Tal relación deviene del procesamiento sensorial, la forma en que el sistema nervioso maneja la información sensorial entrante, ritualistas, obsesivas y con conductas compulsivas. Los niños sensibles a ciertos tipos de tacto o percepción olfativa pueden sentir que están siendo atacados o que el ambiente les amenaza. Para ellos, el ritualismo podría desarrollarse como un mecanismo de defensa, lo que ayuda a lidiar mejor su entorno, que también es un síntoma de los adultos con TOC, explicaron investigadores de la Universidad de Tel Aviv.
El estudio reveló una estrecha relación entre las tendencias compulsivas y la hipersensibilidad. En los niños, la hipersensibilidad es un indicador de ritualismo, mientras que en los adultos se relacionaba con los síntomas del TOC.
Universidad de Tel Aviv. Cidipal