AJN/Itongadol.- Los sitios y museos asociados con la violencia, la tragedia y la guerra atraen a millones de personas de todo el mundo cada año. Una nueva investigación sugiere que explorar uno de los capítulos más oscuros de la historia humana, la Shoá, puede inspirar a los turistas a actuar sobre los derechos humanos y el cambio social.
Visitantes del Museo y Centro de Educación del Holocausto de Illinois en Skokie, al norte de Chicago, fueron entrevistados acerca de las emociones y actividades provocadas por su visita. Dijeron que la experiencia los empoderó y motivó a abordar la injusticia en sus vidas o comunidades, según un estudio realizado por miembros de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign y el personal del museo.
El museo, que recibe a 130.000 visitantes cada año, es el tercero más grande de su tipo en el mundo e incluye información sobre la Europa anterior a la Segunda Guerra Mundial y el surgimiento del nazismo. Hay otros 15 en los Estados Unidos, incluido el Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos en Washington.
La misión del museo, según su sitio web, incluye infundir esperanza en sus visitantes para que puedan hacer del mundo un lugar mejor enfrentando la injusticia y defendiendo los derechos humanos. Entre las exhibiciones del museo de Illinois se encuentran hologramas interactivos de sobrevivientes de la Shoá que cuentan sus historias y exhibiciones de más de 20.000 artefactos donados por personas de la zona.
El profesor William Stewart y su equipo escribieron el estudio, que fue publicado en el Journal of Travel Research.
“Este museo está diseñado, desde el momento en que los visitantes ingresan hasta el final, para desencadenar la autorreflexión, para guiar al viajero para que pueda digerir las emociones asociadas con las exhibiciones”, dijo la primera autora del estudio, la profesora Joelle Soulard.
El museo en sí mismo es emblemático de la movilización social. Fue formado por sobrevivientes de la Shoá del área de Chicago en respuesta al impulso de un grupo neonazi para una marcha en Skokie a fines de la década de 1970. Estos sobrevivientes fundaron la Fundación Memorial del Holocausto para educar al público sobre los efectos corrosivos del odio.
El museo envió un correo electrónico de reclutamiento y una encuesta a casi 1.000 adultos que lo visitaron en la primavera boreal de 2021. A los que respondieron se les preguntó si habían visto cinco colecciones específicas, incluida la exhibición permanente de la Shoá y las exhibiciones temporales sobre los derechos de la mujer y el apartheid. También proporcionaron y discutieron fotos de familiares, naturaleza u obras de arte, que representaban sus pensamientos y emociones mientras recorrían las colecciones.
Soulard dijo que esperaba encontrar que los participantes cambiaran con sus visitas, pero se sorprendió por la magnitud de estos efectos.
“Esperaba algún cambio, pero no a ese nivel”, dijo Soulard. “Tuvieron experiencias poderosas y emprendieron actividades significativas. Fue conmovedor ver la forma en que las personas se conectaron con el testimonio de los sobrevivientes debido a experiencias similares con el odio”.
Los visitantes dijeron que las emociones negativas, como una sensación de dolor e injusticia provocadas por las exhibiciones, “pueden conducir a emociones positivas colectivas, como ser incluido en una comunidad que se comprende entre sí debido a esta experiencia compartida con… odio”, escribieron los investigadores.
Algunas personas notaron paralelos preocupantes entre los climas sociales y políticos en la Europa anterior a la Segunda Guerra Mundial y los Estados Unidos en la actualidad, como el aumento de la retórica antisemita, la propaganda racista y la muerte de minorías, incluido George Floyd. La escasez de cobertura de la Shoá y el genocidio en los planes de estudio de las escuelas deja a «generaciones de adultos vulnerables a la desinformación política», escribieron.