Agencia AJN.- En las últimas horas finalizó la actual ronda de conversaciones entre el liderazgo de Hamás y altos funcionarios de inteligencia egipcios, que intentaban lograr la reconciliación con Fatah y, a partir de allí, una base para un acuerdo de cese de fuego a largo plazo con Israel.
Las conversaciones han estado estancadas durante más de un mes y no se vislumbra ningún avance: la Autoridad Palestina no flexibiliza sus posiciones y exige la transferencia del gobierno completo en la Franja de Gaza (incluida la de seguridad) y de una sola vez. Hamás no está dispuesto a renunciar a sus armas y su brazo militar. Las partes, tanto en la Franja de Gaza como en la Margen Occidental, son pesimistas sobre las posibilidades de llegar a una solución consensuada.
Mientras tanto, los Comités de Resistencia Popular en Gaza lanzaron una amenaza contra Israel a pocas horas de la manifestación que preparan para esta tarde, junto a la valla de seguridad y ante la previsión de que habrá disturbios y probablemente también víctimas y heridos. “La sangre será respondida con sangre”, “ya no toleraremos el asesinato de manifestantes”, señalaron. En tanto que las Brigadas al-Quds, el ala militar de la Jihad Islámica, realizaron un desfile militar en la Franja de Gaza, donde exhibieron cohetes y otros proyectiles, algunos de ellos falsos.
La Jihad Islámica y otras agrupaciones radicales de la Franja de Gaza están presionando a Hamás y cuestionándole el hecho de que no ha “respondido” a Israel por los 7 palestinos muertos en las manifestaciones del viernes pasado en la frontera.
El orden de los factores
Los intentos de reconciliación entre Fatah y Hamás han fracasado en incontables oportunidades, a la que se suma ésta última.
Fuentes cercanas a las negociaciones manifestaron que hay señales que indican que Egipto están tratando de calmar los ánimos para evitar una nueva escalada y estarían a punto de aceptar el orden de prioridades que impulsa Hamás: primero el cese de fuego con Israel y después la reconciliación palestina.
Abu Mazen había presionado a los egipcios para que el orden fuera inverso, ya que si Hamás negocia el cese de fuego con Israel, y logra beneficios para la Franja de Gaza y mejoras en la calidad de vida de sus habitantes, ello debilitaría por completo la posición de la Autoridad Palestina y su presidente, y – en la misma medida – reforzaría a Hamás como único gobernante de la Franja de Gaza.
El ultimátum de Abu Mazen ha sido muy claro: si Hamás no le entrega el control de la Franja, deberá asumir la responsabilidad completa del gobierno del enclave y él dejará de transferirle el presupuesto mensual – casi 100 millones de dólares por mes – lo cual llevaría al colapso de su economía.
Incluso el primer ministro Binyamin Netanyahu está presionando a Abu Mazen para que levante las sanciones económicas que ya impuso a Gaza y se abstenga de sumar nuevas. Netanyahu ha advertido que Abu Mazen debe “dejar de asfixiar a Gaza, ya que esto podría llevar a consecuencias muy serias”.
Es evidente que las consecuencias a las que se refiere Netanyahu se verán en la frontera entre Israel y la Franja de Gaza. Hamás está barajando algunas alternativas frente a Abu Mazen, como expulsar del enclave a todos los funcionarios de la Autoridad Palestina, incluidos los que están a cargo de los cruces fronterizos.
Pero cuando la asfixia se vuelva completamente insostenible, todo indica que Hamás recurrirá – una vez más – a una escalada de violencia que podría desembocar en una guerra, que todas las partes dicen no querer pero que, al parecer, no logran evitar.