Itongadol.- ¿Qué motiva a esa gente a girar en círculos al ritmo de la música durante horas y horas? ¿Qué une a una señora de Belgrano, un muchacho de Floresta, una adolescente de Villa Crespo, un sheliaj israelí y una abuela del Once? ¿Qué tienen de especial las famosas “harkadot”?
El pasado martes 7 de diciembre en la Sede Sarmiento, Hebraica fue testigo de un gran encuentro de Rikudei am (danzas folklóricas israelíes), más conocido como Rikudim. Dirigido por Rikudim BA Argentina (organización que se dedica a la difusión del movimiento
rikudero en Capital Federal y con repercusión en todo el mundo), 83 personas de todas las edades y gustos bailaron por cuatro horas, recorriendo los clásicos bailes y también el “Ranking 2021”, con los más elegidos creados durante este año.
Luego de un 2020 muy difícil, donde el ranking se realizó en un programa online, el 2021 ameritaba nuevamente juntarse a bailar. Es extraño imaginar que todas estas personas estuvieron bailando solas, en sus livings y cuartos durante muchos meses del encierro, conectadas por las redes y por el anhelo de volver a juntarse. Aprovechando la virtualidad, cada bailarín pudo encontrar la clase a su medida, pudiendo viajar por el mundo a conocer otros talleres de diferentes ciudades, desde Zoom o Facebook, en español, hebreo, inglés. Pero nada equivale a la energía que surge de una gran ronda girando.
Gritos, saltos, gente cantando, sonrisas. Quien no baila, no podrá entenderlo. Con la vuelta a la presencialidad, se fueron sumando a las danzas israelíes personas que durante la cuarentena volvieron a pensar en los tradicionales rikudim como una opción de ejercicio
físico, de conexión con Israel, con el hebreo, con los amigos. Y se encontraron con este movimiento de renovación constante, que sigue bailando y sigue latiendo. Hasta la próxima harkadá.