Itongadol.- El director general de la Organización Latinoamericana de España y Portugal en Israel (OLEI), Manu Aszyn, destacó el trabajo que realizan para brindar ayuda a los olim latinos y subrayó que desde el 7 de octubre están llegando a segmentos de población que antes no llegaban.
“Antes no hacíamos un trabajo importante con soldados latinos que no tienen familia en Israel. Hoy en día, por la guerra, estamos generando un gran proyecto para 2024, que tiene que ver con la ayuda a jaialim que están solos en el país y que vienen de familias latinas”, resaltó en una entrevista con ItonGadol.
Asimismo, afirmó que “las grandes instituciones sionistas ayudan a la OLEI y es muy importante subrayar el gran apoyo que recibe del Keren Hayesod. Pero también de la Agencia Judía, el KKL y el Ministerio de Aliá”.
-¿Qué significa la irrupción en tu vida de tomar una tarea de una institución tan importante de la estructura del Estado de Israel?
-Para mí es un orgullo muy grande ser el director de la OLEI, ni hablar en un momento histórico como el que está viviendo hoy Israel, en donde la ayuda se convierte en una herramienta más fundamental para fortalecer el estado y la sociedad. Yo estuve siempre en los círculos de la Agencia Judía y el tema de la educación judía y la educación sionista. Nunca pensé en mi vida que iba a terminar dirigiendo la OLEI. Cuando se abrió la posibilidad del cargo para ser director, no lo pensé dos veces, y que en la esencia la OLEI es una ONG que lo que quiere es ayudar a la gente. Me siento muy identificado con eso. Yo creo que todo olé en algún lugar de su corazón siente que la ayuda es fundamental para tener una buena integración en la sociedad israelí para que su camino se haga más fácil. Acá el gran desafío es ver cómo la OLEI puede ser más significativa aún que lo que fue estos setenta años de historia en lo que es un mundo, en el que sin presupuesto no se puede ayudar.

Manu Aszy
-¿Cómo heredás el espíritu de esta organización que lleva tantos años de historia para poder construir futuro?
– Hay más de 20 filiales de la OLEI en todo el país, desde Eliat en el sur hasta Tiberías al norte. En las filiales yo siempre que me presento de la misma manera, en mi fondo de pantalla está mi abuela, que nació en Lituania y cuando se casó con mi abuelo, él estaba en el comité de recepción de bienvenida de los judíos uruguayos. Lo que hacían era ir a recibir a las familias europeas que llegaban a Uruguay, a darles una canasta básica y a decirles que están ahí para todo lo que necesiten. De esa manera mi abuelo cuando recibió a mi abuela fue cuando se conocieron, se enamoraron y el resto es historia. Para mí, es una historia que marca lo que es la OLEI. La OLEI es eso, la gente latina que sabiendo que el camino es duro aquí, decide invertir de su tiempo, de su energía, de sus recursos, para ayudar un poco a quienes vinieron un tiempo después de ellos. Yo creo que esa cadena es la que intentamos revalorar todo el tiempo en la OLEI, una cadena en donde las nuevas generaciones entienden que tienen que ser parte de esa ayuda constante entre los olim.
-¿Se encuentran actualmente colaborando con las distintas instituciones israelíes que brindan ayuda?
-En los primeros días de la guerra, junto con los encargados de Kerem Leyedidut para América Latina impulsamos unificar la labor de cinco ONGs de las principales que trabajan en el rubro de la aliá para América Latina, sabiendo de alguna manera que la OLEI es el paraguas de todos los olim de América Latina en varios aspectos de la vida del olé. Pero se nos hizo fundamental intentar juntarnos, ya que ante las crisis uno no puede seguir trabajando separados. De esa manera decidimos agruparnos varias instituciones encabezadas por la OLEI y el Keren Leyedidut para intentar brindar la mejor ayuda posible y mejor direccionada por todos juntos. Esto fueron dos meses en los que la gente estaba más necesitada, cuando los olims mismos empezaron a pedir menos ayuda, porque ya la guerra pasó a ser parte de nuestra rutina, entonces empezaron a bajar los pedidos en gran número. Después de eso, cada ONG se reabrió nuevamente, haciendo lo que hace generalmente cada uno en su rubro.

Junto a desplazados latinos de la frontera de Gaza, en Eilat, donde los envió el Estado
-¿Podés visualizar qué va a ocurrir con la OLEI después de la guerra?
-La guerra, como en muchos casos, resignifica las tareas que tiene la institución. La OLEI tiene tres objetivos centrales: Por un lado, está el incentivo de la aliá.
La OLEI es una ONG esencialmente sionista. Cree en la aliá, en la centralidad de Israel y en la autorealización personal. Entonces la OLEI intenta incentivar la aliá, por más de que hay otras instituciones que lo hacen también. Pero aparte de eso, las dos grandes áreas que trabaja la OLEI aquí en Israel, es la ayuda al olé y las actividades socioculturales para los olim. En la guerra quedó muy claro que la OLEI tiene que ser mucho más significativa en el trabajo que se hace con la ayuda al olé. Incluso si eso significa dejar un poquito de lado todo lo que es el área sociocultural de las reuniones y las actividades de latinos para latinos. Evidentemente que estas actividades son muy importantes, ni que hablar para la tercera edad, en donde hay una gran soledad por momentos en general en cualquier sociedad y en particular con inmigrantes. Pero no hay duda de que después de la guerra nos queda muy claro que toda el área de la ayuda al olé, la tenemos que revalorar de una manera distinta, llegando a segmentos de población que antes no llegábamos. Por ejemplo, antes no hacíamos un trabajo importante con soldados latinos que no tienen la familia en Israel. Hoy en día, por la guerra, estamos levantando en el próximo mes un proyecto, que va a ser nuestro gran proyecto del 2024, que tiene que ver con toda la ayuda a jaialim que están solos en el país y que vienen de familias latinas. Otras poblaciones, como por ejemplo los americanos, los franceses, los rusos, sí los ayudan de una gran manera. La OLEI estaba un poco quedada y en la guerra se destapó todo eso y empezamos a activar mucho esta área.
-Hay mucha gente en la en la diáspora que está tratando de ayudar y saber qué se está haciendo. ¿La ayuda a la OLEI viene a través de otras instituciones o hay personas que pueden colaborar con la OLEI?
-Las dos cosas. Las grandes instituciones sionistas ayudan a la OLEI y es muy importante subrayar el gran apoyo que recibimos del Keren Hayesod. Sin el Keren Hayesod, la OLEI no podría trabajar de la manera que trabaja. Pero aparte, están la Agencia Judía, el KKL, el Ministerio de Aliá, que nos ayudan también. Pero de todas maneras, nosotros apelamos también a la ayuda de los particulares, de las familias. Nosotros no hacemos grandes campañas en América Latina, porque como uno de nuestros grandes socios es el Keren Hayesod, nosotros no queremos generar una competencia de intereses. Entonces nosotros hacemos cosas puntuales. Por ejemplo, en la ayuda de soldados solitarios, el otro día un soldado de Buenos Aires que no tiene la familia acá y que necesita comprarse el casco más moderno que salva vidas, y el ejército no se lo compraba y vale 1.700 shekels, que son casi 500 dólares. En esa circunstancia pedimos a particulares a pedir quién podía ayudar a este soldado para comprar este casco.
En esas instancias si nosotros recibimos ayuda de particulares.
-Cuando hablás del Keren Hayesod, ¿suelen reunirse con ellos y hay una relación de trabajo?
-La persona principal con la que yo me reúno es el director para Latinoamérica del Keren Hayesod, Dani Alaluf, que quiere mucho a la OLEI y entiende el trabajo que nosotros hacemos. Y con él pensamos en todo esto, como levantar nuevos proyectos para que le llegue a la gente latina. Porque a veces se junta plata, pero no le llega a los latinos. Es obvio que nosotros queremos que toda la sociedad israelí crezca y esté bien, pero el soldado americano, por poner seguir con el ejemplo, tiene sus ONGs que lo ayudan. Pero el soldado latino no lo tiene y, si no lo va a hacer la OLEI, no lo va a hacer nadie.

Donación de juguetes con OLEI Eilat
-¿Cómo es la Comisión Directiva y quienes acompañan políticamente tu trabajo?
-Hay más de 20 filiales y cada filial tiene su Comisión Directiva, que es una comisión directiva local. Y aparte, una vez cada un par de años, se vota la dirección de la OLEI central, que vendría a ser la Comisión Directiva de todas las OLEI juntas. Allí está Mario Lev como presidente, está Alberto Szwarc como copresidente. Está Tulio, que también es parte central de la Comisión Directiva. El tesorero es Saúl, el secretario general es Marcos y por último también está Silvia, como directora de la Comisión de Klitá.
-¿Estás contento con esta etapa nueva de tu vida, con el desafío, te sentís acompañado?
-La verdad que me siento muy bien en la OLEI. Es gente con un gran corazón. Todos nos equivocamos y uno se puede equivocar en mil cosas, pero siempre poniendo el corazón delante de todo. La gente de la OLEI tiene un gran corazón para ayudar, para dedicarse, para invertir tiempo, para invertir energías. Desde ese lugar, estoy muy contento. Recibí una institución que lamentablemente en los últimos años no tuvo un director general, entonces evidentemente al no haber tenido un director general los últimos años, hace que la tarea en este primer año —yo solo voy siete meses en el en el cargo- sea más desafiante. Pero creo que el potencial de la OLEI es enorme. Lo veo cuando me siento con mis colegas directores de las instituciones como la OLEI, pero para el mundo de los olim de Francia o de Estados Unidos o de Sudáfrica, y veo lo que ellos hacen y a lo que han llegado por tener 20 años de directores profesionales que han hecho que las instituciones, las organizaciones, se profesionalicen. Ese es mi gran desafío. Agarrar la esencia de la OLEI y todo el tema del voluntariado, que es nuestro valor agregado, pero a eso agregarle todo un área profesional que ayude a los voluntarios a ser más significativos en su trabajo con el olé jadash.