Itongadol/Agencia AJN.- En la tercera ola de coronavirus en Israel fueron contagiados 148.6 mil niños de entre 0 y 16 años de vida, contrariamente a los 69.6 mil que habían contraído la enfermedad en la anterior ola de infecciones, en base a datos presentados por el Ministerio de Salud.
En ambas olas el porcentaje de menores contagiados pertenecientes al sector judío ultraortodoxo (jaredi) fue alto: en la segunda ola el 38% de los niños con coronavirus eran jaredim, y en la tercera, ese porcentaje se situó en 30%.
“El sistema educativo no es el principal motor de contagios”, sostuvo Hagai Levin, epidemiólogo de la Universidad Hebrea.
Los menores representaron el 44% de todos los infectados en la segunda ola y el 52% en la tercera ola. En la primer hubo 2.620 infectados entre los jóvenes de hasta 16 años.
En la primera ola 75 menores debieron ser internados, en tanto que en la segunda esa cifra ascendió a 548 y en la última 653.
En la población secular, el porcentaje de niños que debieron ser hospitalizados fue del 0,87% en la segunda ola y cayó al 0,45% en la tercera.
En el sector ultraortodoxo, el 0,5% de los menores debieron ser internados en la segunda ola y el 0,31% en la tercera ola. En tanto, en el sector árabe, el 1,24% en la segunda ola llegaron a la hospitalización y el 0,71% en la tercera.
Los menores que necesitaron hospitalización generalmente fueron casos de levedad. En tanto, en la segunda ola, el 1,1% se encontraba en estado crítico y el 5,8% fueron casos graves.
En la tercera ola, el 2,5% de los 653 niños se encontraban en estado crítico y el 4,1% graves.
En referencia a las estadísticas presentadas por Sanidad, el profesor Tzaji Grossman, presidente de la Asociación de Pediatría de Israel, expresó: “Los datos prueban lo que se afirmó. La variante británica causa un aumento de casos en los niños. Existe evidencia que en adultos causa enfermedad de gravedad, pero en los menores vemos que no es grave, si bien ataca a los más chicos, pero no es más peligrosa”.
Por su parte, Hagai Levin, epidemiólogo, especialista en Salud Pública de la Universidad Hebrea y del Hospital Hadassa, añadió: “Los datos aclaran que no había justificación de un confinamiento generalizado del sistema educativo en comparación con el mundo. El número de casos en base a los datos no es significativo. Lo importante es el número de internaciones, y éste es bajo. El sistema educativo no es el motor principal de contagios”.