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Aquí mostramos tres ejemplos:
El primero, es la ocupación de las tres islas árabes por parte de la República Islámica de Irán: la Tunb Mayor, la Tumb Menor y Abou Musa, pertenecientes a los Emiratos Árabes Unidos. A pesar de los reiterados llamados, por parte del pequeño estado del Golfo, de finalizar la ocupación y devolver la tierra a sus auténticos dueños, los líderes de Irán rechazan esa posibilidad por diferentes razones siendo, algunas de ellas, bastante extrañas. Pero, la ocupación es la ocupación, y una ocupación israelí de tierra árabe no puede ser separada de la ocupación iraní. Aquellos que exigen que Israel termine con la ocupación en los territorios no están autorizados a hacerlo, por razones morales y políticas, cuando ocupan tierras de otros.
Un segundo ejemplo es que, desde que alcanzó el poder, el presidente iraní no perdió oportunidad de atacar a Israel. Reitera, frente a cualquier micrófono abierto, que haría cualquier cosa a fin de borrar al Estado judío del mapa.
Esas afirmaciones son un insulto a la inteligencia. Ahmadinejad y su grupo de tempestuosos amigos, deberían tener claro que, el pueblo árabe palestino, que sufrió – durante más de 40 años – la ocupación israelí está enfermo y cansado de escuchar esa retórica. No sólo sus estúpidas palabras causan daños irreversibles al problema palestino sino que, además, sirven a la propaganda israelí en el mundo.
Para el lado palestino, lo importante es que no deseamos borrar a Israel del mapa. No queremos exterminarlo. Aceptamos su existencia como un hecho histórico. Deseamos establecer un estado palestino secular y democrático. No un estado de ayatollahs, junto al Estado de Israel. Deseamos que Jerusalén oriental se convierta en capital y se encuentra una solución justa al problema de los refugiados, de acuerdo con las resoluciones de Naciones Unidas.
Choque frontal en la política exterior
Ahmadinejad, ¡por favor! Deje de vender al pueblo palestino diferentes ilusiones y extraños engaños. El pueblo palestino tiene el deber, moral y político, de refrenar los continuos intentos iraníes que llevan a un quiebre entre las organizaciones palestinas. La ironía es que deben recordar que son el único pueblo en el mundo sin un estado propio, pero con dos gobiernos.
El tercer ejemplo se relaciona con la visita, realizada hace varias semanas, por Ahmadinejad a Irak; una visita definida por los comentaristas como “histórica” de un presidente iraní a Irak, un país árabe ocupado por el enemigo número uno de Irán: EEUU de América. ¿Cómo puede explicarse ese choque frontal en la política exterior de la república islámica?: un presidente iraní visita un país, bajo el peso de la ocupación americana, y cuyo liderazgo fue designado con la aprobación del gobierno americano, demostrando ser incapaces de dirigir una política independiente, sin el soporte de la dictada por Washington.
Ahmadinejad puede ser interrogado en voz alta: ¿el camino para lanzar un canal, abierto o secreto, con la Administración americana es a través de los líderes de Irak, que cooperan con sus enemigos más amargos? Y otra que no puede escaparse: ¿esa visita histórica, es resultado de la historia shiita en Irak e Irán? Y, ¿cómo puede el liderazgo iraní apoyar a los shiitas iraquíes, que se unieron al ocupante americano, mientras que, Irán mismo, apoya a la organización Hezbollah, opositora a EEUU e Israel?
Cualquier persona inteligente llegará a la conclusión que, el conflicto histórico entre la nación árabe y la persa no terminó ya que Irán adoptará cualquier medida posible para continuar dividiendo a la nación árabe que, en todos los casos, está sufriendo de un exceso de conflictos secundarios. Y la prueba es la decisión, de Egipto y Arabia Saudita, de enviar representantes de niveles bajo a la Cumbre Árabe en Damasco, donde Irán fue representado por su ministro de RREE.
Zohir Andreus es CEO del periódico israelí-árabe Ma-Alhadath.
Embajada de Israel en Buenos Aires