Inicio CULTURA Se cumple un año del fallecimiento de la pintora y actriz Rachel Lebenas de Berliner

Se cumple un año del fallecimiento de la pintora y actriz Rachel Lebenas de Berliner

Por Iton Gadol
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Itongadol.- El 11 de septiembre de 2023, a los 88 años, falleció la pintora y actriz Rachel Lebenas, esposa del actor Max Berliner. Rachel fue una reconocida pintora que dio la vuelta al mundo con su arte y al igual que Max, una de las últimas actrices del idioma Yiddish en el mundo.

Su carrera como artista plástica tuvo su gran impulso en 1978, cuando presentó sus obras en la Exposición Internacional de Tel Aviv en forma conjunta con las de Picasso, Dalí, Miró y Chagall, y ese mismo año en el Museo de Arte Contemporáneo de Tel Aviv. Desde ese momento, su carrera no paró de crecer.

Lebenas se crió en una casa muy judía junto a sus tres hermanas. Su padre, Salomón, y sus abuelos eran personas religiosas que concurrían asiduamente a la sinagoga. De allí ella tomó su fuerte relación con las tradiciones judías. Su madre y su padre, Sofía, había perdido a toda la familia en los campos de concentración.

Su padre era un clásico “cuenténik” (vendedor ambulante en Yiddish)” y su vida la dividía entre estudiar la Torá, el trabajo y sus hijas. Uno de los pilares de la familia era el famoso Seder de Pesaj (Pascua judía) y cuando Salomón murió, Rachel heredó llevar a cabo esa tradición. Así, el Seder reunió durante toda su vida a su familia y si bien la tradición es que el hombre presida la ceremonia, Rachel siempre fue la tomó la posta para sus hijos, nietos y sobrinos, en mesas realmente grandes, hasta que su enfermedad no se lo permitió más.

Su hermana menor, Miriam, recordó que desde chica ella ya estaba conectada al arte: “Empezó estudiando violín y dibujo. Fue muy laboriosa, se ocupaba mucho de esas expresiones. Estudiaba con profesores”.

Por su parte, sus hijos destacaron: “En su casa materna se hablaba idish como en muchas familias de aquella época, y ella era una amante del idioma. Cantaban en Yiddish. Siempre le pedía a su hermana mayor, Fanny, que por favor la llevara a ver teatro judío. Ellos vivían en Villa Luro y Fanny la llevaba a los 15 años a ver teatro en Yiddish”.

Y fue en una de esas oportunidades, cuando ella tendría 16 años, que en el teatro conoció al actor: Max Berliner. Rachel empezó a tener una admiración artística por él y lo iba a ver siempre. Finalmente, esa admiración terminó en un matrimonio. “Max trabajaba en el diario Mundo Israelita y es conocida la historia de que lo convencieron entre todos de que tenía que casarse, porque él decía que estaba casado con el teatro. Así que con una gran diferencia de edad, ella con 19 años y él con 36, se casaron. El primer lugar donde vivieron fue en Caballito, en la calle Avellaneda 1108, donde nací yo, su primer hijo, Daniel,(Velvele para ellos), y allí vivieron 7 años. Después se mudaron a Villa Crespo, donde tuvieron a su segundo hijo, Ariel (Arele).

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Obra de Rachel Lebenas de Berliner, exhibida en el hogar Ledor Vador

Lebenas descubrió su vocación de pintora mucho más adelante, de la mano del artista Américo Balán. Él fue su maestro, con quien ella descubrió su gran pasión, que la convirtió en una mundialmente reconocida pintora.

“Entre el teatro y el casamiento, mi mamá empezó a trabajar en el Cultur Congress (hoy Fundación IWO), donde se dedicaba a todo lo que tiene que ver con el Yiddish, por ser una gran conocedora del idioma. Esto la convierte después artísticamente, en una gran actriz con importantes realizaciones. Una fue ‘Y él fue por los campos’, con Óscar Rovito y Barbara Mujica. Su conocimiento del idioma la destacó como una gran recitadora, reconocida también mundialmente”

El escritor y educador Moshé Korin también hizo una semblanza de Rachel, a quien comparó a la altura de Berta Singerman, donde su calidad de recitadora en Yiddish realmente marcó una etapa en la cultura de judía.

También recordó que Max y Rachel se enamoraron en la segunda obra que hicieron juntos, llamada “Agente 837”, donde él era el director y ella actuaba. “Lo de la pintura apareció mucho tiempo después, pero de joven ella era una excelente actriz”, recordó Korin.

La hermana de Rachel, Miriam, destacó que Max “descubrió enseguida en ella sus valores artísticos y la invitó a intervenir en el grupo de teatro que él dirigía, siempre en Yiddish. Al poco tiempo, ella ya estaba ensayando una obra de gran magnitud, donde ella con 18 años fue la protagonista caracterizando a una mujer de 80, con elogios de la crítica impresionantes. Al muy poco tiempo se armó la pareja, al año se casaron”.

“Rachel y Max tenían un Yiddish perfecto y nunca lo dejaron. Y Rachel empezó a hacer una carrera de teatro muy importante, siendo una gran actriz. Ella era musical. Rachel era arte, en un entorno de arte. Y creo que nuestra casa tuvo mucho que ver, porque fue una casa de mucha tradición, con el shabat y las festividades. Y también de mucho sentimiento”, agregó Miriam.

Junto con Max Berliner, ambos encabezaron grandes éxitos teatrales. “Rachel fue un pilar en la vida de Max, fue una gran compañera. Siempre cuidó de él hasta el último momento. Y ella hablaba de esos cuidados. Ellos marcaron una época en Villa Crespo como ciudadanos realmente visibles, en los cafés de la zona, y eran dueños de la noche, con una vida que solo los artistas pueden llevar, de mucha libertad. Diariamente disfrutaban de la vida nocturna en los teatros de Corrientes” recordó uno de sus hijos.

De hecho, su inspiración como pintora siempre ocurría durante la noche. Rachel nunca dormía de viernes a sábado y de sábado a domingo. Pintaba en el living de su casa, en una gran mesa, toda la noche, y se iba a acostar a las 6 de la mañana.

Su carrera artística

Su cartera como artista plástica tuvo su gran impulso en 1978, cuando expuso sus obras en la Exposición Internacional de Tel Aviv en forma conjunta con las de Picasso, Dalí, Miró y Chagall, y ese mismo año en el Museo de Arte Contemporáneo de Tel Aviv. Desde ese momento, su carrera no paró de crecer. Se convirtió en una de las exponentes más representativas de la pintura argentina contemporánea y realizó muestras individuales, invitada especialmente por los gobierno y universidades, entre otros países en India (1987,1990 y 1998); en China (1988, 1990, 1997 y 2000); en el Tropen Museum de Ámsterdan, Holanda (1987); en París, Francia; en la muestra Internacional de la UNESCO (1987); en Tailandia (1995); en y Seúl, Corea del Sur (1994 y 1999).

“Realizar una muestra junto a Picasso, Chagall, Miró y Dalí fue algo muy fuerte y enorme en mi vida. Esa muestra internacional me abrió grandes puertas a ser invitada por gobiernos extranjeros, como India y China”, relató Lebenas hace unos años en una entrevista.

Además, Rachel realizaba frecuentemente exposiciones anuales en diversas galerías de la Argentina, como la importante muestra retrospectiva que llevó a cabo en el Centro Cultural Recoleta, la realizada en El Conventillo Histórico del Arte en La Boca, la muestra “Baladas de colores y tango de Rachel Lebenas para Borges y Piazzolla” en el Senado de la Nación, y otras exposiciones en el espacio de arte de la AMIA y en el Café Literario de la Sociedad Hebraica Argentina. Mantuvo una relación fluida con el escritor Jorge Luis Borges.

“Empecé a exponer en 1975, si bien dibujaba desde los cinco años, cuando una amiga que trabajaba en un hotel me organizó una muestra en Uruguay y de allí salí al exterior, pero también sigo recitando, especialmente poemas de Borges”, recordó la artista en una ocasión.

El afamado crítico de arte Aldo Galli destacó que “las obras de Rachel Lebenas tienen un clima ensoñador, que por momentos evoca las manifestaciones oníricas del surrealismo, envuelve sus trabajos con espontaneidad, soltura y automatismo”.

También ha realizado exposiciones en el Fontain Curt NSW – Parliamente House, en Sidney, Australia (1998); Naciones Unidas (1998 a 2001); Opera House en El Cairo, Egipto (2001); Tabac Museum en Viena, Austria (1998) OEI en Madrid (1985 y 2003), Venezuela (1977 y 2004) y en el Consulado Argentino en Colonia, Uruguay (2208).

Entre las importantes críticas que recibió de sus trabajos, uno de los que más se recuerda fue el publicado en el diario South China Morning Post por Amanda Watson: “La pintura de Rachel Lebenas ama, vive y es un estado de gracia. Todo está en su pintura, su reveladora pasión, ángeles estallando en el mundo, amantes abrazándose intensamente hasta fusionarse, caballos golpeando la tierra con tanta fuerza que hay simplemente una mancha borrosa. (…) Su obra se convierte en una majestuosa exposición sobre el alma y el amor”.

“Fue una luchadora total, ya sea en el teatro o en la pintura. Desarrolló una trayectoria impresionante por el mundo. Hablar de Rachel es hablar de una rebelde, que no le tenía miedo a nada. Mi relación con ella siempre fue muy intensa, y por supuesto la importancia que tiene en mi vida y en la de sus hijos, es como una unidad”, concluyó su hermana Miriam.

En sus últimos años, Rachel Lebenas residió en el Hogar Ledor Vador, donde luchaba contra el Alzheimer y encontraba en la pintura su mayor contención. Una semana antes de su fallecimiento, pintó junto a sus hijos y la obra lleva como nombre “La Vida”. Será enterrada mañana en el cementerio judío de La Tablada.

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