Itongadol.- Podemos decir que el comienzo de la gestión de Boric quedo marcada por un traspié diplomático cuando un desaire al embajador de Israel en Chile, Gil Artzyeli, que generó una gran tensión diplomática entre Israel y Chile.
Anteriormente, el embajador de Israel en Chile, Gil Artzyeli, estaba citado en el Palacio de la Moneda para entregar sus cartas credenciales, pero el presidente Gabriel Boric declinó recibirlo cuando el embajador ya se encontraba en el lugar, lo que derivó en una tensión diplomática entre ambos países.
Desde la Cancillería chilena explicaron que “se reagendó la presentación de las cartas credenciales de Israel” y de esta forma se dio por superado el conflicto diplomático generado entre ambos países.
Hace tres días Israel y la comunidad judía de Chile, vieron con muy buenos ojos el encendido de la vela de Jánuca donde se vio a Boric junto a representantes de la comunidad judía.

El presidente Gabriel Boric durante el encendido de la vela de Jánuca
Pero todo se convirtió en un sabor amargo tras el anuncio que realizó el presidente Gabriel Boric sobre la apertura de una embajada en Ramallah.
«Estoy de acuerdo en que las palabras de buena crianza no alcanzan y una de las decisiones que tenemos como gobierno, creo que no la habíamos hecho pública -me arriesgo con esto-, es que vamos a subir el nivel de la representación oficial del encargado de negocios que existe hoy y vamos a abrir una embajada durante nuestro gobierno para darle la representación correspondiente» Expresó Boric.

Gabriel Boric en el anuncio de la apertura de una embajada en Ramallah
La diplomacia vuelve a ponerse en juego en estas horas para poder sortear un nuevo hecho que tensaría nuevamente las relaciones.
Sin embargo, desde Jerusalem prefieren quedarse con la importancia que tuvo el encendido de la vela de la festividad judía de las luminarias (Jánuca) por parte del presidente, y comprender la enorme incomodidad que este hecho le generó frente al movimiento palestino, su gente y sus dirigentes que lo llevó al reciente anuncio de la embajada en Ramallah para llevar alguna tranquilidad.
Se trata en definitiva un difícil equilibrio de llevar el presidente Boric entre la comunidad judía, Israel y el mundo palestino, que seguirá ofreciendo estos contrapuntos una y otra vez mostrando tensiones y por ahora lejos de posibles rupturas.
Boric jamás hubiese encendido una vela de Jánuca si no tuviese la convicción de mantener una relación estable y madura con el Estado de Israel.