Itongadol.- Grupos españoles de la comunidad judía y proisraelíes emitieron declaraciones afirmando que, al anunciar que reconocerían formalmente un Estado palestino la próxima semana, España, Irlanda y Noruega estaban recompensando a Hamás por la masacre del 7 de octubre.
La Acción y Comunicación sobre Oriente Medio (ACOM), por su parte, aseguró que la medida de reconocer la »ficción» era la »última estratagema» del Presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, para distraer la atención de la corrupción en su gobierno.
David Hatchwell Altaras, ex presidente de la Comunidad Judía de Madrid, cofundador de la ACOM y de la Fundación Hispano Judía, coincidió con esta opinión y declaró a The Jerusalem Post que Sánchez estaba reorientando la atención de los medios de comunicación internacionales para evitar las investigaciones sobre los escándalos de su partido y sus asociados.
La decisión de Sánchez recompensa a »terroristas que cometieron una masacre incalificable y no quieren su propio Estado, sino la destrucción del único Estado judío», expresó la ACOM.
La organización remarcó que »la historia debe recordar el contexto en el que se produjo esta barbarie, y la oposición debe dejar claro que, en cuanto llegue al poder, revertirá la decisión sobre un falso Estado que no cuenta con un solo gobierno electo o legítimo, no tiene fronteras reconocidas ni con instituciones de ningún tipo que puedan garantizar que no se convierta en otro Estado fallido en manos de sanguinarios yihadistas».
Sobre el accionar del gobierno, Hatchwell hizo hincapié en que Sánchez »decidió unilateralmente recompensar el ataque genocida del 7 de octubre reconociendo a un Estado cuya población no reconoce sus fronteras y cuya prioridad número uno es arrasar a sus vecinos».
»Hamás no debe gobernar ningún territorio por más tiempo y la Autoridad Palestina (AP), que apoyó el ataque genocida no tiene autoridad moral para liderar un futuro Estado palestino independiente», agregó.
Además, el ex presidente de la Comunidad Judía de Madrid señaló que »Hamás debe ser derrotado, Gaza debe ser desnazificada de radicalismo, y la AP debe demostrar su buena fe cambiando fundamentalmente sus programas educativos y su sistema de recompensas económicas que incitan a la violencia en la sociedad palestina, y aceptar el fin del conflicto».
Con respeto a las consecuencias de la decisión del presidente Sánchez, la ACOM advirtió que el anuncio dañaría la reputación de España ante otras democracias occidentales y que era una solución simplista a un conflicto geopolítico complicado en un momento en que un aliado occidental libraba una guerra defensiva contra los terroristas e Irán.
Finalmente, la ACOM sostuvo que la decisión iba en contra de los deseos del parlamento español, dado que la última consulta sobre el asunto tuvo lugar hace una década.
En la misma línea, Hatchwell concluyó que fue la coalición de Sánchez, y no España, quien tomó la decisión.