Itongadol.- Naale, el programa patrocinado por el Ministerio de Educación de Israel y la Sojnut permite a los adolescentes judíos que viven en la diáspora estudiar y obtener un diploma de primer nivel en una escuela secundaria israelí.
El nivel de la escuela en Naale es excelente, explicó Lisandro en diálogo con Iton Gadol, sus hijos hicieron el plan y él asegura que sus hijos se desarrollaron más del doble de lo que lo hubieran hecho en caso de no haber realizado el viaje.
Lisandro en conversación con Iton Gadol aseguró que es para sus hijos una aventura y una oportunidad, pero que a fin de cuentas la decisión sobre hacer el viaje está en ellos.
Lisandro, ¿cómo surge la iniciativa de que en la vida de sus hijos exista Naale?
Ya conocíamos el Plan Naale por la Sojnut que lo publicitaba, y por los Shlijim que estuvieron en Rosario, pero no lo veíamos como una alternativa, ya que a todo padre le parece que sus hijos son chicos para estar solos a los 15 o 16 años, viviendo en una Pnimia en Israel. Pero un ex Sheliaj de Rosario, Walter Plischuk, gran amigo, que sabía que éramos una familia Sionista, y que nosotros queríamos que nuestros hijos hagan Aliá, nos llamó contándonos que en la escuela del Moshav Nahalal, cerca de Afula y Haifa, donde su suegro trabajaba, había un plan Naale nuevo llamado Naale Aniers, y me dijo “mira Pini este proyecto qué bueno que está”, y así nos fuimos interiorizando. Especialmente puso énfasis en lo que contaba su suegro de lo bien cuidados que estaban los chicos, la preocupación que ponían en que estudien, mantenerlos con diversas actividades y que conozcan Israel. De cualquier forma, como yo estuve un año en Israel en el Majón de Morim en 1987, sabía que significaba en Israel una Pnimiá para estudiar, y lo bien que se cuida a los chicos, y actividades que se tienen. Respecto al plan, nos contó que era un plan de Naale especial, porque era en conjunto con ORT de Suiza, con énfasis en estudios de matemática, física y computación, y que el nivel de estudios era muy bueno.
Por otro lado, el esposo de mi hermana, Offir, que es israelí, vive cerca de Kfar Saba, me dijo que el mejor momento para los jóvenes de hacer Aliá, es a los 15 o 16 años, para ingresar al último ciclo de la secundaria Israelí, poder rendir Bagruiot, hacerse de amigos israelíes, adaptarse al país y después hacer la Tzava como cualquiera. Además, ante nuestros miedos por la Tzava, nos explicaron que hay múltiples alternativas para hacer la Tzava, o estudiar primero en la Universidad y después hacerla.
Otro gran amigo, Ronen, que vive en Kibutz Kalia, frente al Mar Muerto, nos apoyó en nuestra decisión, ya que él tiene hijos de la misma edad que los nuestros, y nos dijo que no dudemos, que estos planes son muy serios, los cuidan mucho, y que ante cualquier problema ellos están allá para ocuparse físicamente, como también el resto de los amigos y familiares.
Yo especialmente hable con cada uno de nuestros amigos, para ver que opinaban, casi todos estuvieron de acuerdo, y apoyaron que los chicos vayan, y se ofrecían a invitarlos a sus casas y a estar ante cualquier necesidad. Eso fue de gran ayuda en la toma de decisión.
Todo esto y más nos llevó a charlar con quien era el Sheliaj en Rosario en ese momento, Kito Hendler, quien nos ayudó mucho también para despejar dudas. Por lo que le propusimos a nuestro hijo mayor, Ezequiel, que ya tenía 15 años, si quería ir al plan, y él con entusiasmo, nos dijo que sí.
Cuando fuimos a Buenos Aires al examen de ingreso, relacionado a pensamiento matemático, y evaluaciones Psicológicas y de grupo, conocimos un matrimonio de Bahía Blanca que estaba allí porque su Tercer hijo también quería ir a Naale, igual que sus dos hermanos mayores, y nos contaron su experiencia, lo conformes que estaban, y nos entusiasmó a seguir con la idea.
Cuándo tomaron contacto con lo que significa la decisión, ¿Cómo fue esta experiencia?
Yo creo que los hijos siempre leen los deseos de los padres. Particularmente yo vengo de una familia sionista, mi Hermana vive en Israel, y la estimule y apoye a hacer aliá. Una vez que ella se había recibido de Médica, y mi hermano mayor y yo, también siempre tuvimos ganas de hacer aliá, pero por cuestiones de la vida no lo hicimos. Y yo creo que eso es algo que uno trasmite, y cuando surgió la idea le propusimos a Ezequiel, mi hijo mayor, y lo incentivamos también. Además, nuestros hijos van a la Tnua Hejalutz Lamerjav, hacen deportes en USAR de Rosario, se educaron en la escuela Bialik. Toda educación Judía y Sionista. El tema era cuando, y a qué edad. No estaba en duda la Aliá. Aunque, quiero recalcar que el plan Naale no es un plan de Alia, los chicos terminan su secundario en Israel como Extranjeros, y cuando terminan el plan tienen ambas opciones, o se quedan y hacen Aliá, o vuelven a sus países de origen con las Bagruiot (exámenes finales de la secundaria Israelí con valor Internacional para ingresar a cualquier Universidad del Mundo) rendidas en Israel.
Si bien, los estimulamos, también le dijimos a nuestros hijos, que esta es una experiencia y que si no se sentían cómodos tenían toda la libertad de decirnos y que si decidían volver en cualquier momento, de ninguna manera iba a ser un fracaso, sino que simplemente era una experiencia más en la vida. Así también nos explicaron los responsables de Naale. El pasaje de vuelta siempre está a disposición por parte del Plan.
¿Qué significa para un hijo hacer la experiencia de Naale en Israel?
Siempre les digo a mis hijos que es una gran aventura, y que traten de así vivirla, conocer amigos de distintos países, adaptarse a otra cultura, y a la de sus compañeros de todo el mundo con los que conviven también, aprender el Hebreo estudiando en una escuela en Israel, tener compañeros israelíes, aprender a manejarse solo en colectivo, pasear por Israel, responsabilizarse de su ropa, su dinero (el plan les dá un dinero mensual para sus gastos pequeños), la limpieza, tomar decisiones, además estudiar en un lugar de primer nivel aprovechando la capacidad de cada uno al máximo. Es excelente el nivel de la escuela, los chicos van al curso de su año según su nivel en cada materia, los incentivan a subir de nivel, les ponen profesores tutores, tienen Madrijim que se preocupan constantemente de ellos, tienen horas de consulta en la escuela fuera de horario, los ayudan en todo. Tienen Tiulim por Israel. Aquellos que no tienen familiares, les consiguen familias adoptivas. Aunque mis hijos, tienen varias familias de amigos y de mi hermana, donde pasar los fines de semana libres y las fiestas, también terminan haciendo amistades nuevas en esas familias o con amigos de ellos.
¿Cómo vivió la experiencia en el caso de ambos hijos?
Fue dura la despedida en el aeropuerto, y cada vez que ocurre sigue siendo dura, difícil. Las primeras dos semanas cuando se fue mi hijo mayor, fue durísimo, crees que te equivocaste en haberlos incentivado a ir. Creo que no hubo duda respecto si no fue un error que no haya pasado por mí cabeza después que se fue mi primer hijo. La realidad te cae encima cuando ya se fue. Pero después, nuestro hijo nos contaba todo lo que hacía, que le gustaba, que estaba conforme, y eso te tranquiliza un montón. El contacto siempre es a diario. El Whatsapp, Instagram, mail, es genial, es una ayuda increíble. Sería muy lindo tenerlos todos los días en la casa, haciendo sus actividades al lado nuestro, durmiendo en sus piezas, pero no tengo dudas, ya lo comprobé en estos más de cuatro años que mi hijo mayor se fue y ahora mi hijo del medio, que fue y es una muy buena decisión. Estamos muy conformes, los chicos crecen, aprenden, se desarrollan un montón, y se asimilan a la sociedad Israelí. Acá no se hubieran desarrollado ni la mitad de lo que lo hicieron allá.
Nos comunicamos a diario, Y si no se comunican, es porque están bien.
Hoy mi hijo Ari, que es mi segundo hijo, y que se fue en Septiembre también a Naale Aniers al Moshav Nahalal, me llamo, y me dijo, ¨te llamo porque hace mucho que no hablábamos (5 o 6 días) pero en realidad la pasé tan pero tan bien que no tuve tiempo de llamarte¨. Esta frase lo dice todo!
¿Volverías a hacer la experiencia con otros hijos?
Obviamente que sí. Ya tengo dos hijos en Israel por Naale Aniers, y muy posiblemente, si así lo quiere mi tercera hija, Tamara, que hoy tiene 12 años y recién termina la primaria, también tiene la posibilidad de ir. Por nuestra parte como padres tienen todo el apoyo e incentivación, pero la decisión final es de ella. Es para ellos una aventura y una oportunidad. Obviamente está en cada chico tomarlo así o no, si se adapta o no. Hay chicos que están un año y deciden volver a su casa porque no se adaptan a vivir en una escuela, lejos de sus padres, son la minoría igualmente.
Por otro lado, influye la actitud de los padres, si es una actitud habilitadora, incentivándolo a qué pueden hacerlo y siempre estando en contacto y planeando fechas metas de encuentro. Ahora nos vemos en Jánuca, o en Pesaj, o ya vienen las vacaciones, tratar de que alguno de los 2 podamos ir a visitar unos días. Mandar algo cuando algún conocido viaja también es un modo de estar cerca y el contacto tecnológico permanente. Los amigos y familiares que tenemos en Israel, y nuevos conocidos que ellos solos hacen allá (mi hijo mayor solo se hizo amigo de una familia Israelí del Moshav), ayudan muchísimo, es como si tienen varios padres en Israel. Tienen a donde pasar los fines de semana, les festejan el cumpleaños, los miman con comidas argentinas, los aconsejan, los visitan, los sacan a pasear, y mucho más… es una red de contención extraordinaria. Aunque también sé que aquellos chicos que no tienen a nadie en Israel, les consiguen familias adoptivas donde pasar los momentos libres.
Otro tema importante de destacar, que el tema económico no es para nada un tema que haga dudar, o preocupar. El costo del plan de 3 o 4 años, según cuál sea el plan, es muy económico, e incluye pasaje de ida y de vuelta. Además, como ya conté anteriormente, mensualmente les dan a los chicos una suma de dinero para sus pequeños gastos mensuales.
A modo de cierre, ¿le gustaría añadir algo más?
Le agregaría el reconocimiento a Wizo mundial por la ayuda que les da a estas escuelas, es increíble.