Iton Gadol.-Luego de llevar a cabo en Argentina otro exitoso congreso de WAY, el gran proyecto para unir a los consejos juveniles del mundo judío, Ariel Goldgewicht, director ejecutivo del Departamento de Noar Jalutz y Dor Hemshej de la Organización Sionista Mundial (OSM), y Liat Jerozolimski, coordinadora de relaciones internacionales AMLAT en el mismo departamento, mantuvieron una entrevista con ItonGadol sobre el trabajo que realizan para encontrar los líderes sionistas del futuro.
El encuentro de WAY se llevó a cabo el fin de semana pasado en Mendoza, donde participaron 90 jóvenes representantes de la tnuot de Argentina, Brasil, Uruguay, Chile y Paraguay. Así mismo participaron lideres comunitarios de los mismos países, quienes apuntalan la actividad sionista diaria de las tnuot y de las comunidades.

“Queremos mantener motivados a los grandes líderes de movimientos juveniles, fortaleciéndolos a ellos y ayudando a que comprendan la responsabilidad enorme que tienen sobre sus hombros, particularmente en esta época”, destacó Goldgewicht.

-¿A qué se debe la visita a Buenos Aires?
Ariel: Nosotros ya hemos hecho varios congresos WAY acá en Argentina y en América Latina en general. WAY es la unión de los consejos juveniles sionistas de los países grandes, que tienen más de una Tnuá, e incluye representantes de comunidades pequeñas donde actúa una sola tnua. Se refiere a la importancia de enfocarnos en lo que nos une. Es decir, si bien cada tnuá dedica incontables horas a generar identidad del movimiento, enfocándose específicamente en su perspectiva ideológica, filosófica, religiosa, económica. Nosotros pedimos que dejen todo eso a un lado, momentáneamente. Eso es importante, pero dejémoslo a un lado por un fin de semana y dediquémonos a todo lo que nos une. Si uno analiza la ideología de todas estas tnuot, yo diría que el 90% tienen un común denominador, pero se enfocan en el 10% que los diferencia para generar esa identidad. Eso lo quisimos dejar a un lado y, por un fin de semana, reunir a los jóvenes de todos los países de la zona para enfocarnos en el 90% como un denominador que sí nos une.

-Esto no lo escucho por primera vez de parte tuya. Siempre fue algo que vos tuviste en la cabeza y querías intentar que se logre. Esto es llevarlo a cabo.
Ariel: Lo que nosotros estamos haciendo para enfrentar uno de los retos más difíciles que tiene el departamento, que es cómo hacer para mantener motivados a los grandes líderes de movimientos. Siempre sabíamos que en todos los movimientos en todo el mundo, hay extraordinarios líderes de 19, 20, 21 años, llenos de motivación, invirtiendo 40 horas por semana trabajando para la educación, para la filosofía, y a los 23 años desaparecen, como si nada. Y se pierden y en algunos casos muy extraños, logramos pescar a uno luego en alguna otra organización, como miembro del World Jewish Congress o en el Joint. Pero la inmensa mayoría terminan su trayectoria de líderes sionistas, lo dejan a un lado, y comienzan su vida de profesionales, padres de familia y demás. Nosotros estamos tratando de luchar contra eso. Con la Academia de Liderazgo Sionista y también con WAY. Al invertir en la cúpula, en los líderes más sobresalientes de cada tnuá de cada país, fortaleciéndolos a ellos y ayudando a que ellos comprendan la responsabilidad enorme que tienen sobre sus hombros, particularmente en esta época. Este es el tercer año consecutivo de WAY.

-¿Es un elemento de la Academia de Liderazgo?
Ariel: Es previo a la Academia. Para alcanzar nuestros objetivos a largo plazo, vamos en dos rutas distintas. La Academia es de 25 a 35 años y WAY es de 20 a 25 años. La idea es que los extraordinarios dirigentes de WAY puedan pasar en el futuro a la Academia. Ya hemos tenido algunos casos de este estilo. Para eso, nosotros contamos con coordinadores en cada uno de los países, que coordinan el Consejo Juvenil Sionista en cada país, y nosotros trabajamos específicamente empoderando a estos líderes, pero específicamente en cómo hacer los temas del común denominador. No como fortalecer la identidad de tu tnuá, sino como es fortalecerse como un dirigente judío sionista general, pluralista, que tiene la perspectiva abierta a todos.

-¿Estamos hablando de futuros líderes?
Ariel: Nosotros consideramos que si llegaste a ser un líder en tu tnuá a los 19, 20, 21 años, al parecer tienes ese factor X especial que hace que sean personas líderes, ya sea que tengas el carisma necesario para ser líder, las habilidades cognitivas, la gente te quiere a nivel social. El problema es que la gente disfruta de ese liderazgo en su juventud, pero luego de eso desaparece. Nosotros queremos recargar esas pilas, para que siga motivado a seguir liderando también.

-Vienen trabajando, hace mucho con la Academia. La idea sería que ellos puedan insertarse en la vida comunitaria. ¿Esto estuvo ocurriendo, el intercambio generacional se está dando?
Liat: El objetivo del departamento es un proceso educativo. Nosotros no queremos interferir o entrar en todo lo que está pasando dentro de la tnuá. Pero nosotros queremos ser parte del proceso cuando crecen, y ahí va el proceso de WAY y de la Academia. Nosotros vemos la importancia de las futuras generaciones, que no termina en la tnuá. Nosotros queremos tomar a esas personas que terminan ese proceso de tnuá y ver cómo pueden seguir esa vida comunitaria. En eso están los coordinadores de los consejos. Nosotros tenemos el privilegio de poder decir existen esos consejos en Brasil, Uruguay, Argentina y Chile. Nosotros queremos darles todas las herramientas y también escuchar cuáles son las necesidades de ellos, para que un día que sean esos líderes comunitarios. Tenemos una persona, por ejemplo, Naty Espinoza de Chile, que ella es la coordinadora del Consejo chileno (Derej, sendero), y también es la representante de Chile en la Academia de Liderazgo Sionista. Ahí está un pequeño ejemplo de como una muchacha que estuvo en una tnuá, después con sus habilidades, con su característica, pudo también ser la coordinadora de un Consejo. Y también vimos que tiene algo especial que quizás lleve a que en el futuro sea la líder comunitaria de Chile. Los chicos al final están en el terreno llevando adelante la comunidad.
-Hay una apuesta acerca de rescatar o sostener la educación no formal y como un factor fundamental en este momento del Estado de Israel. ¿Coincidís con esto?
-Liat: Absolutamente y lo digo con total modestia porque yo soy israelí, no viví la tnuá en la diáspora. La viví a través de mis padres, mi familia, que cuando hablaban de la tnuá se le iluminaban los ojos. Pero obvio que sí, los chicos pueden ir o no a una escuela judía, pero ese momento en que van a la tnuá es el rincón que tiene esa conexión con Israel. Pero cuando termina la tnuá, ¿ahí qué? ¿Cómo van a seguir en su vida, van a llevar a sus propios hijos a la tnuá?

-Para algunos puede parecer una locura apostar a esto y que se convierta en un reaseguro para el pueblo judío.
– Ariel: Yo creo que sí estamos locos, pero siempre nos han educado desde la tnuá a cuestionarnos todo, a nadar en contracorriente, a no tomar los hechos tal como son y a exigir más de nosotros mismos que de los demás, pero también exigir mucho de los demás. Considerando los acontecimientos previos al 7 de octubre y la rotura social que había interna dentro de Israel y en gran medida en el mundo judío. Estábamos posiblemente en nuestro momento más oscuro de división social desde la creación de este proyecto sionista de tener un país libre, una tierra nuestra en el que podamos vivir libres como quisiéramos ser. En ese momento de la polarización tan severa, fue el acontecimiento más atroz que tuvo la historia del Estado. Esta montaña rusa entre la unión y la separación es algo que en Israel aún estamos tratando de comprender, pero en la diáspora no se le puede faltar el respeto. Mucha gente ve únicamente el prisma de cómo Israel fue afectado por los acontecimientos del 7 de octubre. Todos conocemos a algunos que fallecieron en la fiesta Nova o algún soldado que está, que
luchó. Y por supuesto que nosotros que tenemos amigos que también fallecieron el 7 de octubre y otros que también están secuestrados. Esa separación se convirtió en una unión inmediata, pero el hecho de que hemos estado sufriendo en Israel, no significa que no se haya estado sufriendo en la diáspora. Nosotros que estamos en comunicación constante, principalmente con todos los consejos en todos los países, estamos conscientes de que el 7 de octubre también está ocurriendo en la diáspora, en el nuevo levantamiento de antisemitismo, en temas de seguridad. Nosotros tuvimos que cambiar el logo de nuestro Congreso para asegurarnos de que no tuviera un Magen David. Nosotros tenemos que comprender la dificultad de ser un judío sionista en la diáspora, post octubre 7. Es muy diferente de lo que era antes. Antes podíamos ser sionistas orgullosos, ahora la gente es sionista en silencio y el hecho de que a las personas les da vergüenza ante sus amigos universitarios o en su trabajo decir que es sionista o pro Israel es algo que yo personalmente no tengo ninguna experiencia. Yo hice aliá a los 18 años, Liat nació en Israel. Yo no sé cómo se debe sentir una persona que intenta tener una “vida normal” en un país latinoamericano, que se levanta todas las mañanas y si va a la facultad o va al trabajo, y tiene que esconder el terrible sufrimiento que está sintiendo, porque si abre la boca y cuenta sobre lo que está pasando, la gente le va a preguntar o lo van a juzgar. La diáspora también sufre.
-Ustedes tienen el sombrero de la Organización Sionista Mundial, no son una institución “que se pone a hacer algo”.
-Ariel: Nosotros representamos a la Organización Sionista Mundial. Buscamos forjar líderes sionistas. Buscamos forjar el puente de la relación entre las comunidades y el Estado de Israel. Buscamos fortalecer ese puente y esa relación, pero no podemos ignorar que esto no es fácil. Justamente por eso es que hace falta hacer tanto esfuerzo y es nuestra función hacer ese esfuerzo. El sionista en Israel que quiere fortalecer el sionista en la diáspora, o el sionista en la diáspora que quiere fortalecer a Israel, tienen que encontrarse en ese puente y este puente tiene que estar estable. Yo creo que es la responsabilidad de la OSM asegurarse de que ese puente esté estable. Porque si un sionista de la diáspora busca su contacto con Israel y se queda solo, sin el apoyo de Israel…

-Esto el judío de la diáspora lo está escuchando por primera vez. La OSM está hablando de un nuevo escenario.
-Ariel: Desde una perspectiva de comprender qué es lo que está pasando en la diáspora. Yo nací, crecí en Costa Rica y me volvía loco cuando aparecía un sheliaj israelí, llegaba a la comunidad de Costa Rica y nos decía “yo te voy a decir lo que ustedes tienen que hacer, porque yo soy israelí. Yo soy mejor que ustedes en todo”. Porque los israelíes saben todo y me volvía loco. No puede ser que un israelí aparezca en la comunidad y nos diga mejor que nosotros qué es lo que nosotros tenemos que
hacer en nuestra comunidad. Hay que tener un poco de humildad, un poco respeto. Entonces nosotros consideramos de que nuestra perspectiva como representantes de la OSM hacia las comunidades de la diáspora tiene que ser una perspectiva más de humildad. Es ayúdame a comprender cuáles son los retos con los que te estás enfrentando en tu comunidad y cómo te puedo ayudar a sobrepasar esos retos. Es muy diferente. Al final de cuentas logramos el mismo objetivo, pero la perspectiva es
diferente.
-La diáspora recibe a alguien que se sentó a pensar qué es lo que está pasando en la diáspora después del 7 de octubre.
-Ariel: Albert Einstein dijo que en toda crisis hay una oportunidad de cambio. Esta fue la crisis más grande que hemos tenido desde la creación del Estado de Israel. Qué mejor momento que este para hacer un gran cambio, y el cambio es urgente. Hacía falta ya hacer un cambio, por qué no aprovechar esta oportunidad para hacer ese cambio.

-¿Cuánta gente participó en WAY?
-Liat: Nos encontramos en Mendoza y participaron 90 jóvenes de Argentina, Brasil, Uruguay, Chile y Paraguay. Gente que tiene un rol importante en la tnua y que creemos que van a seguir teniendo una conexión con la Kehilá. Nosotros no elegimos a los participantes, fueron elegidos por sus tnuot como las personas más significativas de su país. Solo uno o dos de cada tnuá de cada país pudo venir a participar en este congreso selectivo. No es “la mayor cantidad de gente posible”. Hicimos un congreso de relativamente poca gente y fue el primero después del 7 de octubre en Sudamérica, porque habíamos hecho uno en Madrid hace dos meses atrás. Nosotros queremos darle un nuevo significado a las tnuot. Entender que la relación que tienen con Israel es algo que no tienen que perder nunca, que no podemos estar uno sin el otro. Además, fue un congreso muy exitoso, durante el cual se vio toda la pesadilla con Irán y fue muy interesante ver cómo los jóvenes estuvieron juntos observando lo que estaba pasando en Israel viviendo esta experiencia juntos.
– Ariel: Es importante recalcar, que todo este programa fue coordinado mientras Liat estaba en las reservas. Desde el mismo 7.10 Liat (oficial en el Ejercito) fue convocada a las reservas donde estuvo activamente apoyando a los esfuersos de Tzajal, por más de 5 meses. En este periodo Mijal Walters fue quien ocupó en gran medida los cargos cotidianos de Liat. Mijal, con el apoyo continuo de Liat, son quienes se merecen el credito del éxito de este extraordinario congreso.