Itongadol.- El presidente de la Organización Sionista Mundial e interino de la Agencia Judía para Israel, Yaakov Hagoel, recibió a ItonGadol en su oficina en Jerusalem para conversar sobre todos los temas que atañen al mundo judío y, en particular, sobre las consecuencias del coronavirus y las perspectivas a futuro.
– ¿Cómo ve el mundo judío desde su alto cargo?
– Llevamos un año y medio muy particular, por la epidemia del coronavirus, en el cual vemos cosas positivas y negativas. Vemos un enorme interés por la aliá, muchas más personas que en el pasado quieren saber cómo se hace. Este año inmigraron más que el anterior. Todavía no llegamos a lo que era antes del coronavirus por cuestiones técnicas: no hay aviones, todo está cerrado. Quieren hacer aliá porque ven que Israel lidia con el problema sanitario un poco mejor que los demás y que es económicamente fuerte, y piensan que quizás el coronavirus les dio la posibilidad de cumplir ese sueño. Otro aspecto positivo es que aprendimos a trabajar virtualmente. Hoy se puede hacer un congreso virtual y no es necesario llevar a toda la gente a una habitación. Pienso que es una herramienta que nos acompañará por mucho tiempo y si bien no dejaremos de viajar a Buenos Aires, no lo haremos por cualquier cosa. Entre los aspectos negativos están el sanitario, obviamente, y el económico porque vemos cómo golpea a las comunidades judías y a la educación porque la gente no tiene plata para invertir en ella, cómo cierran periódicos y clubes. Esto nos preocupa mucho a la Agencia Judía y la Organización Sionista Mundial y estamos tratando de ver cómo podemos ayudar en esta enorme dificultad. Y por último, el tema del coronavirus disparó aún más el antisemitismo. A los judíos nos culparon por haberlo generado o por hacer plata con él, y cuando Israel fue el primero en salir, dijeron que era porque lo habia creado… Sé que también en Sudamérica porque en México, Brasil y la Argentina les tomó tiempo tener vacunas y todavía siguen con eso… Hay envidia entre los no judíos y ese es uno de los desafíos que vemos ho en dia. Por otra parte, en la Organización Sionista Mundial tomamos al idioma hebreo como una de las cosas más importantes de esta cadencia porque entendemos que cada vez menos judíos lo hablan.

Hagoel junto al director de ItonGadol, Daniel Berliner, en su oficina de Jerusalem. Octubre 2021.
– ¿Esto lo vinculan con la aliá?
– Sí y no. Empiezo con la aliá: descubrimos que uno de los obstáculos que hacen a los judíos repensar si emigrar a Israel es la falta de idioma porque les dificulta encontrar empleo, integrarse, estudiar, casarse… Lo básico. Por eso, en los últimos años establecimos centenares de cursos de ulpán en todo el mundo desde el punto de vista de que eso ayudaría a la aliá. Por otra parte, entendemos, y especialmente en Sudamérica, que los nietos hablan menos hebreo que sus padres, que ya hablaban menos que los suyos. Antes, en los colegios judíos el hebreo era la segunda lengua y hoy, en el mejor de los casos, es la tercera, sobre todo en las escuelas religiosas y no en la práctica. Invertimos mucho en eso y tenemos un nuevo departamento que se ocupa de cómo ayudamos a enseñar hebreo. Esto también está vinculado con las herramientas virtuales: hacemos muchos cursos de ulpán desde acá. También creamos consejos de hebreo y capacitamos a docentes para que sean más profesionales.
– ¿Por qué es tan importante el hebreo?
– Ustedes viven en Buenos Aires y yo en Natania, pero sé que hay muchas cosas que nos unen: fe en el mismo D’s, un pasado en común, un futuro en común, si D’s quiere, un país en común y también un idioma. Es una pata importante de nuestro ser como pueblo. Sabemos que la unidad del pueblo no es alta y hay muchas brechas: Israel y la Diáspora, ortodoxos, religiosos y seculares, sefaradim y ashkenazim, reformistas, conservadores y ortodoxos, y el idioma puede ser un amplio campo en común. Veo en esto algo ideológico, aun sin el tema de la aliá, y no solo práctico. Hay un asunto fundamental, de principios…
– ¿Qué diferencias hay entre la aliá actual y la de hace varios años?
– No hay diferencia en que hay olim que tienen la voluntad de llegar a Sion. Es nuestro hogar y esto es algo común a los ’50 y la actualidad. Hoy, la mayoría de los judíos eligen emigrar a Israel, no por un peligro. No son sobrevivientes de la Shoá, ni es porque la economía se derrumbó en la Argentina. Vienen a Israel porque es un buen lugar donde vivir. Según todos los índices es un país fantástico, exitoso, del cual uno quiere formar parte. En la Argentina se puede ser exitoso y hacer mucha plata y un buen trabajo, pero al fin de cuentas, el no judío los mira… Esto siempre fue nuestro, pero ahora también es bueno y de alto nivel en salud, educación, economía, sociedad… Es un país muy desarrollado. Hay ideología, pero también pragmatismo… Recibo casi cada dos semanas en el aeropuerto a gente con carreras de alta tecnología, ingenieros, médicos… La semana pasada me encontré con una pareja de jóvenes médicos que acababan de recibirse. Les pregunté por qué habían hecho aliá y me dijeron: «Somos judíos, aquí están los mejores médicos y queremos estar en la mejor liga». La mayoría de los olim son jóvenes que están al comienzo de sus vidas o familias con chicos. Hace diez años la mayoría eran viejos que venían a morir a Israel, mientras que ahora vienen a vivir… Nosotros recibimos a todos, pero lo de hoy es más lindo y ayuda al Estado de Israel…
– Usted dijo que los israelíes deben integrar a los olim porque los necesitan…
– Unos y otros, es un win-win (todos ganan). Los olim llegan, empiezan sus vidas y les va bien. Yo digo que el primer año, los israelíes tenemos que integrarlos y ayudarlos, y en cinco o diez años, ellos ayudarán a la economía de Israel. Son buena gente, que trae su capital y su voluntad y eso impulsa al país. Alguna vez dijeron que los olim no generaban un buen equilibrio y yo digo que en la mejor aliá, la de los ’90, inmigraron un millón de olim de Rusia, pero después de diez años la economía se activó porque llegaron ingenieros, médicos… y eso creó más plata.

Hagoel junto al director de ItonGadol, Daniel Berliner, en su oficina de Jerusalem. Octubre 2021.
– ¿El israelí piensa eso o no lo ve así?
– No piensa que sea así y yo le digo que abra los ojos… El israelí ve que le sacan empleo, vivienda… Yo no lo veo a corto plazo, sino a largo plazo… Y lo que les digo mucho a los israelíes es que nosotros tenemos que integrar a los olim y no solo la Agencia Judía y el Ministerio de Absorción, que hacen un buen trabajo. Yo vivo en Natania y tengo que ver cómo ayudar personalmente a los olim de Francia que viven allí. Que recurran a mí como un mentor… Tenemos que hacer más y entender que esto es una misión nacional y que somos de la misma familia. No viajaron a Inglaterra, sino a casa. Tenemos la misma sangre y no debemos recibirlos como si fueran no judíos que llegan de Afganistán…
– ¿Qué le gustaría lograr en este importante cargo?
– Vine con la mirada de que este organismo, tanto la Organización Sionista Mundial como la Agencia Judía, no es el objetivo, sino el medio, el instrumento, para hacer el bien por el Pueblo de Israel y la Tierra de Israel. El objetivo no es que la Agencia Judía sea grande y linda, sino lograr lo mejor para las comunidades judías y en Israel, en Sderot, Beer Sheba y Carmiel, y que lleguen olim.
– ¿Por qué decidieron que Gabriela Glazman fuese la representante en Sudamérica de ambas entidades?
– Hasta hace once años estaban juntas y hoy también tienen un solo presidente, temporalmente. Evaluamos Sudamérica particularmente y entendimos que, tanto a los ojos de las comunidades como a los nuestros, era lo correcto en esta etapa, por supuesto que con el coronavirus, economizar y trabajar juntos para dedicar la plata a actividades. Es un piloto… Queremos ver el año próximo: si funciona, continuaremos así, y si no, no será en conjunto. Es el único lugar en el mundo donde es así: en Inglaterra, Francia, Estados Unidos son dos… No nos damos la cabeza contra la pared, sino que evaluamos alternativas para ver cuál es la mejor forma de servir a las comunidades judías.
– Ya habló sobre el COVID, pero, ¿qué otras cosas le preocupan sobre el antisemitismo en el mundo?
– Pienso que cada año la situación es más grave… Es cierto que por el COVID estuvimos menos afuera y hubo menos violencia, pero se ve muchísimo antisemitismo en los sitios de Internet. El problema cambió porque nos convertimos en una aldea global y, entonces, vemos que está en todas partes del mundo, incluso en lugares donde no hay judíos, porque todo llega a las redes sociales. Entonces, hoy vemos antisemitismo en lugares que solían ser muy seguros para los judíos. Antes solía decirse que solo había en Europa…
– ¿A qué se refiere?
– Recuerden que hay muchísimo antisemitismo en Estados Unidos… Hubo en todo lo que rodeó a (el ex presidente Donald) Trump, tanto desde la izquierda como desde la derecha. Recuerden el asesinato en la sinagoga de Estados Unidos y el atentado de hace dos años, en Iom Kipur, en una de Alemania, donde gracias a D’s no murieron los 52 judíos debido a una puerta que donamos… Fuimos a ver una inscripción antisemita en un pueblo de Polonia. Pregunté: «¿Hay judíos aquí?» y me dijeron: «No hay judíos aquí desde la Shoá, pero debido a Internet y esas cosas la gente se ‘enciende'»… Internet tiene muchas cosas positivas, pero en el tema del antisemitismo y la violencia es muy negativa. Este es un fenómeno que queremos combatir muchísimo y tenemos un departamento, del cual fui su titular y hoy es Rajeli Bretz. Recientemente, gracias a D’s, por el buen trabajo de las comunidades judías y nuestra ayuda, los gobiernos de Canadá y Australia resolvieron adoptar la muy importante definición de «antisemitismo» de la IHRA (Alianza Internacional para la Rememoración de la Shoá), y ya lo hicieron unos cuarenta países. Todavía hay muchos que no, también en Sudamérica, e instamos a sus líderes a hacerlo y a los presidentes de las organizaciones judías a que presionen a sus gobiernos para que la acepten, quede claro qué es el antisemitismo y no digan «esto sí» o «esto no». Es una definición que ayuda mucho a ordenar las cosas.
– ¿Cuál es su mensaje para los docentes, los alumnos y demás lectores?
– Mi mensaje es que en Israel los vemos como nuestros hermanos, no como nuestros primos u otra cosa, y estaríamos muy felices si eligieran venir a vivir aquí con nosotros. Es la casa de todos nosotros. Háganlo cuando quieran, con los tiempos que quieran, y hasta entonces los ayudaremos, junto con ustedes, a mantener vuestro judaísmo y orgullo judío. Unirnos a ustedes en el Estado de Israel es el desafío de todos nosotros y no lo digo como dirigente, sino como un judío al que le importan sus hermanos.