Itongadol.- En una charla brindada por la plataforma Zoom, el presidente de la DAIA, Jorge Knoblovits, expuso ante diferentes referentes de la dirigencia comunitaria, cómo se manejó la institución para poder brindar la mejor asistencia posible ante la pandemia del coronavirus. «La DAIA está diseñada para trabajar para sus instituciones, para que prosperen y tengan los recursos necesarios que necesiten de los distintos poderes del Estado”, aseguró Knoblovits a los asistentes, a la vez que destacó que el importante “capital simbólico” de la DAIA en la sociedad se debe a trabajo de todas las conducciones que preceden a la actual.
El evento contó con la conducción de Mario Sobol, presidente de Avodá Argentina, quien presentó a Knoblovits. Entre los participantes se encontraban los expresidentes de la AMIA Abraham Kaul y Guillermo Borger, además de varios directivos de la DAIA, entre ellos el vicepresidente segundo Marcelo Taussik, el secretario general Alejandro Zuchowicki y la prosecretaria segunda Particia Manusovich.
Knoblovits inició su exposición recordando cual fue la función primigenia de la DAIA: luchar contra el antisemitismo, que hace 85 años “era una ideología que se expandía por el mundo, incluso en la Argentina, con mucha pasión». «Todavía hoy vivimos las consecuencias”, advirtió.
Por otro lado, el presidente de la DAIA se refirió expresamente a la situación creada a partir de la pandemia del coronavirus y la cuarentena obligatoria, afirmando que nadie, tanto en la conducción comunitaria como en la sociedad en general, sabía cómo iban a desenvolverse los hechos y cómo era necesario reaccionar ante la «situación extraordinaria». “No sabíamos cómo una institución podía seguir funcionando cuando empezaron a disminuir los recursos para hacerlo, tanto los económicos como los recursos personales y afectivos”, sostuvo.
Knoblovits destacó el rol de las instituciones centrales de la comunidad fuera de la DAIA, reconociendo que AMIA, Tzedaká, Jabad, quienes cumplen un papel esencial en combatir la pobreza y las necesidades, “cumplen muy bien su función”. Además, el directivo diferenció la crisis actual de la padecida en el 2001/2002, señalando que la situación de este momento «es mundial y la pandemia nos agarró a todos”.
Luego de esta descripción general del efecto de la pandemia en la comunidad, se refirió específicamente a las situaciones de emergencia, mencionando episodios en los que tuvieron que intervenir a fin de evitar violaciones de la cuarentena, dado que las autoridades de la Ciudad y la Nación llamaban a la DAIA para que ayude a evitar las concentraciones de gente, o incluso para hablar con los rabinos que querían celebrar Pesaj en las casas.
Destacó la actitud solidarias de las instituciones comunitarias pues ante la comunicaciones recibidas del Gobierno, tanto Nacional como provinciales y locales, por la DAIA central como por todas la Filiales DAIA del país, se puso a disposición todos los recursos posibles afirmando que el hacerlo «ayuda al combate contra el antisemitismo, porque desmitifica algunas fantasías sobre la otredad de nosotros sobre los otros», y recalcando que «la actitud solidaria a nosotros nos dignifica».
Knoblovits contó que luego de atender las emergencias comenzaron a actuar para efectuar las gestiones necesarias para que las instituciones recibieran las ayudas pertinentes que ofrecía el Estado, como los ATP, en que se les explicó a los funcionarios gubernamentales que la asociaciones civiles también necesitaban ese tipo de apoyo.
Según expresó, estas actividades le permitieron a la DAIA “estar en contacto con lo que perciben las instituciones» y «hacer saber que las instituciones centrales, AMIA en su rol, DAIA en su rol, y demás, deben estar alineadas y trabajar en conjunto».
“A partir de ahora las instituciones de la sociedad civil van a tener mayor presencia en la vinculación con el Estado”, concluyó Knoblovits.