Itongadol.- El Voluntariado es una de las más nobles tareas, que honra a quien la desarolla y a quien la recibe, una experiencia enriquecedora en todo sentido. Es una misión que late en el corazón de todas las instituciones judías y crece en la convicción de que #SomosComunidad.
Por eso, y en el marco de celebrarse el Día del voluntario el pasado 5 de diciembre, el equipo de LeDor VaDor, coordinado por Cynthia Gurfinkel se reunió para compartir la alegría de volver a encontrarse y regresar poco a poco a las actividades presenciales dentro de la Institución.
Durante el encuentro además, se realizó el encendido de la 5° vela de Januca y la plantación de un árbol como parte del proyecto Shoresh, la iniciativa sustentable de LeDor VaDor junto al Keren Kayemet LeIsrael. De esta manera, con luz y raíces acompañamos un encuentro lleno de emoción de los más de 50 Voluntarios del Hogar.
Por su amor, compromiso y tiempo dedicado a nuestros Residentes, incluso durante la pandemia, a la distancia y siempre incondicionales, agradecemos a cada uno de ellos; son fundamentales para complementar el trabajo de los profesionales y contribuir al bienestar de los mayores.
Mientras algunos voluntarios desarrollan actividades, comparten conocimiento, aportan reflexiones, o apoyan los talleres de los profesionales, otros realizan acompañamiento diario a los residentes o durante sus salidas, sea lo que realicen, en todo hay un acto de bondad y entrega que emociona.
“Ser voluntaria me llena el alma, agradezco el lujo de formar parte de LeDor y poder compartir tiempo con los residentes. Es un placer enorme para mi, gracias por la oportunidad”, Carolina Bari.