Itongadol.- Jade, alumna de la Escuela Hadassim del programa Naale para adolescentes, cuenta su historia en primera persona:
Mis padres ya tenían la idea de hacer aliá, pero querían que yo y mi hermana menor nos sintamos cómodas en un país nuevo, con un distinto idioma. Yo estaba convencida y mi hermana tenía dudas. Quisimos aprovechar esta oportunidad única de estar en un programa con gente que habla el mismo idioma. Tuvimos que pensarlo mucho con mis padres, porque sabíamos que cuando ellos llegaran a Israel, no nos veríamos todos los días como antes, sino sólo los fines de semana.
Luego de hacer algunos trámites, llegó el día de hacer el examen. Había una familia de Córdoba que no tenía un lugar donde quedarse, así que les ofrecimos mi casa y fuimos todos juntos a rendir el examen. Al llegar al templo, estaba nerviosa por ver tantas caras nuevas. Llegó el momento de separarnos de nuestros padres para realizar el examen y fueron muchas horas, pero cada una valió la pena. En cada momento libre que nos daban, aproveché para conocer a cada uno de los chicos, sin saber que no a todos los vería de nuevo.
Luego de varios meses de nervios, por no saber si había aprobado o no, llegó el gran mensaje que decía que yo y mi hermana habíamos aprobado. Felices de la noticia, festejamos con lágrimas en los ojos, porque sabíamos que iríamos a un país mejor, tendríamos más oportunidades que en Argentina, tendríamos un mejor futuro y mi sueño de ser una médica reconocida podría lograrse. Ella está en la Escuela Mosensson y yo en Hadassim, pero a pesar de estar en distintos colegios, nos vemos siempre.
Emocionada por la noticia, empecé a armar las valijas un mes antes del vuelo y las terminé una hora antes de ir al aeropuerto. Entre llantos y emociones, llegó el día que tanto estuve esperando: el día en que mis sueños se iban a volver realidad. Feliz de volver a ver a los chicos del examen, con los que voy a pasar los 3 años de Naale.
Pasé por la puerta sin mirar atrás, sabiendo que del otro lado todo iba a ser mejor.
Entre escala y escala, más chicos se sumaron. No todos íbamos al mismo destino. Cuando por fin pisé Israel, mis tíos y mi hermana mayor me esperaban con regalos.
Llegué a Hadassim impresionada por lo hermoso que es, ansiosa de conocer a mis nuevas compañeras de cuarto e ir conociendo día a día a mis compañeros. Pensé que iba a ser difícil hacer amigos, pero desde el primer día ya era amiga de muchos. Me sorprendió la cantidad de amigos que me haría y los idiomas que aprendería (portugués, ruso, francés, inglés y hebreo). El hebreo si lo estudiás será fácil, pero tienes que comprometerte. Yo vine con una base extensa de hebreo, pero no es lo mismo, siempre es bueno aprender más.
Hadassim es una experiencia increíble. Gracias a ella tengo muchos amigos y un mejor futuro. Lo recomiendo totalmente para cada chico o chica que quiera venir, no se arrepentirá de nada.
Gracias a Naale por darme la oportunidad de estar en Hadassim.
Jade.
Conocé más sobre el programa Naale: https://www.naale-elite-academy.com/es/