Itongadol.- Rusia no tiene intención de emprender una escalada nuclear en su enfrentamiento con Occidente por Ucrania, pero otros no deberían poner a prueba su paciencia, declaró el jueves la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova.
Sus comentarios siguen a una oleada de advertencias por parte de altos funcionarios rusos, incluido el presidente Vladimir Putin, de que el apoyo militar occidental a Ucrania está aumentando los riesgos de un conflicto nuclear catastrófico.
«Haremos todo lo posible para evitar que los acontecimientos se desarrollen según el peor escenario, pero no a costa de vulnerar nuestros intereses vitales», declaró Zakharova en una rueda de prensa periódica.
«No recomiendo a nadie que dude de nuestra determinación y la ponga a prueba en la práctica», añadió.
Rusia ha criticado duramente el suministro de armas occidentales a Ucrania y la expansión de la alianza militar de la OTAN más cerca de sus fronteras. Finlandia, que comparte una larga frontera con Rusia, se convirtió este mes en el 31º miembro de la OTAN, mientras que la propia Ucrania también desea ingresar, aunque se enfrenta a la oposición de algunos países.
«Ellos (Estados Unidos) continúan infringiendo deliberadamente nuestros intereses fundamentales, generando deliberadamente riesgos y elevando las apuestas en la confrontación con Rusia…», dijo Zakharova.
El ex presidente ruso Dmitri Medvédev, estrecho aliado de Putin, afirmó a principios de esta semana que el mundo estaba «muy probablemente al borde de una nueva guerra mundial».
Putin considera que la guerra de Ucrania, que dura ya 14 meses y a la que califica de «operación militar especial», es una batalla existencial contra un Occidente agresivo y arrogante, y ha dicho que Rusia utilizará todos los medios a su alcance para protegerse de cualquier agresor.
Estados Unidos y sus aliados han condenado la guerra de Rusia en Ucrania como una apropiación imperial de tierras. Ucrania ha prometido luchar hasta que todas las tropas rusas se retiren de su territorio, y afirma que la retórica rusa sobre la guerra nuclear pretende intimidar a Occidente para que frene la ayuda militar.