Itongadol.- El intendente de Pinamar, Martín Yeza, mantuvo una entrevista con ItonGadol luego de la inauguración de la plaza Estado de Israel en la ciudad balnearia y de ser elegida una vez más como sede de los Juegos Macabeos para Adultos organizados por FACCMA.
“A través del deporte uno se conoce y especialmente en el caso de lo que se dio con las autoridades de FACCMA fue que desde la competencia, desde el trabajo, desde el deporte, desde la camaradería de compartir comidas, se construyó un vínculo, que no solamente es institucional, sino que también es de compromiso afectivo entre la ciudad y la institución”, destacó Yeza, intendente de Pinamar desde 2015.
La inauguración de la plaza contó con la presencia del presidente del Keren Kayemet LeIsrael, Danny Lew, el embajador del Estado de Israel, Eyal Sela; el vicepresidente 2do de AMIA, Daniel Sapoznicoff, y el presidente de FACCMA, el Sr. Esteban Bluvol.
“La idea es que la plaza Estado de Israel sea el principio de una relación institucional sólida y de apertura”, afirmó Yeza.
Además, confesó su anhelo de conocer Israel algún día.
-¿Cuál es el secreto para que Pinamar sea elegido por la comunidad permanentemente?
-Primero es el respeto. Mi familia es de ascendencia Siria y yo tuve un mentor, un maestro, que era de ascendencia Siria y él me enseñó que, más allá de algunas diferencias, en el fondo la historia nos ha hecho primos. La geografía y la historia nos ha hecho primos. En mi caso, mi familia no es inmediatamente Siria, sino que hace cuatro generaciones vinieron de Siria. Particularmente Pinamar es una ciudad que recibe de todas las ideologías, de todos los credos. Es como uno se va formando también. Entonces como nosotros somos una ciudad que está dedicada a recibir gente, siempre hemos tratado de ser serviciales. En mi caso particularmente no solo tratar de ser servicial, sino tratar de entender quién es cada uno, cuáles son sus orígenes, cuáles son sus creencias y tratar de ser lo más respetuoso posible, y particularmente con la colectividad es especialmente un asunto de admiración. Están los que admiran y los que no conocen. Pero es muy difícil para el que conoce no admirar el desarrollo que ha tenido Israel. El desarrollo tecnológico, económico, sus filósofos. Y particularmente con el caso de los Juegos Macabeos, que es una instancia muy social, como pasa con otros ámbitos de la vida. A través del deporte uno se conoce y especialmente en el caso de lo que se dio con las autoridades de FACCMA fue que desde la competencia, desde el trabajo, desde el deporte, desde la camaradería de compartir comidas, se construyó un vínculo, que no solamente es institucional, sino que también es de compromiso afectivo entre la ciudad y la institución. En nuestro caso también trabajamos para que la ciudad y los ciudadanos se apropiaran del evento y lo sintieran como propio. Creo que ellos también se sienten pinamarenses. Así que para que haya un baile hacen falta dos, y para nosotros es una actividad que ya es parte de nuestra identidad.
-Alguna vez las macabeadas de FACCMA se hicieron en otra playa, pero finalmente decidieron volver a Pinamar. ¿Hay un espíritu particular para que este evento se haya afianzado en tu ciudad?
-Sí, absolutamente. Hay distintas situaciones para los municipios en distintos momentos económicos, lamentablemente con una situación económica de mucha inestabilidad en los últimos años. No solamente en los últimos dos. Prácticamente en los últimos 14 años hemos pasado por todos los estados macroeconómicos posibles, recesión, estanflación, inflación. Son situaciones que en un país pueden pasar en 50 años y acá pasaron en los últimos 10. Eso muchas veces y previo a que yo fuera intendente también pasaba, porque en el caso específico de Pinamar hubo cinco intendentes en siete años. En algunos casos fueron reemplazados, en otros casos renunciaron, entonces eso para organizaciones tan complejas como los Macabeos, que es una participación de en algunos casos hasta 1800 participantes. puede volver complejo no saber con quién hacerlo. Te juntabas con un funcionario en abril y ya había otro intendente a fin de año. Eso volvía inestable la relación institucional y en nuestro caso, creo que también nos entendimos porque prometimos poco y nos comprometimos mucho. Lo típico cuando un municipio quiere tomar un evento, es decir todo que sí. Pero cuando lo querés hacer por segunda vez, te empiezan a poner más impedimentos. Entonces yo siempre prefiero prometer poco para que la relación sea sustentable, a nivel económico, a nivel compromiso para la ciudad, y después todo lo que consigamos sin haberlo prometido, mejor. Entonces en general, hay gente que sabe valorar ese tipo de honestidad y de sinceridad en la conversación. Esto lo solía decir Mauricio Macri. Él decía que liderar también es saber decir que no. Entonces lo típico que te puede pasar a veces en los municipios. Una vez me dijeron “queremos volver a Pinamar, pero qué nos prometes”. No, no te prometo nada. Sí me comprometo. “Pero tal municipio nos ofrece tal cosa”, y sí, siempre el primer año. Pero yo nunca confiaría en un evento tan complejo con tanta historia en que tenga que depender de ningún político de turno ni de un contexto económico. Y eso también requiere que tengas autoridades que sepan valorar eso y que esas mismas autoridades sepan cuán complejo es organizar algo. Indudablemente tampoco podés supeditar algo tan importante al capricho de una persona.
-Sé que en las últimas semanas se inauguró una plaza a nombre del Estado de Israel. Eso claramente es una continuidad de políticas que debés tener en general y particularmente con la comunidad y en este caso con el Estado de Israel.
-Nos interrumpió la pandemia, pero estábamos muy avanzados para que en Pinamar pudiéramos tener un templo. Ese era un objetivo, de hecho, lo estuvimos conversando con las autoridades de AMIA. Era algo deseado, a mí me hubiera gustado tener un templo. Quedará proyectado para siguientes gestiones y en conversaciones institucionales. De la misma manera que también, si bien solemos tener un turismo receptivo de la colectividad también empezará. El cementerio de Pinamar se hizo hace muchos años y no se había diseñado originalmente pensando en los distintos credos, entonces la idea también es generar un espacio ahí. La realidad es que teníamos este espacio, que es un espacio muy hermoso en una de las zonas más bonitas de Pinamar. Es un espacio para la reflexión. Yo sé que dicho así suena difícil. Es un lugar muy bonito, en donde todo el día el único sonido que se escucha es el de las hojas y el de los pajaritos que pían. Es un lugar muy bonito que va a ir creciendo cada año. Lo hicimos con KKL y han acompañado tanto las autoridades de AMIA como la Embajada de Israel y FACCMA. La plaza es Estado de Israel y la idea es que sea el principio de una relación institucional sólida y de apertura, especialmente porque con el tema de los Macabeos y muchas otras personas de la colectividad han estado eligiendo cada vez más, para cada festividad a Pinamar como un lugar. Y la verdad es que sabemos que nos están faltando todas estas cosas. Por eso sabemos que si hubiera un templo, sería mucha más la gente que podría venir. Y de la misma manera, como nos ha pasado, hay mucha gente que se ha venido a vivir a Pinamar. Entonces que nadie tenga que dejar de elegir a Pinamar por una cuestión de que no existe un templo para la realización de su credo.
-¿Cómo fue el encuentro con el embajador de Israel?
-Fue la segunda vez que vino a Pinamar. Es un gran honor y particularmente yo les contaba que una de las cuentas pendientes también para mí en lo personal será conocer Israel. Además de los temas vinculados a seguridad, que obviamente son líderes a nivel mundial, especialmente tengo una cuestión personal con conocer obviamente Jerusalem. Pero también la Universidad de Jerusalem, en donde hay algunos de mis filósofos favoritos de esta época. No faltará la oportunidad para hacer ese viaje, ya seré diputado nacional y la idea es desarrollar un vínculo institucional y diplomático, sabiendo que tienen en mí un amigo no solamente de palabras, sino basados en la experiencia. Cuando asumí como intendente de Pinamar tenía 29 años y me eligieron entre 19 candidatos. Habían pasado cinco intendentes en siete años, entonces era muy poquito lo que yo podía decir para que la gente confiara en mí. El liderazgo que construí fue un liderazgo que tenía que entender que esa confianza se tenía que construir sobre las cenizas. Así que la forma que yo tengo y aprendí de construir confianza es en base a los hechos. Creo que con la colectividad, con la embajada, con sus instituciones lo fuimos haciendo año tras año. Como dice la expresión, las interpretaciones son libres, los hechos son sagrados. El vínculo entre la colectividad y el municipio está basado en hechos y eso es sagrado.
-¿Cómo viene la temporada?
-Por un lado, en el caso de la temporada, hay dos grandes públicos en una ciudad como Pinamar. Por un lado, el público de más alto poder adquisitivo de la Argentina, que ese en general ya está haciendo reservas. Por ejemplo, hoy hablé con uno de los dos prestadores hoteleros más importantes de Cariló, que tiene solamente él 1.200 camas de hotelería. Esa persona ya tiene 50% reservado en esta época del año de la temporada completa. Después, lo que es la hotelería de una y dos estrellas, más típica de Ostende por ejemplo o algún lugar de Pinamar o de Valeria al mar, esa está mucho más caída. En general su público tiene ingresos pesificados. Te diría que como pasa en la Argentina, la hotelería que apunta al segmento más alto, que siguen la tendencia general del dólar, van muy bien. Y después, los que están atados al peso, va a esperar hasta último momento.
-¿Cuál es el futuro político de Pinamar?
-Hoy hay una campaña en el medio. Nuestro candidato particularmente tiene muy buenas chances de ser el próximo intendente por sus resultados individuales, como coalición y también en perspectiva contra el resto. Lo que imaginamos es una ciudad que del 2015 hasta acá tuvo un crecimiento demográfico de más del 20% desde que yo asumí como intendente, mucha gente la eligió para venir a vivir, especialmente con un crecimiento de la vida comercial y cultural muy fuerte, con más clubes deportivos, con más colegios y eso se traduce en una pulsión también sobre la construcción de la ciudad. Yo creo que Pinamar va a seguir una tendencia de crecimiento demográfico con un crecimiento de la infraestructura de servicios, sea deportivo, cultural, educativo y de la salud, que va a hacer que
Siga cada año más como un faro dentro de la Argentina. Mucha gente que estaba pensando en irse al exterior dijo “una chance más” y se vinieron a vivir a Pinamar y encontraron que sí, que efectivamente es un lugar en el que se puede vivir y estar bien. Y eso es impresionante.
-¿Cuánta gente tiene hoy Pinamar?
-Casi 50 mil habitantes. Durante la pandemia yo hice una campaña muy agresiva para que la gente se viniera a vivir y dio muchos buenos resultados. Tuvimos una inmigración de gente vinculada a sectores tecnológicos, de la construcción, comercial y gastronomía especialmente. En los últimos cuatro años pasamos de 220 negocios gastronómicos a 400, un crecimiento del 80 por ciento. Y eso es lo que hace que la ciudad sea más entretenida, más interesante. Incluso lo hablamos con los dirigentes de FACCMA. Era un miércoles al mediodía y estábamos en un balneario lleno a esta altura del año. Son las cosas que van haciendo que la ciudad sea más interesante y a medida que se hace más interesante, le interesa a más gente. Entonces entramos en un círculo virtuoso y espero que el futuro político de Pinamar sea estable en lo institucional y que logren mantener estas variables que son atractivas para la ciudad, por supuesto agregándole su impronta de cuidado del medio ambiente en medio este crecimiento económico.
-Tenés que hacer pie un par de días en Tel Aviv y vas a encontrar una analogía en el espíritu de lo que estás contando. Tiene una magia muy particular, me refiero al tema playa obviamente y tiene una vida anual más allá de las temporadas invernales muy interesante.
-Me lo dijeron, pero obviamente para nosotros es un camino, es un norte, no somos esa ciudad todavía, somos una ciudad donde eso está pasando. Está empezando a pasar. Como una bola de nieve que está arrancando, pero bueno, la bola de nieve va más rápido y la dinámica de una ciudad obviamente lleva otro ritmo. Si uno lo mira en perspectiva histórica, cuando yo nací en el 86 éramos 2.000 habitantes. Recién 15 años después duplicamos población y ahora estamos hablando de que ese aumento poblacional lo tuvimos en dos años. Son cosas muy lindas.