Itongadol/AJN.- En el mes de Ramadán proliferan las telenovelas y producciones televisivas. También Hamás prepara la suya, la segunda temporada de la novela “El guerrero”, en la que se ven los callejones de Hebrón, las celdas de seguridad en las cárceles israelíes, las salas de audiencia y la vida junto a los colonos judíos.
La telenovela se emitirá por el canal de televisión Al-Aqsa, que pertenece a Hamás, que también emitió la primera temporada, que tuvo 30 capítulos y un éxito rotundo, con altísimos índices de audiencia. Su popularidad llevó a la creación de la segunda temporada, para la cual ya se filmaron 30 capítulos más, de 50 minutos de duración cada uno.
En dos semanas, con el comienzo de Ramadán, se estrenará la novela, que se centrará en temas de actualidad tales como la ola de violencia contra israelíes, las agresiones de colonos conocidas como "etiqueta de precio" y el incendio de una casa en la localidad palestina Duma, que costó la vida a casi toda la familia Dawabsheh.
Los creadores de la telenovela dieron especial atención al tratamiento de los personajes israelíes de la historia, con estereotipos antisemitas de codiciosos e intrigantes. Dichos personajes representan a los israelíes como todos religiosos e incluso el jefe del Servicio de Seguridad Nacional es religioso ortodoxo, y aparece con uniforme militar e insignias. En la novela no logra enfrentar con éxito a células terroristas de
Hamás y se ve obligado a renunciar. En general, el esfuerzo visible de los actores para producir un drama artificial, más la música pomposa, hace que muchas de las escenas resulten ridículas.
\’\’El guerrero\’\’ es la primera serie palestina exitosa que se ha vendido en el extranjero y actualmente se emite en Turquía, con doblaje. Zuhair Afranji, productor ejecutivo del canal Al-Aqsa, señaló que la venta de la serie se logró después de de grandes esfuerzos de marketing. "Nuestro objetivo es aumentar el número de espectadores de la serie, después de que se convirtiera en un éxito en el mercado palestino", explicó.
El director de la serie, Mohamed Khalifa, dijo antes del estreno de la segunda temporada: "La serie muestra las dificultades de los presos palestinos en las cárceles israelíes y los intentos de judaización de los lugares sagrados palestinos. También envía un mensaje al mundo árabe e islámico sobre la situación palestina y fortalece el concepto de resistencia".