Itongadol/AJN.- Cuando Barack Obama fue elegido presidente de los Estados Unidos, hizo un esfuerzo para lograr la paz en Medio Oriente.
Lo que Obama terminó logrando en lugar de eso fue fortaleciendo a rival, el primer ministro Benjamin Netanyahu, en las urnas. A diferencia del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, cuyos enfrentamientos con Netanyahu debilitaron al primer ministro en su primer mandato, cada vez que Obama y Netanyahu discutían públicamente, el apoyo del mandatario israelí aumentó.
Después de no poder ayudar a Shimon Peres a derrotar a Netanyahu en 1996, Clinton envió a sus estrategas de campaña para derrotar a Netanyahu en las elecciones de 1999. Obama deseó derribar a Netanyahu, pero cada paso que dio fue contra él.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ayudó políticamente a Netanyahu. Sus reuniones positivas hicieron que Netanyahu se vea bien con sus electores. La exitosa visita de Trump a Israel fue otro logro para el primer ministro.
Pero lo que más ayudó a Netanyahu no fue solo que Trump negar el trato con Irán, sino también a darle crédito a la inteligencia israelí por su descubrimiento en su discurso del martes. Trump adoptó las políticas de Netanyahu sobre Irán.