El ministro de Seguridad Pública israelí, Itzjak Aharonovich, informó que la bomba que explotó hoy, miércoles, a las puertas del Centro Internacional de Convenciones Binianéi Haumá, frente a la Terminal de Ómnibus de Jerusalem, tenía uno o dos kilos de explosivos y metralla para provocar aún más daño.
El funcionario admitió que no se habían recibido alertas de inteligencia.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, convocó a una reunión de emergencia en su despacho.
La mayoría de las 25 víctimas, dos de las cuales se encuentran en estado crítico, tiene entre 15 y 30 y muchos de ellos son soldados, detalló el subdirector del Centro Médico Shaarei Tzedek, Ovadia Shemesh
Eli Bin, director del Servicio de Ambulancias del Magen David Adom (MDA, versión israelí de la Cruz Roja), dijo que las víctimas estaban en la parada del autobús o cerca de ella.
En tanto, el alcalde Nir Barkat confirmó que el dispositivo se encontraba en una mochila dejada junto a la parada del autobús.
El intendente le pidió a la población que se mantenga alejada de la zona y que abra bien los ojos a posibles amenazas porque sólo así seremos capaces de prevenir ataques futuros.
Lo más importante, agregó, es retomar la vida normal para que los terroristas no crean que pueden ganar; por ejemplo, participando del próximo maratón de la ciudad, el viernes.
El Sindicato de Trabajadores Sociales informó que colaborará con quien lo necesite, a pesar de la huelga que mantiene hace 18 días.
Por el contrario, los Comités de Resistencia Popular, un grupo terrorista de Gaza, elogiaron el ataque.
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