Iton Gadol.- Un día como hoy, pero de 2013, el obispo de Buenos Aires, el cardenal Jorge Bergoglio, fue nombrado como la máxima autoridad de la Iglesia católica, que lo rebautizó como el Papa Francisco. En el tiempo que lleva como pontífice, Bergoglio mostró una relación cercana a la comunidad judía y ha trabajado para lograr mantener un buen vínculo entre los dos pueblos. Claudio Epelman, director ejecutivo del Congreso Judío Latinoamericano, fue una de las personas que lo conoció de cerca y cuenta, en diálogo con la Agencia AJN, detalles de su relación con él y su compromiso para lograr una sana coexistencia. Si bien ninguno de ellos lo exterioriza públicamente, se sabe de la profunda amistad que supieron construir durante estos años.
Bergoglio y Epelman se conocieron en una conferencia que la Iglesia, comandada en aquel entonces por el Benedicto XVI, realizó en Aparecida, Brasil, el 13 de mayo de 2007. “Según dicen los que siguieron más de cerca su proceso, aquella reunión fue la plataforma de Bergoglio para convertirse en líder indiscutido de la Iglesia, y sembrar ahí los cimientos para su pontificado”, cuenta Epelman, que a partir de allí formó un vínculo muy fuerte con él. “Compartimos navidades, misas, cenas, y fuimos desarrollando una relación personal que cultivamos a lo largo del tiempo hasta que se fue de la Argentina, cambió su nombre de Jorge por Francisco, y su ropa negra por la blanca”, relata.
Uno de los capítulos que mejor describen la relación entre Epelman y Bergoglio fueron las cenas de Navidad que compartieron. Según el relato de Epelman, las cenas de Navidad con el cardenal de Buenos Aires eran “sin sofisticación”, e incluía gaseosas y sándwiches de queso sin jamón, para respetar la costumbre judía.

Epelman y Bergoglio, años atrás, cuando aún era obispo de Buenos Aires.
En 2013, una multitud se congregó en la Plaza del Vaticano a la espera del anuncio del nuevo pontífice, tras la dimisión de Benedicto XVI. Además de los seguidores que aguardaban la noticia en Roma, el mundo entero permanecía expectante a la espera de la noticia. Junto al televisor esperaba también Epelman, quien mantenía una excelente relación con el obispo de Buenos Aires hace ya seis años. “Sentí una profunda emoción en el instante en que entendí que Jorge Bergoglio, con quien compartí un montón de cosas, era el nuevo Papa Francisco”, asegura.

Epelman fue promotor de importantes encuentros entre rabinos de la comunidad y el Papa Francisco.
Epelman considera que, en su rol de director del Congreso Judío Latinoamericano presidido por Adrián Werthein, mantiene intercambios con Francisco para consolidar las buenas relaciones entre las dos religiones. “Bergoglio es un amigo del pueblo judío, que está construyendo el mejor momento de relación en 2000 años de historia entre los dos pueblos”, afirma.
“Bergoglio cambió su nombre y su ropa, pero sigue siendo la misma persona, con sus mismos modos, sus mismos caprichos, su mismo humor, y con sus mismas relaciones”, asegura Epelman, quien sigue manteniendo una buena relación con Francisco a pesar de los siete años de pontificado. “Tengo el extraordinario privilegio de poder continuar estando en contacto con él”, expresa.