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En la comunidad judía la pobreza se redujo significativamente pero sigue siendo un problema cotidiano para muchas familias

Bernardo Kliksberg:
En la comunidad judía la pobreza se redujo significativamente pero sigue siendo un problema cotidiano para muchas familias

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La Ciudad de Buenos Aires convocó al Seminario Internacional Nuevas Políticas sociales -durante los días 16 y 17 de este mes- al que asistieron especialistas de primera línea de todo el Continente para analizar nuevas políticas para luchar contra la pobreza. El mismo es parte de una acción en gran escala que pretende enfrentar los temas de exclusión social en la ciudad de Buenos Aires. Esta acción es dirigida por Jorge Telerman como vice jefe de Gobierno a cargo de la Secretaría de Desarrollo Social. Más de 300 representantes de organizaciones de todo el continente se reunieron para discutir propuestas concretas para terminar con estos niveles de pobreza intolerables que hay en América latina.
En el marco de dicha reunión Prensa Judía habló con Bernardo Kliksberg, disertante que inauguró el seminario:

Prensa Judía (PJ)- ¿Cómo ve hoy -en un marco de crecimiento- la pobreza en Argentina? ¿Cómo ve la situación comunitaria?
Bernardo Kliksberg (BK)- La década de los 90 dejó a la comunidad judía en una situación de emergencia social. A finales de los 90 más de una tercera parte se había transformado de pequeña clase media en lo que hemos llamado «nuevos pobres». Los cuadros de privación, marginación, deterioro, lucha por sobrevivir cada día, destrucción de familias, deserción escolar, pérdida total de esperanzas, eran incontables. La gran acción solidaria de la comunidad en la que la AMIA tuvo un rol central con apoyo de instituciones como el Joint permitió atenuar el impacto de la mayor caída social que haya conocido el país en mucho tiempo. A fines del 2002 el 58 por ciento de la población argentina era pobre: nivel inédito en la historia nacional. Las políticas del gobierno de Kirchner han sido absolutamente efectivas en reducir la pobreza. La prioridad dada por la gestión presidencial al tema social, los amplios recursos invertidos en él, el diseño de políticas económicas con orientación a la reactivación de la producción nacional, la vigorosa labor de instituciones como el Ministerio de Desarrollo Social permitieron que la pobreza descendiera al nivel actual (40 por ciento). Es un enorme logro pero como suele decir el Presidente, 40 por ciento es inadmisible para un país tan rico potencialmente como la Argentina.
En la comunidad judía la pobreza se redujo significativamente pero sigue siendo un problema cotidiano para muchas familias. Se impone tanto a nivel nacional como comunitario el redoblar los esfuerzos, intensificarlos para lograr enfrentar esta violación atroz de los Derechos Humanos más básicos que significa la pobreza.

PJ- A pesar del crecimiento la brecha entre ricos y pobres sigue siendo muy importante, ¿Cómo ve esto? ¿Cómo actúa la comunidad judía frente a esto?
BK- Hoy sabemos en economía que el crecimiento económico es imprescindible para el desarrollo social aunque no suficiente. Una economía debe crecer, producir más bienes y es positivísimo lo que ha sucedido en la Argentina bajo el Presidente Kirchner. Pero es necesario acompañar -como suele decir el Presidente- el crecimiento con políticas que modifiquen los altísimos niveles de inequidad que dejó la década del 90. En aquella década, las políticas entonces aplicadas llevaron a que siete millones de personas dejaran de ser clase media para convertirse en pobres. La Argentina perdió a buena parte de su clase media y se polarizó socialmente la distancia entre el 10 por ciento más rico y el 10 por ciento más pobre. Esa distancia se triplicó en pocos años. Generar equidad es una estrategia maestra, fundamental, para combatir la pobreza. En el país ha renacido la esperanza -según indican las encuestas- porque hay políticas firmes en esa dirección y una concertación creciente entre las políticas públicas y la sociedad civil que puede cumplir un rol muy importante. El ejemplo de instituciones como la AMIA, vanguardia en la lucha contra la pobreza y frecuentemente invitada por el Gobierno a colaborar y ejecutar programas sociales renovadores es una ilustración del potencial de estas alianzas estratégicas entre Gobierno y sociedad civil.

I.K.

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