Itongadol/AJN (Por Lic. Claudio Gustavo Goldman, desde Tribunales).- “Me parece que se hizo demasiado por el legajo 129, de (el imputado empresario descendiente de sirios Alberto Jacinto) Kanoore Edul… que era lo que correspondía; tenía unos cien cuerpos y terminó con falta de mérito”, justificó hoy, jueves, en el juicio oral y público por encubrimiento de autores o cómplices del atentado a la AMIA, uno de sus instructores, Agustín Gamboa, quien fuera prosecretario del Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal N° 9 cuando éste estuvo a cargo del destituido Juan José Galeano.
El mismo comenzó a trabajar en esa dependencia con su creación, en 1993, y después que Rodolfo Canicoba Corral -quien, paradójicamente, heredó la causa- asumiera al frente del Juzgado N° 6, pero intervino en otros expedientes hasta mayo de 1995, cuando se sumó a la investigación del ataque hasta 2004, cuando la Cámara Federal apartó al juez.
“La Justicia no estaba preparada para investigar un atentado terrorista; entré con 24 años y todos en el juzgado éramos jóvenes, incluso Galeano tenía treinta y pico… no tendríamos que haber estado a cargo de esa causa”, se quejó.
“Trabajé con libertad: nadie me indicó hacer algo que no correspondiese, los legajos eran conocidos por todas las partes y no vi que hubiera información privilegiada para la AMIA y la DAIA” en desmedro del resto, aseguró el actual secretario general de Política Criminal y Planificación Estratégica del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires, que difícilmente podría haber dicho otra cosa.
A lo largo de esa década “trabajé con transcripciones” de escuchas telefónicas y “participé en la instrucción de diferentes legajos”, pero especialmente la “conexión internacional”, sintetizó.
En ese marco “trabajé el legajo de Kanoore Edul, una investigación bastante voluminosa que venía de un análisis inicial -después se hicieron más- y se trabajó a partir del llamado telefónico a (el último poseedor conocido de la camioneta usada como coche-bomba, Carlos) Telleldín (el día de la entrega de la misma) y la agenda donde estaba el teléfono de (el entonces agregado cultural de la Embajada de Irán en la Argentina, con orden de captura internacional, Mohsen) Rabbani”, contó el ex prosecretario.
“Se citaron e investigaron a todas las personas (que figuraban allí), creo que más de un centenar, y no recibí ni supe de algún llamado de alguien apellidado Menem, ni nos ordenaron abandonar” la pesquisa, aclaró para refutar una de las principales acusaciones que se tratan en este juicio.
Por otra parte, “a partir del robo del video (de la entrevista informal entre Galeano y Telleldín), el juez nos ordenó a (Carlos) Velasco y a mí destruir los otros”, así que “un fin de semana largo los llevamos en dos bolsas -eran pocos, un número par de 10 a 15 porque eran original y copia, que se hacía por seguridad, por si se trababa la cinta- a una casa que alquilaba” el entonces secretario y “algunos los quemamos y de otros cortamos las cintas y las tiramos a la basura; era como estar rompiendo papeles, por eso no me llamó la atención”, reconoció Gamboa con absoluta soltura.
Al término de su declaración, Valeria Corbacho, abogada del ex presidente de la DAIA Rubén Beraja anunció el deseo de su defendido de ampliar su declaración indagatoria, que el Tribunal Oral Federal N° 2 anticipó que será “después de los testigos”, sin especificar cuáles ni cuántos.
El juicio se reanudará el jueves 22 de septiembre, con la declaración de Gloria Llobet y Jorge Damonte.