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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, habló con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, por una hora ayer a la noche y reafirmó que están unidos en su determinación de evitar que Irán obtenga un arma nuclear, dijo la Casa Blanca.
Los dos líderes “discutieron sobre la cooperación sobre Irán y otros asuntos de seguridad y se comprometieron a continuar con sus consultas cercanas de aquí en adelante”, dijo una declaración de prensa.
La conversación entre ambos se hizo en medio de un aumento de tensiones entre Jerusalem y Washington por la demanda de Netanyahu de que Obama ponga “líneas rojas” para el programa nuclear iraní.
La Casa Blanca también negó informes de que Obama se había rehusado a encontrarse con Netanyahu en Nueva York en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas este mes. “Contrario a los informes de prensa, nunca hubo un pedido del primer ministro Netanyahu de mantener una reunión con Obama y nunca se negó ningún pedido de encuentro”, expresó la declaración. Más temprano ayer, la Casa Blanca dijo que el encuentro no sería posible debido a las complicadas agendas de ambos líderes.
Parece que la campaña de Obama se dio cuenta de que su respuesta no funcionaría bien con los votantes judíos y crearía un problema antes de las elecciones de noviembre.
También hay tensiones dentro del gabinete de Israel. Ayer el ministro de defensa de Israel, Ehud Barak, lanzó una declaración dura inusual contra la conducta de Netanyahu hacia Washington. “Estados Unidos es el principal aliado de Israel y a pesar de las diferencias y la importancia de mantener la habilidad de Israel de operar independientemente, debemos tener en mente la importancia estratégica del compañerismo con Estados Unidos y abstenernos de dañarlo”, dijo.
Fuentes de Likud están acusando a Barak de traición y de estar “siendo motivados por intereses políticos angostos”. Mientras tanto, los americanos están criticando a Netanyahu por tomar ventaja de las elecciones de Estados Unidos para empujar a Washington a “posiciones problemáticas”.
Esto fue seguido de una dura declaración por parte de Netanyahu, quien dijo ayer que Estados Unidos no tenía un derecho moral de evitar que Israel ataque a Irán luego de rehusarse a posicionar “límites rojos” para el programa nuclear iraní.