Por Daniel Berliner
La nueva Comisión Directiva de la AMIA trae aires renovados y esta última elección se convierte en una bisagra luego de 14 años de gobierno del Bloque Unido Religioso (BUR).
Así quedó demostrado el pasado lunes tras la sesión de la Asamblea de Representantes de Socios (RAT), cuya composición de 90 integrantes surgió de los comicios realizados el pasado 10 de abril, donde quedó conformada la nueva Comisión Directiva de AMIA, que presidirá el Dr, Amos Linetzky.
Sin duda hubo grandes escollos que sortear para llegar a este resultado, pero en el fondo, toda la dirigencia apostaba silenciosamente a un cambio de época.
“Cerrar la grieta”, expresaban desde todos los sectores y fue el flamante presidente de la AMIA quien en su primer discurso lo afirmó ante toda la asamblea: “Nos une el amor al pueblo judío, que tiene que ser mucho más alto y mucho más importante que nuestras diferencias”. Con estas palabras quedaba constituido y sellado un nuevo centro de gravedad en la Kehilá.
Existieron grandes esfuerzos por parte de todos los sectores y claramente la valentía de un puñado de hombres logró llevar a cabo este cambio, desestimando la disyuntiva de “ellos o nosotros”.
“Juntos” era la opción y a partir de ahí con gran dinamismo comenzaron a transitar la difícil tarea que se convertiría en la “La nueva Comisión Directiva”.
La ortodoxia conoce claramente sus diferencias con los otros factores, pero finalmente elegiría a aquellos hombres menos alejados de ella para cerrar el acuerdo.
Se conoció el pedido del Rabino Sergio Bergman a sus hombres: “Ayudar en todo lo que sea necesario para que el BUR arme su Comisión Directiva”. Recordemos que hace seis años, cuando terminaba la candencia de Leonardo Jmelnitzky, Fundación Judaica y Una AMIA hicieron una presentación judicial impugnando el padrón electoral.
Por eso, pese al pedido del Rabino Bergman, ningún hombre de Fundación Judaica y Plural Jai involucrados en esas denuncias judiciales tuvo lugar en el flamante gobierno de AMIA. De este modo el BUR terminó haciendo valer lo que sostuvo en los últimos años, “había un límite”.
Señales inequívocas habían comenzado a dar a luz esta nueva realidad, donde la educación y el Vaad Hakehilot fueron las primeras expresiones de cambio en la última y reciente gestión del BUR de Ariel Eichbaum, en la que educar, capacitar y trabajar contra la asimilación inspiraba a todos por igual para dejar atrás cualquier nivel de conflictividad. “Debíamos trabajar juntos y no importaba quiénes lo hacían, había que dar respuestas y la confianza fue el arma secreta para lograr lo que hoy estamos viviendo”, aseguraron a estas horas desde el Seminario Rabínico. También trascendió desde el Movimiento Marsortí que el tema Rabinato y cementerios no estará sobre la mesa a estas horas, “no podemos gobernar como una orquesta en la proa del Titanic”.
El BUR consolidado después de tantos años de gobierno en la AMIA percibió la oportunidad de seguir trabajando para todos dando este paso inesperado para muchos, percibiendo dónde estaba la llave para sellar un buen clima de gobernabilidad, “invitar a todos a la mesa de trabajo en el edificio de la calle Pasteur”.
El Rabino Levin, director de la Yeshiva Jafez Jaim, que conduce las políticas de la AMIA, siempre supo ver más allá y fueron muchos sus actos de “jugador experto” que le permitieron llegar a importantes resultados durante su vida política comunitaria. En esta oportunidad y luego de superar un delicado cuadro de salud, soportando fuertes críticas y fuego amigo, sabía y seguía indicando hacia dónde había que ir en esta nueva etapa. Pese al alto nivel de conflictividad, él creyó una vez más en su instinto.
Una foto que le valdría grandes críticas y que incomodó a todas las partes por igual, ortodoxos y conservadores, fue ver al Rabino Levin en el velatorio de Miguel Toimager, quien fuera el presidente del Seminario Rabínico al momento de su fallecimiento.
Toimager fue uno de los primeros en ver dónde estaba el futuro de la Kehilá y el Rabino Samuel Levin conectó inmediatamente con él. Ambos, entre bambalinas y muy silenciosamente, junto a sus mejores hombres, comenzaban un camino que no tendría vuelta atrás.
Otras de las fotos importantes en estas últimas horas fue ver a Marina Degtiar dentro de la flamante Comisión Directiva. Marina es la esposa del Rabino Ale Avruj, pero lo significativo es que vuelve al edificio que terminó con la vida de su hermano bajo los escombros del Atentado a la AMIA en 1994.
Marina, una mujer trabajadora y de coraje, una mujer de acción, que seguramente hará un gran aporte al gobierno de Amos Linetzky. Ella eligió el camino más doloroso y difícil, el de ingresar al lugar de sus peores fantasmas y de largas noches sin dormir para honrar la memoria de todos los muertos en la persona de su hermano Cristian.
Los herederos políticos de Miguel Toimager sostuvieron el legado, Ariel Stofenmacher y Claudio Pszemiarower honraron su memoria conduciendo el barco hasta este destino. Ambos, rector y presidente del Seminario Rabínico continuaron la tarea y una foto en invierno de 2021 marcaba y sellaba al menos un primer compromiso. Se trataba de la foto durante la visita de Eliahu Hambra, importante delfín del Rabino Levin, a compartir un encuentro en Lobos, provincia de Buenos Aires, donde los Pszemiarower suelen recluirse.
Es ahí donde Hamra, hombre de gran confianza del Rabino Levin, comenzó a descubrir sus propias fortalezas y siempre junto a la mesa chica del BUR fue ampliando su capacidad de maniobra política.
En esa misma dirección desde el BUR dejaron circular una fotografía luego del último resultado electoral con los hombres que toman decisiones desde la calle Ecuador: el Rabino Levin junto al Rabino Daniel Groisman, el ex presidente Leonardo Jmelnitzky, Eliahu Hamra y el presidente saliente Ariel Eichbaum.
También se conocieron las enormes dificultades que debió transitar el Rabino Ale Avruj, cuando las miradas del BUR comenzaron a dirigirse al Seminario Rabínico para intentar sellar un acuerdo. Avruj era parte de Una AMIA y él debía golpear la mesa de sus ex socios para lograr su independencia política y poder llegar al nuevo acuerdo.
Avruj debía diferenciarse de Una AMIA. Se trataba de una bula que impediría su independencia, comentaba un dirigente haciendo una analogía con el documento pontificio del privilegio que libera de una carga u obligación de alguien.
Todo comenzó a avanzar rápidamente después de Pesaj, Avruj, para el BUR, no era parte del desencanto de los políticos comunitarios, es más, lo miraban como la contraparte del Rabino Levin para cerrar cualquier acuerdo.
Avruj compendió el mensaje e interpretó rápidamente el mapa político que consolidaría su futuro.
El Seminario Rabínico nunca vio con buenos ojos a Una AMIA y Avruj era la tercera parte, pero el resultado de la elección se convirtió en una gran oportunidad que no dejaría escapar.
Finalmente, pese a los momentos de gran incertidumbre, supo estar a la altura de los acontecimientos, enfrentarlos y ser protagonista de su propio destino. De este modo Fundación Judaica y Plural Jai quedarían como únicos socios de Una AMIA.

De izquierda a derecha: Daniel Groisman, Amos Linetzky, el Rabino Levin, Leonardo Jmelnitzky, Ariel Eichbaum y Eliahu Hamra.
Ante la consulta de Iton Gadol a Ariel Stofenmacher acerca de esta nueva realidad comunitaria, aseguró: “El Seminario Rabínico está muy feliz con la conformación de la nueva Comisión Directiva que incluye a todos los factores que se presentaron en esta elección y esperamos que todos trabajen en pos de una comunidad desarrollada y unida que pueda afrontar los nuevos desafíos que tenemos por delante sin centrarse en cuestiones pequeñas, parroquiales e individuales”.
Ante nuestra consulta, Psemiarower expresó: “Me siento feliz. Pese a las dudas iniciales de muchos, pudimos conformar una nueva comisión unida en la AMIA”.
Por su parte, los referentes del movimiento Masortí aseguraron que trabajan hace décadas por el fortalecimiento de la comunidad y entienden como una gran oportunidad trabajar con diferentes factores teniendo muy en claro que la AMIA es una institución de enorme relevancia. Otra muestra de trabajo compartido es la presencia del Presidente de la Federación de Comunidades Masorti de Argentina, Daniel Sapoznicoff en la comisión directiva. También remarcaron el gesto del BUR de querer un trabajo que incluya al Movimiento sabiendo que podían haber gobernado perfectamente sin nadie más que ellos, aclarando que aquella vez con el Rabino Sergio Bergman era un matrimonio por conveniencia por la falta de mayoría en el BUR.
Desde el Seminario fueron más allá y aseguran que “se trata de un gran logro a pesar de que algunos partidos políticos no lo entendieron así y algunos integrantes de los mismos tratarán de minar todo el tiempo el excelente diálogo que mantuvo el seminario con el BUR. Hay que mirar un norte, que es la unidad de toda la comunidad, y no pequeños intereses personales que solo sirven para dividir o llevar agua a sus molinos políticos”.
Como parte de un gobierno de pared a pared, el BUR otorgó la Secretaría General a Somos AMIA en la persona de Gabriel Gorenstein.
Finalmente el nuevo clima político no demoró el llamado del presidente de la DAIA al flamante presidente de la AMIA para augurarle el mayor de los éxitos. Jorge Knoblovits y Ariel Eichbaum mantuvieron una relación de enorme respeto y cordialidad, y es el espíritu de los hombres que encabezan ambas instituciones que eso se sostenga. Desde el BUR aseguraron que Amos Linetzky es “un hombre de profundo diálogo”, lo que garantiza naturalmente una excelente relación entre ambos dirigentes.
Queda a la vista que en esta elección perdieron más los que expresaban los extremos de una y otra parte. El tiempo confirmará si se consolida la nueva realidad.