Itongadol.- Con el objetivo de unir a las tnuot noar de Latinoamérica, el departamento de Noar Jalutz y Dor Hemshej de la Organización Sionista Mundial, realizó del 20 al 22 de mayo pasado en Buenos Aires el Congreso de Liderazgo Tnuati, en el que representantes de Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay intercambiaron experiencias y objetivos a futuro. Itongadol estuvo presente y dialogó con Sergio Edelstein, el titular del departamento, quien aseguró: ‘‘Después de dos años muy difíciles de pandemia, que todos vivimos, en especial los adolescentes y los jóvenes, el hecho de que nos podamos reunir todos, de cuatro países diferentes, como lo hicimos hace una semana siete países en México, creo que es una oportunidad gigante de dialogar, de pensar juntos y también de disfrutar de cosas comunes que hacemos’’.
Este fue el segundo encuentro de los Consejos Juveniles Sionistas de los movimientos juveniles, tras el realizado en México la semana pasada. En esta ocasión estuvieron presentes 46 chicos (18 de Argentina, 14 de Uruguay, 12 de Chile y 2 de Paraguay).
En relación al trabajo en conjunto de los consejeros de Argentina, Uruguay y Chile, Edelstein dijo: ‘‘Tenerlos presentes es muy importante. Van a estar trabajando en conjunto y en un espacio que es mundial. Porque también hay consejos en Australia, en Inglaterra y lo estamos creando en Estados Unidos. La idea es crear un Consejo Mundial y hoy en día, con la mayoría de los jóvenes sabiendo inglés, no hay ninguna razón para que no tenga éxito’’.
¿Qué importancia tiene este Congreso?
Después de dos años muy difíciles de pandemia, que todos vivimos, en especial los adolescentes y los jóvenes, el hecho de que nos podamos reunir todos, de cuatro países diferentes, como lo hicimos hace una semana siete países en México, creo que es una oportunidad gigante de dialogar, de pensar juntos y también de disfrutar de cosas comunes que hacemos. Ese es el objetivo que nos pusimos, no tenemos demasiadas expectativas en ese sentido, porque primero que nada lo que queríamos era volver a reunirnos y que los chicos se sienten uno al lado del otro, que se encuentren, que dialoguen, y que empiecen a pensar cosas en común hacia el futuro, esa es la idea.
Usted planteó un cambio de paradigma en relación a comenzar a enfocarse en lo que une a los movimientos juveniles sionistas y no en las diferencias. ¿Qué nos puede decir al respecto?
Yo creo, y lo digo hace mucho tiempo, que en el 95% de los valores sionistas la base es la misma, de los judíos en general, de cualquier movimiento juvenil, no importa si se trata de uno de derecha, izquierda, ortodoxo o reformista, no importa eso. El 5 % restante es lo que es fuera de serie y es lo que permite en lugares como Buenos Aires, la opción de elegir. Pero yo creo que la competencia tiene que ir más allá, tiene que llegar a la mayoría de los chicos, y hablo de la realidad comunitaria en Argentina, en la que el objetivo tiene que ser llegar a los chicos que nadie llega. La gran mayoría de chicos en Argentina no van a ninguna institución comunitaria. Y hoy en día se puede ser parte de una tnua y también ir a una institución en un marco deportivo o a un marco social diferente. Hoy en día, yo creo que los jóvenes, así como pueden ser parte de un grupo de Whatsapp de cualquier índole, también pueden ser parte de una tnua y de una institución social y deportiva. Y creo que ese es el gran desafío, porque las tnuot tienen algo especial para jóvenes adolescentes.
¿Qué generó la pandemia en los Movimientos Juveniles Sionistas?
Lo primero que generó fueron muchos desafíos. El hecho de asegurar que los chicos sigan yendo a Shnat Hajshará y haciendo otros programas en Israel, fue tal vez el desafío más grande. Pongo como ejemplo a Hanoar Hatzioni Olamit, que alquiló en México un avión entero para llevar a los janijim a Shnat Hajshará y a también a olim jadashim. Eso es algo que se dio gracias a que un desafío llevó a una cosa inimaginable, y es el hecho de que una tnua noar contrate un avión, con un proyecto que se llamo ‘a baita’ (a casa), de Aeroméxico, para llevar 200 personas, entre ellos olim y participantes de Shnat. Creo que eso es increíble.
¿Qué rol tuvieron las tnuot durante la pandemia?
Creo que las escuelas formales tuvieron muchos inconvenientes por no estar preparadas, quizás a nivel tecnológico, para motivar a los niños a que estudien en sus casas con sus padres. Y si bien la tnua también funcionó a través de Zoom, permitió otra cosa, algo que los colegios no pudieron hacer. Y fue que teniendo en cuenta que los janijim estaban en sus casas y los madrijim también, hicieron por un lado charlas de uno a uno, se miraron a los ojos, a través de las pantallas, pero también permitió, y te voy a dar dos ejemplos de cosas metodológicamente increíbles que pasaron al principio de la pandemia. Un día me llamó Oren, el mazkir mundial de Hashomer Hatzair, para invitarme a un kabalat shabat virtual. Cuando llegó el viernes me conecté al Zoom sin saber muy bien con qué me iba a encontrar. Y me encontré con 500 personas, que en ese momento era el número máximo permitido por la plataforma, todos bogrim y javerim de Hashomer Hatzair, diciendo solo dos palabras ‘‘Shabat Shalom’’, y había personas de todo el mundo, y algunos se conocían entre sí y comenzaron a saludarse. Y ese fue el primer ejemplo que me hizo darme cuenta de que sí íbamos a poder salir adelante, porque fue algo hermoso lo que se generó. El otro ejemplo es algo que pasó con Hanoar Hatzioni en México. Un día recibí un email con un link de Zoom, para la apertura del majane (campamento) de Hanoar Hatzioni. Inmediatamente lo llamé al sheliaj consultándole cómo era posible que en el medio de la pandemia les permitan realizar un campamento y me dijo que era un campamento virtual, a lo que yo respondí que no podía creerlo. No me parecía viable que se realice algo así. Y cuando todos se conectaron, el rosh del majane le dijo a los janijim que se paren, que se pongan a armar las carpas en sus piezas con las sábanas y los hilos que les habían dado, y parecía como en las películas americanas. Yo estaba fascinado, no me podía mover del Zoom. Recuerdo perfectamente incluso que en un momento los madrijim les dijeron a los janijim que vayan a las cocinas de sus casas, que echen de ahí a sus padres, y que se pongan a preparar la comida. Y yo creo que eso tiene un valor fuera de serie.
¿Qué puede decirnos de la Academia de Liderazgo Sionista?
Es la perla en todo lo que respecta a Dor Hemshej y a las futuras generaciones del departamento. Creemos que simplemente apoyar con dinero no tiene un valor agregado y la Academia demostró en esta primera edición que es algo especial, diferente y confío que va a crear líderes, gracias a la dedicación de Ariel Goldgewicht, el director del departamento, y al trabajo incondicional de Dikla Stanger, la coordinadora del proyecto.
Están presentes en este Congreso los tres consejeros de Argentina, Chile y Uruguay. ¿Qué importancia tiene la creación de este Consejo?
Así como dije que desde el punto de vista del liderazgo la Academia es algo central, desde el punto de vista de los movimientos juveniles, ‘WAY’, que son las siglas en inglés de la Asociación Mundial de Consejos Juveniles, es algo fundamental. Y tener aquí presentes a Aviv Alfie, presidente de la Federación Juvenil Sionista de Uruguay, a Nathalie Espinoza, presidenta de Derej, que es una nueva organización en Chile, y a Paula Migdalek, la mazkirá del Consejo en Argentina, es muy importante. Van a estar trabajando en conjunto y en un espacio que es mundial. Porque también hay consejos en Australia, en Inglaterra y lo estamos creando en Estados Unidos.