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Luego de visitas a Jerusalem esta semana, altos funcionarios americanos reflejaron su creciente preocupación en Washington por la posibilidad de que Israel decida atacar sitios nucleares iraníes. Los americanos están particularmente preocupados por la línea estilo halcón que ha adoptado el ministro de defensa de Israel, Ehud Barak, sobre el tema. Aparentemente tienen la impresión, sin embargo, de que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, todavía no ha tomado una decisión final sobre el asunto.
El número de visitas que han sido hechas por altos miembros de la administración del presidente Barack Obama en el último mes es inusual. Una delegación encabezada por el consejero de seguridad nacional de Estados Unidos, Thomas Donilon, llegó ayer por la tarde; y más tarde esta semana, Israel recibirá a James Clapper, directo de Inteligencia Nacional. En vistas separadas el otoño pasado, el nuevo director de la Agencia de Inteligencia Central, David Petraeus, le hizo una visita a Israel, al igual que el secretario de defensa americano, Leon Panetta, cuyo viaje se hizo poco después de una visita de Barak a Estados Unidos.
El mes pasado, el director de Jefes Conjuntos de Personal, el general Martin Demsey, llegó a Israel no poco después de asumir su puesto. En otras dos semanas Netanyahu estará en Washington para dar un discurso ante la conferencia de política del lobby pro israelí AIPAC (Comité de Asuntos Públicos Israelí Americano). El premier israelí también se encontrará con Obama en el curso de la visita. Antes de eso, la semana que viene, el ministro de defensa Barak hará su propio viaje a la capital estadounidense para encontrarse con altos funcionarios de la administración.
Este puente de aire entre Israel y Estados Unidos tiene un propósito principal: dejarle en claro a Israel que todavía no ha llegado el momento de tomar acciones militares contra el programa nuclear de Irán, y que cualquier asalto prematuro perturbará el proceso de sanciones internacionales contra Irán que ha estado encabezando Obama.