Itongadol.- Coincidieron en afirmar que el juicio por encubrimiento, que comenzará el 6 de agosto, puede convertirse en “histórico si condenara a los que construyeron una mentira oficial para cerrar la causa y negarnos, para siempre, la verdad y la justicia”.
Con la proximidad del inicio del juicio, el periodista Walter Goobar; Gastón Chillier, director ejecutivo del CELS; Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, y Diana Malamud, de Memoria Activa destacaron que a “7.664 días de la masacre de la AMIA”, este año es diferente a los otros.
Malamud agregó “que estos siniestros personajes van a enfrentar un juicio por encubrimiento”, refiriéndose al ex presidente Carlos Menem; el ex jefe de la SIDE, Hugo Anzorreguy; el ex juez de la causa AMIA, Juan José Galeano; los ex fiscales de la causa, Müllen y Barbaccia; el ex presidente de la DAIA, Rubén Beraja; el ex comisario Jorge “Fino” Palacios; el último poseedor del motor de la Trafic que explotó la AMIA, Carlos Telledín; el ex comisario de la Policía Federal, Carlos Castañeda; el ex subsecretario de inteligencia, Juan Carlos Anchezar y el ex espía Patricio Finnen”.
Y advirtió que “intentaron utilizar todos los recursos jurídicos, políticos y económicos, para hacer desaparecer la causa AMIA, y con ella a nuestros muertos”.
También se refirió al ex fiscal Alberto Nisman y consideró que su muerte “puso en evidencia la falta de investigación con la consiguiente obstrucción de la justicia”.
Criticó “la falta de control e interés sobre lo que hizo Nisman durante 10 años, en la Fiscalía AMIA a pesar de nuestras reiteradas y públicas denuncias”, y denunció que “quedó expuesta la relación delictiva entre el Poder Judicial y los servicios de inteligencia”.
También denunció “el abandono de las víctimas y sus familiares por una dirigencia comunitaria judía cómplice de maniobras de encubrimiento".
Carlotto, en tanto, ratificó “la solidaridad de las Abuelas por nuestros hermanos víctimas en el “ataque terrorista que le ocurrió a toda la sociedad”.
“El atentado a la AMIA es una llaga que arde y sólo la verdad podrá sanar”, y reconoció que “hasta el momento la búsqueda de la verdad ha sido infructuosa”.
Destacó el inicio de la causa por el encubrimiento y recordó que “la Justicia tarda pero llega y sana, y hay que abonarla con memoria y con un pueblo que sepa exigir”.
Chillier, por su parte, aseveró que "fue toda la sociedad la atacada por el atentado" y consideró que durante “dos décadas las maniobras por ocultamiento fueron exitosas” y que la “investigación judicial no avanzó en las líneas investigativas para saber qué pasó en el atentado a la AMIA”.
Respecto al inicio del juicio por encubrimiento, afirmó que “estamos ante la oportunidad histórica de resquebrajar el pacto de impunidad”, y que “es necesario que el Poder Judicial esté a la altura de esas circunstancias con el juicio por el encubrimiento”.
Para Goobar, los 21 años del atentado “no son iguales a los 20 porque han habido cambios. Y uno decisivo ha sido la disolución de la SIDE y su reemplazo por la la Agencia Federal de Inteligencia, fundada sobre la base de lo que necesita una sociedad democrática”.
Goobar consideró que en la SIDE fue “donde residió la madre de todos los encubrimientos”, y que “no fue una casualidad que durante 21 años” allí, y -durante la última década- el fiscal Nisman se negaran a avanzar en la investigación de las conexiones locales del atentado”.
Goobar ejemplificó con su pedido a Nisman para “que proporcionara la lista de carapintadas que viajaron a Irán, porque seguramente allí estaban los nombres y las puntas de una investigación que no conducía a Teherán, sino a la Argentina”.
“Todas las iniciativas que tuviesen que ver con algún aspecto de la conexión local fueron sistemáticamente abortadas”, agregó.
“El atentado a la AMIA fue consecuencia de una operación en la que la SIDE intentó infiltrar a la célula terrorista que planeaba el atentado”, dijo.
Y agregó que “las autoridades de Argentina, EEUU e Israel conocían los planes del gobierno de Menem y de su secretario de Inteligencia, Hugo Anzorreguy, para realizar lo que en el espionaje se denomina \’operación controlada\’: infiltrar a la célula terrorista, acompañarla, apoyarla e intentar abortar el atentado en el último momento para capturarla in fraganti”.
Por último, coincidió en que “el 6 de agosto comenzará otro juicio en el que ponemos todas nuestras expectativas en que contribuya a la verdad y justicia”.