Itongadol.- En agosto se produjo un gran incendio en los bosques de Jerusalem e Itongadol recorrió la zona junto con el jefe de Prevención de Incendios del Keren Kayemet Leisrael (KKL), Janoj Tzoref, para conocer el importante trabajo que realizan para recuperar el área.
“Un árbol nuevo tarda 30 años en crecer, pero estos árboles volverán a estar como antes sólo en 20 años, porque las raíces no se quemaron, siguen intactas”, explicó a ItonGadol.
“El Estado de Israel se formó en 1948 y era una tierra casi sin árboles, entonces los plantaron. Pasaron más de 70 años y hoy sabemos que los árboles que plantamos aquí se quemaron, pero en su lugar crecerán muchísimos otros. Aquí se produjo el último gran incendio que hubo en Israel, en agosto: 11 kilómetros cuadrados, el 1% de los bosques de Israel. Es mucho, Israel es chico… Fue un incendio muy, muy fuerte en un lugar donde hay muchísimos visitantes”, agregó.
– ¿El incendio de agosto fue el más grande de la historia?
– No, el incendio más grande en Israel fue el del (monte) Carmel, en 2010, y aquí (en Jerusalem) hubo otros más grandes que este en 1995 y 2016. Este tuvo la mitad del tamaño del de Carmel, casi todo en terrenos del KKL, y tratamos de entender qué hacer de aquí en adelante porque hace años que hacemos trabajos para frenar los incendios y tenemos un éxito relativo.
– ¿Saben cómo se inició este incendio?
– No lo sabemos, más que aproximadamente… En Israel y la zona del mar Mediterráneo, todos los incendios los hacen los hombres. No hay incendios naturales. Alguien lo hizo, pero no sabemos si lo hizo con intención o no, ni dónde exactamente… Empezó a 6 kilómetros de aquí y los atravesó en dos horas, que es lo más rápido que puede ir un incendio y hace imposible reunir a las fuerzas para extinguir el fuego. No se llega y también es muy, muy peligroso: empezás estando en un lugar y de repente el fuego se te viene encima… En ese momento estaba acá abajo, sobre la ruta, y el incendio estaba allá, a un kilómetro. Después de un cuarto de hora tuve que escaparme porque de repente vino un fuego de 100 metros de alto…

El jefe de Prevención de Incendios de KKL junto al director de ItonGadol, Daniel Berliner
– ¿Por qué fue tan fuerte?
– Un incendio es fuerte cuando el fuego llega a los 40, 50 o 60 metros de alto, y esto pasa debido a lo que hoy llaman «cambio climático». En Israel y en todo el mundo el verano es más largo, caluroso y seco. No hay lluvia, pero la aridez tiene que ver con cuán caluroso es y cuánta humedad hay en el aire. La planta y el árbol recuerdan… Tienen memoria… El árbol sabía 3 años antes cómo sería este: si hubo lluvia… Si un mes fue seco, sabe que se secará, aun si no es un día problemático… El día del incendio no fue problemático: había viento como ahora, no era fuerte… Pero ocurrió después de dos meses -julio y agosto- muy calurosos y secos, así que cuando vino un pequeño fuego, quemó todo alrededor, salvo el hospital y otros sectores…
– Evacuaron el hospital…
– Sí… Además, antes del incendio habíamos derribado todos los árboles altos a lo largo de esta extensión y el fuego quedó allá. Ahora, eso es mucho trabajo y todo el tiempo hay que estar corrigiéndolo, pero eso salvó el lugar…
– ¿Hay animales aquí?
– Sí, siempre: gacelas, zorros, chacales, puercoespines, liebres… pero realmente no sabemos cuántos hay en cada lugar porque es un bosque abierto. No todos los lugares se quemaron -ahí hay verde, ahí también- y la mayoría de los animales sabe escapar del fuego o meterse en algún lugar para refugiarse bajo tierra.
– ¿Qué sintió cuando comenzó el incendio?
– Que tengo trabajo… Me dedico a esto hace 35 años y es parte de los incendios que hay en todo el mundo: California, España, Portugal, Grecia… Veo esto y me duele el corazón por el bosque, pero entiendo que forma parte de nuestro mundo…
– Eso no está bien…
– Dos cosas: antes que nada, existe el hombre, y segundo, el mundo se resecó… Estos incendios ocurren porque el mundo es más seco…

Los árboles renacen
– ¿Y ahora qué hacen?
– Hay un trabajo no menor: antes que nada, hay que arreglar el lugar donde el incendio hizo problemas y la gente viene a mirar… Un camino que están arreglando ahora, que árboles peligrosos, quemados, no caigan sobre la gente… Y en el KKL recolectamos, agarramos, revisamos y medimos para que haya información, y si podemos planificar bien, qué hacemos. Pero lo principal del trabajo no es ahora, es el 10%… El 90% será dentro de 4 o 5 años…
– ¿Plantan todo de nuevo?
– Antes solíamos plantar árboles nuevos, hoy entendemos que eso casi no es necesario… Este olivo se está renovando… Lo que hay que hacer es cuidar que los árboles que vengan detrás sean sanos, lindos y no aviven el fuego… Dentro de dos meses, después de la primera lluvia, todo será verde… La naturaleza es fuerte…
– Pero esto es un retoño…
– Será un árbol en 20 años, pero si plantara uno nuevo, sería en 30…
– ¿Por qué?
– Es lógica: lo que se quemó del árbol fueron las ramas, pero las raíces están en la tierra y normalmente, su tamaño es aproximadamente el mismo que el del árbol. Están vivas, nada les pasó… Reciben el agua de la lluvia y quieren vivir…
– ¿Esto lo entiende el alcalde de Jerusalem? ¿Tiene paciencia o quiere árboles ya?
– Antes que nada, el alcalde de Jerusalem nada tiene que ver porque esto es del Keren Kayemet, pero la gente que vive aquí, una escuela y judíos del mundo nos dicen que quieren venir a plantarlos y les decimos que no hace falta… Hay cosas para hacer, pero no precisamente eso…
– ¿Lo entienden?
– Cuesta explicarlo… Si los habitantes de Jerusalem le dicen al alcalde que quieren plantar árboles en la ciudad, este les dirá: «Planten», pero estamos hablando de un bosque y si no hace falta, no lo haremos…
– ¿Esto ocurre en cualquier lugar del mundo o es algo especial de Israel?
– El 98% de los bosques del mundo que se queman, se renuevan naturalmente. No se plantan. Un bosque se hace de a poco, con paciencia… Somos maratonistas, esperamos… Este árbol empieza a renovarse y en un año todos lo harán. Basta con mirar… Aquí al lado hay otro pequeño árbol: es un roble. En 5 o 6 años será un árbol… Todos esos pinos esparcen semillas y por eso crecerán muchos otros árboles en todo el terreno, que estará lleno de ellos. Nuestro problema no será plantar árboles, sino derribar parte de ellos cada 5 años y hasta dentro de 20 para que no haya demasiados. Muchos árboles, problema de incendio… Lo otro que debe hacerse para que haya un bosque sin incendios duros es cuidar que los árboles que queden crezcan bien de manera natural, de forma tal que estén sanos a lo largo de los años.
– En los territorios lindantes con la Franja de Gaza no esperan a que vuelvan a crecer los árboles incendiados, sino que plantan nuevos, ¿por qué esta diferencia?
– Hay especies de árbol que no vuelven a crecer… Otra diferencia es que allí, al lado de Gaza, hay poca lluvia, unos 300-350 milímetros al año, y acá hay 800-850. Además, junto a Gaza quieren a los árboles debido a la seguridad, porque forman una pared, y por eso los plantan con irrigación para que sea rápido, pero eso es otra cosa: es un lugar muy especial, difícil.