesa trabajaron en su elaboración durante un año, entrevistando a decenas de personas en toda Francia.
Entre otras cosas, se reunieron con 45 investigadores universitarios y líderes de la comunidad musulmana en Francia. También escucharon a los directores de la asociación Musulmanes de Francia. El informe fue elaborado por un exjefe de Policía regional y un exembajador, cuyos nombres no fueron revelados.
El informe advierte contra lo que describe como la «normalización» de prácticas extremistas, como el uso del hiyab desde una edad temprana y el fomento de la vida en una comunidad cerrada, entre otras. Existen al menos 21 escuelas privadas de los Hermanos Musulmanes en Francia, donde cursaron estudios unos 4.200 estudiantes en 2023, y 800 centros de estudio del Corán, la lengua árabe y la religión musulmana desde una cosmovisión devota.
La educación desde una edad temprana, advierte el informe, es la punta de lanza de la penetración del islam extremista en Francia. Al menos 280 fundaciones dedicadas a la educación, el trabajo con jóvenes y niños, la cultura y la asistencia social y profesional han sido identificadas como pertenecientes al islam radical.
El informe identificó financiación catarí, al menos hasta 2019, en Estrasburgo, al este del país; Villeneuve-d’Esque y Marsella, al sur; Saint-Denis, a las afueras de París; y Lille, al norte.
Francia dejó de financiar un instituto que hasta entonces había servido como ejemplo de estudios islámicos tras descubrir una financiación poco transparente y la enseñanza de «valores contrarios a los de la República».
Arabia Saudita también es mencionada como uno de los financiadores de la organización, principalmente en la ciudad de Mulhouse, al este de Francia, donde apoya al Instituto Europeo de Ciencias Sociales, especializado en estudios árabes y coránicos.
Una de las conclusiones del informe es que la legislación francesa, que separa la religión del Estado, es insuficiente para combatir este fenómeno, lo que permite la aplicación de las leyes del islam radical entre los musulmanes, a quienes las fundaciones incitan a radicalizarse mientras hablan de «islamofobia en la sociedad francesa» para explicar los límites que el Estado intenta imponerles.
Los predicadores en las redes sociales también preocupan a los autores del informe, porque «incitan, utilizando la actualidad para cuestionar la sociedad secular y sus valores».
Una fuente del Palacio del Elíseo explicó a Le Figaro: «Nuestra función es informar a las agencias gubernamentales, al público y a los funcionarios electos locales a medida que se acerca la fecha de las elecciones locales (que se celebrarán en marzo de 2026)».
Según ella, «el fenómeno de la infiltración en la sociedad francesa es a largo plazo y oculto; se trata de mensajes muy formales y oficiales».
Al mismo tiempo, enfatizó: «No se debe confundir a los musulmanes en Francia con el islam radical, contra el cual luchamos».