El gran rabino de Amsterdam, Aryeh Ralbag, fue relevado temporalmente de su cargo este miércoles por la junta directiva de la comunidad judía ortodoxa, después de haber firmado un documento que describe a la homosexualidad como una inclinación que "se puede modificar y sanar".
Ralbag, un rabino ortodoxo nacido en Estados Unidos designado como líder espitirual de la comunidad de Amsterdam en 2005, firmó recientemente el documento titulado "Declaración sobre el enfoque de la Torá en la homosexualidad".
"La firma del rabino Ralbag puede dar la impresión de que la comunidad judía ortodoxa comparte su punto de vista", expresó la junta directiva por un comunicado de prensa. "Esto es absolutamente falso. Los homosexuales son bienvenidos en la comunidad judía de Ámsterdam”, remarcaron los directivos.
"Ronnie Eisenmann, presidente de la junta, añadió: "La comunidad lamenta que el rabino haya firmado conjuntamente este documento y se distancia de este punto de vista". Asimismo, ofreció "sinceras disculpas a cualquier persona que pudo haber sido herida por la firma del rabino".
"La junta ha decidido (temporalmente) aliviar al rabino de sus funciones, en todo caso, hasta que viaje a Amsterdam para discutir el tema", continuó explicando Eisenmann.
Esther Voet, ex editor en jefe del semanario judío holandés Nieuw Israëlietisch Weekblad, apoyó la decisión de relevar Ralbag de sus funciones. "Creo que es la única posición correcta, porque las políticas del rabino Ralbag han sido varias veces objeto de investigación".
Voet, actualmente vice director del CIDI, organización de vigilancia de la comunidad judía holandesa sobre el antisemitismo, dijo que hay una brecha cultural entre la comunidad judía ultra-ortodoxo de Brooklyn y la relativamente comunidad ortodoxa liberal holandesa.
Su organización ha pedido a Ralbag a renunciar como rabino el martes pasado, después de firmar el documento.
"La neshoma judío (el alma) de los holandeses es única. Tenemos reglas especiales, como esperar una hora antes de comer carne y productos lácteos. Necesitamos un gran rabino que esté al tanto de nuestras tradiciones y no alguien que viaje dos veces al año", dijo Voet.
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