Itongadol.- Los prejuicios son un modo de pensamiento que tienen todas las sociedades, son una idea preconcebida de algo o alguien que se instala en la mente de las personas con anterioridad a la situación en la que juzgan a alguien.
Estos discursos se trasmiten a través de los medios naturales de comunicación y educación convirtiéndose en creencias, valores y verdades.
Este proceso comienza, como tantos otros, en la infancia, en el marco familiar y después se va complejizando en otros órdenes sociales como la educación formal, el trabajo, los amigos, los medios de comunicación, entre otros.
Los prejuicios actúan acelerando la manera de llegar a conclusiones e instalando generalizaciones.
El deporte, especialmente el fútbol, es un escenario propicio dada su masividad, para el despliegue de este fenómeno que pasa inmediatamente a la acción, convirtiéndose en manifestaciones discriminatorias y, en ocasiones, violentas.
Si bien la normativa vigente y su poder represivo pretenden contener en los hechos este tipo de situaciones, no constituyen la forma más eficaz a la hora de diseñar soluciones aplicables y duraderas ya que es la educación y la toma de conciencia los ejes que generan las más profundas transformaciones en las conductas y en las ideas.
En nuestra Mesa de Denuncias, ámbito en el que se analizan todo los casos discriminatorios que registramos, recibimos con frecuencia, manifestaciones antisemitas que ocurren en el ámbito futbolístico.
Notamos con preocupación que son múltiples los colectivos vulnerables de nuestro país que sufren las consecuencias de la estigmatización en ese contexto.
Es por ello, que la DAIA se encuentra articulando acuerdos con clubes de fútbol para acercar acciones educativas de sensibilización y concientización, no sólo con el objetivo de prevenir la discriminación y el prejuicio, sino también para otorgarle visibilidad a la problemática, única posibilidad para que exista un cambio verdadero.
De esa manera, se rompería la naturalización del mal llamado “folklore del fútbol”, frase que suaviza los efectos devastadores de la violencia discriminatoria y que constituye un delito al infringir la Ley 23.592.
Recientemente, al cumplirse el 29º aniversario del atentado perpetrado contra la sede de la AMIA-DAIA, hemos reunido a 30 presidentes de clubes de fútbol para recordar a las víctimas del mencionado ataque y para expresar abiertamente que el desprecio por el otro puede comenzar, por ejemplo con cánticos en los estadios para luego convertirse en episodios más violentos.