Itongadol.- Karen Skenasi es una de los 19 jóvenes que en enero comenzaron una nueva vida en Israel a través del programa Aliá Protegida. En una entrevista con ItonGadol, hablando desde el Ulpán Etzión en Jerusalem, destacó el acompañamiento que sintió en todo momento, tanto antes como después de viajar, y cómo el Estado judío se convirtió en una tierra de oportunidades para ella.
“Hubo muchísima ayuda en todos los meses de preparación previa. Hubo muchísima contención. Todo estaba cubierto. La adaptación se hizo muchísimo más fácil y espero que pueda llegar a muchas más personas, para que vengan, porque lo recomiendo”, expresó.
Este programa de CUJA-Keren Hayesod está dedicado a ayudar a jóvenes judíos de entre 20 y 30 años que atravesaron situaciones de vulnerabilidad, como pobreza, exclusión o problemas familiares, y a los que le faltaron oportunidades.
La iniciativa cuenta con socios como La Agencia Judía para Israel, la Organización Sionista Mundial, el Ministerio de Aliá y Absorción de Israel, la Municipalidad de Jerusalem, el Ulpán Etzion, ORT, la AMIA, las fundaciones Jabad y Tzedaká y kehilot del Interior, entre otros entes, así como donantes particulares.
“Empecé a trabajar en un hotel 5 estrellas como moza. El ulpán tiene muchas actividades y una de ellas es llevarnos para tener entrevistas laborales. Estoy contenta”, manifestó Karen.
-¿Cómo es tu vida diaria hoy después de más de 2 meses en Israel?
-Estoy viviendo en Jerusalem, en el Ulpán Etzion. Estoy muy entretenida, con mucha carga horaria en cuanto a clases de hebreo y con trabajo ya.
-¿La adaptación se pudo llevar a cabo? ¿Es difícil?
-Es difícil. Uno deja atrás todo: su vida, su comodidad, su familia, amigos. Pero creo que era necesario, al menos en la mayoría de los que vinimos en el grupo de Aliá Protegida. Y en cuanto a la adaptación, me parece que hay un choque cultural muy grande, pero si uno le pone ganas al hebreo o si se viene con inglés, es mucho más fácil. La gente nos ayuda un montón acá, así que es bastante llevadero.
-¿Cómo llegaste a enterarte que tenías la oportunidad de hacer una Aliá Protegida?
-Yo llegué a acá gracias a la Kehilá de Tucumán, que me puso en contacto con CUJA, específicamente con Laura (Lichtenstein, coordinadora del proyecto). Su grupo ayudó en todo, en cuanto a trámites, hubo muchísima ayuda en todos los meses de preparación previa. Tuvimos ulpán en Argentina y hubo muchísima contención, desde ayuda psicológica hasta todo lo que necesitábamos. Todo estaba cubierto. Así que se hizo muchísimo más fácil y espero que pueda llegar a muchas más personas, para que vengan, porque lo recomiendo.
-¿La “protección”, que lleva el nombre del programa, la sentís?
-Sí, más que protección, lo llamaría acompañamiento. Y lo sentí todo el tiempo, desde el primer día que me llamaron y me dijeron acerca del programa. Por ejemplo, yo no tenía computadora y me mandaron una. Pude acceder a tener clases online desde Tucumán. Y me la regalaron y me la traje a Israel. La sigo utilizando porque en las clases acá también me sirve. Y también en cuanto a necesidades personales. En cuanto a lo psicológico, un montonazo de acompañamiento. Y la idea de viajar en grupo también lo hace más fácil. Porque uno llega a Israel y no conoce a nadie, entonces yo vine con 19 personas y tener eso creo que suma muchísimo.
-¿Cómo es la convivencia con tus compañeros?
-Al haberlos conocido ya en Argentina, es mucho más fácil. Ya teníamos la relación previa. Cada uno tiene sus grupos nuevos, sus amigos, sus actividades, pero siempre recurrimos al grupo en algún momento.
-¿Vos conocías Israel? ¿Lo ves como un lugar de oportunidades?
-Sí, hice Taglit hace cuatro años y ya tenía en mi cabeza la idea de volver, pero de no ser por Aliá Protegida, no creo que hubiera vuelto. Y sí, lo veo como un lugar de oportunidades, totalmente. Es distinto venir con Taglit o venir un mes que mudarse, pero es súper fácil conseguir trabajo. La verdad es que acá la gente busca desesperadamente mano de obra para ser mozos, cocineros, barman, sobra el trabajo. Y también nos van a dar la oportunidad de estudiar, nos van a cubrir las carreras.
-¿Dónde estás trabajando?
-Empecé a trabajar en un hotel 5 estrellas como moza. El hotel se llama Oriente. El ulpán tiene muchas actividades y una de ellas es, cuando alguien necesita trabajadores, llevarnos para tener entrevistas laborales. Trabajo dos o tres días por semana y estoy contenta.
-¿Cuál es tu mensaje para aquel joven que nunca en la vida se imaginó que existe esta posibilidad?
-Lo que le diría es que se anime, que dé el primer paso. Saliendo de Argentina es todo mucho más fácil. Al menos mi experiencia personal fue esta. Se consigue trabajo muy rápido, te hacés amigos de todas partes del mundo, es posible tener una mejor vida. Yo en Argentina no pude estudiar y acá sí quiero y puedo hacerlo. Estoy conviviendo con mucha gente muy linda, conociendo otra cultura y abriendo mucho mi cabeza.