Itongadol.- El candidato de Una AMIA para presidir la institución comunitaria, Alejandro Kladniew, se mostró como una opción diferente y aseguró que “el punto de encuentro de la comunidad” debería ser la calle Pasteur y no Ecuador, donde funciona la Yeshiva del rabino Samuel Levin, referente del Bloque Unido Religioso (BUR).
En una entrevista con Itongadol, el dirigente resaltó su idea de fomentar “una comunidad inclusiva, diversa y pluralista”.
Kladniew destacó que “la expectativa es tratar de lograr la unidad” y subrayó que está “siempre dispuesto a dialogar con todas las corrientes” de la ortodoxia para “conversar como hermanos, buscando puentes y generando buenos climas”.
Además, se refirió a cómo sería su relación desde la AMIA con el presidente electo, Alberto Fernández: “Debemos esperar cuáles van a ser los caminos que el Gobierno va a tomar, viendo que estén encaminados por un lugar de razonabilidad y sentido común”.
A continuación los tramos más destacados de la entrevista a Alejandro Kladniew:
-IG: ¿Cuáles son las expectativas a pocos meses de las elecciones en la AMIA?
-AK: Una expectativa es tratar de lograr la unidad y no llegar a las elecciones. Yo creo que esa expectativa no la vamos a perder hasta el último día. Vamos a seguir haciendo todos los esfuerzos, creando todos los puentes. Es un compromiso que debería tener todo judío de esta comunidad. Nosotros somos proclives a hacer eso como primera opción y, en caso de que no sea así, que esto no sea una contienda política, sino más bien una diferencia entre hermanos. No se está jugando, por lo menos de nuestra parte, otra cosa más que un pensamiento de una comunidad inclusiva, diversa y pluralista, donde del lado de enfrente nunca va a haber ningún enemigo.
-IG: Respecto al aniversario del atentado a la AMIA, llamó la atención su convicción de hacer un solo acto que reúna a todos los familiares.
-AK: A mí me parece que la democracia y el pluralismo de los que son amigos… no es pluralismo ni democracia. La democracia y el pluralismo es sostener a la gente, que puede ser crítica, que puede no estar de acuerdo. Si queremos tener una comunidad de todos, tenemos que hacer una comunidad donde el que está al lado, aunque no piense igual que yo, siempre sea mi hermano y nunca un enemigo. Uno no puede pararse en el lugar de la verdad absoluta. Me parece que el pueblo judío es un pueblo de muchas preguntas. Tenemos que ser, no sólo tolerantes, sino aplaudir la diversidad de opiniones. En esta línea nosotros convocamos a todos los familiares, tengan la posición que tengan, a que puedan expresarse en un acto común. Qué los que son críticos de cualquier accionar, puedan y deban ser escuchados en el ámbito comunitario. Bastantes personas atacan a la comunidad judía, como para que nosotros no sepamos hacer una casa común de todos.
-IG: Su posible presidencia podría coincidir con la del nuevo mandatario de Argentina. ¿Cómo se posiciona frente a este escenario factible? ¿Cómo imagina el vínculo entre la institución madre de la comunidad judía argentina y Alberto Fernández?
-AK: En primer lugar, creo que todos podemos ver que en los 25 años que pasaron, Gobiernos y Justicia han sido totalmente ineficientes y nadie cumplió la mínima expectativa de lograr verdad y justicia. En este sentido, tenemos que ser sinceros y saber que nadie nos dio las respuestas que este país se merece. Acá hay dos tragedias: una es el atentado en sí mismo, y la otra es que no sabemos lo que pasó ni quiénes lo hicieron. A partir de eso tampoco podemos juzgar a los culpables. Este es el primer mensaje. Creo que respecto a cualquier Gobierno, como comunidad y como AMIA, que tiene relaciones con los municipios, en diferentes programas, nosotros siempre debemos actuar con mesura. Debemos esperar cuáles van a ser los caminos que el Gobierno va a tomar, pero siempre desde un lugar sensible a que las decisiones que tome el Gobierno en relación a la causa y al tema que hace al pedido de justicia, estén encaminados por un lugar de razonabilidad y sentido común. Cuando veamos o detectemos que no se está en ese camino, desde la AMIA, en el punto concreto que hace al atentado y a la falta de verdad y de justicia, seremos críticos, como lo ha sido la comunidad históricamente.
-IG: Tenemos por un lado un futuro presidente nacional, que quienes convivieron con él cuando era jefe de Gabinete, hablan de su excelente relación con la comunidad. Siempre fue un teléfono muy abierto. Por otro lado, tenemos una querella contra la ex presidenta, que puede ser una cuestión incómoda para Alberto Fernández, y la necesidad de que la kehilá tenga relación con las autoridades nacionales.
-AK: La kehilá va a tener relación con las autoridades nacionales; va a tener relación con los intendentes de La Matanza y Berazategui, porque están nuestros cementerios; va a tener relación con el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, porque la AMIA está asentada en la Capital Federal y tiene muchos proyectos en común en el área social, de vejez y de empleo. Esto es un tema. Y también está el tema de verdad y justicia. Son temas que tenemos que manejar de manera razonable, porque la AMIA tuvo siempre relaciones con todos los estamentos del Estado.
-IG: En su vida comunitaria, vedad y justicia no es una frase cualquiera…
-AK: Nosotros tenemos que trabajar en dos líneas: nunca dejar de reclamar verdad y justicia, y también saber que en estos 25 años tuvimos un Estado inútil. Ese Estado conformado, respecto a esta causa, por Gobiernos de distintos colores que fueron totalmente, por imposibilidad o por decisión, inhábiles para satisfacer una necesidad de todo el país. Que es que cuando ocurre un hecho de estas características, sepamos quiénes lo hicieron y sean juzgados. Esa es la garantía mayor de que no se vuelva a producir. A nivel país, tenemos un Estado que no le puede garantizar a la sociedad argentina que esto no puede volver a ocurrir.
-IG: Para los familiares, ¿cuál es el mensaje?
-AK: Vamos a seguir pidiendo verdad y justicia, vamos a seguir reclamando, vamos a decir que el Estado ha sido ineficiente, vamos a decir que es una tragedia tanto el atentado como que no haya justicia. Esto habla de la calidad que nos merecemos como país, que actos de este tipo, tengan respuesta y sean detectados antes de que se realicen, que es lo que uno le pediría a cualquier país razonable. O que si se realizan, después conozcamos qué pasó y sean juzgados, como pasa en cualquier país del primer mundo. Esto debería ocurrir en nuestro país también.
-IG: ¿Cómo imagina su relación con la DAIA?
-AK: Nos imaginamos una relación totalmente cordial. Los temas políticos tienen que ser manejados por la DAIA. La AMIA, como una institución central que tiene una cantidad de votos importante, tiene que tener sus representantes. Toda discusión que la AMIA pueda tener respecto al accionar político, lo discutiremos en ese ámbito. Entendemos que hay que dejar que cada institución haga su misión y, en todo caso, si somos críticos de alguna eventual medida, discutirla en el ámbito que corresponde. Consideramos que todas las discusiones que a veces se hacen fuera de esos ámbitos, no hacen otra cosa que debilitarnos a todos como comunidad.
-IG: Hay caras nuevas, entre ellos a Roberto Goldfarb. ¿Tiene que ver con un recambio?
-AK: Es una expresión más de la inclusión, de la unidad, del pluralismo, la diversidad. En este caso con una persona sumamente significativa por muchos temas para la comunidad judía, por la trayectoria de su padre, de su familia, por su contribución a tantísimas causas. Me parece que es una expresión de la coherencia entre lo que estamos proponiendo y lo que hacemos.
-IG: ¿Existe contacto con la ortodoxia?
-AK: Me parece que hay algo que debemos decir: la ortodoxia no es un conglomerado homogéneo. Es heterogéneo. Nosotros hablamos con muchas partes de ese conglomerado y las respuestas en relación a la unidad son diferentes. Tampoco es unívoca. Estamos siempre dispuestos a hablar con todas las corrientes y hay algunas que son más proclives a conversar, incluso ante un escenario de elecciones, como hermanos, buscando puentes y generando buenos climas. Hay otras corrientes que, más allá de lo que expresan públicamente, nos piden condiciones que implicarían bajar nuestras banderas para hacer una lista de unidad. Pero nosotros vamos a seguir insistiendo y estando con las puertas abiertas. Esperamos que la mesura esté presente, que hagamos las cosas en un juego limpio. Entiendo que ante toda circunstancia, somos hermanos y somos todos ciudadanos de la misma categoría ante nuestra kehilá.
-IG: Usted es un candidato atípico, ¿se puede pasar por la presidencia de la AMIA sin pasar por la calle Ecuador, donde funciona la casa de estudios del Bloque Unido Religioso?
-AK: La disposición de Una AMIA es total. Siempre el punto de encuentro de la comunidad debería ser Pasteur, no Ecuador ni otra dirección. Pero eso es un tema menor. El punto de encuentro como comunidad tiene que estar en Pasteur y entiendo que es un muy buen punto de partida. Pero estoy abierto a cualquier charla e intercambio. Nosotros somos proclives, aún si hay elecciones, a generar un buen clima que permita que las elecciones sean otro ejemplo, para que la comunidad se sienta orgullosa, porque sabemos que hubo hechos generadores de distancia de la gente común. Cuando la gente común ve que en una votación hay, de una parte o de la otra, artilugios, sin juego limpio, la gente se pregunta dónde está lo que llamamos comunidad judía. Y esto es lo que nosotros estamos intentando: volver a las fuentes, no más que eso.