El proyecto de creación artesanal con el fin de realizar donaciones nació a principios de año desde el Taller de Creatividad del centro de día que funciona en la sede Uriburu de AMIA. Este espacio, coordinado por las terapistas ocupacionales Bettina Razumny y Vanesa Epstein, que realiza producciones manuales creativas, en un principio se dedicaba a objetivos a corto plazo para un uso personal. Luego surgió la idea de realizar los souvenirs para cada semestre de cumpleaños o fiestas de la comunidad y colaborar en la decoración de la institución para las festividades.
Si bien hace dos años se realizó una muestra con los juguetes artesanales para niños, la concurrencia, el entusiasmo y el compromiso que hoy atraviesa el grupo de adultos permitieron llevar adelante la donación. Entre todos los integrantes del taller acordaron que la población destinataria serían niños en edad de jardín de infantes y que se realizarían “cubos cuentahistorias” con cuerina, hilos, papeles y cartones. “La idea fue utilizar elementos reciclables y hacerlo con cosas que tenemos en el hogar”, cuenta Bettina.
La juegoteca “Creciendo”, ubicada en Córdoba 2655, donde asisten muchos niños de entre 2 y 5 años en situación de vulnerabilidad social fue el lugar elegido para entregar los juegos terminados. “Creímos -explica Bettina- que lo mejor era buscar un lugar cercano para poder ir a realizar la donación, para que ellos vean el impacto de su producción y transmitirlo al resto de sus compañeros”. Y así fue, la donación fue recibida con alegría y agradecimiento; mientras que los adultos mayores se sintieron muy enriquecidos por haber aportado un producto hecho con sus propias manos y, tras tanta satisfacción, ya piensan en un futuro taller.
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